Autodisciplina pandémica
A nadie satisface el tratamiento sectario y exclusivista de la usurpación para una pandemia traganíqueles. El consabido y reciente nombramiento de un tal Potro Alvarez es una bofetada y una burla para la población.
Los profesionales de la salud están desterrados de la órbita oficialista. Corren el adicional riesgo de un carcelazo y algo más por cumplir con el juramento hipocrático.
Ha fracasado la militarización del problema. Asistimos a la cabal realización del Estado Fallido de aceptar las tesis clásicas que intentan aprehenderlo.
No queda otra alternativa ciudadana que la de una estoica autodisciplina. Informarse y proceder en consecuencia para alejar en lo posible al peligroso huésped.
Tomar todas las precauciones debidas y convertir la desconfianza hacia el régimen en la decidida confianza hacia lo que cada uno puede hacer junto a la familia. Responder en todo lo posible para salvar la vida es el signo de algo más que una coyuntura.