Ministra de Defensa alemana alerta de radicalización de la ultraderecha tras disolver comando del Ejército
Berlín.- La ministra alemana de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, advirtió este miércoles del riesgo de que en las filas del ejército prosperen «culturas» de radicalización, un día después de ordenar la disolución de una compañía para combatir el extremismo de derechas.
«Tanto la Bundeswehr (ejército federal) en su totalidad como en el KSK (Fuerzas Especiales del Ejército) en su gran mayoría son un ‘Verband’, un ejército fiel a la Constitución», declaró la ministra.
«Pero hay que analizar si hay ciertas estructuras, ciertas culturas dentro del KSK que fomenten la radicalización y el extremismo», afirmó la ministra, conocida por sus siglas AKK.
Y advirtió de que «si eso se permite, el riesgo es grande de que se convierta en un problema estructural».
La ministra anunció el martes un plan de choque para combatir el extremismo de derechas en las KSK, entre las que se cuenta la disolución de una de las dos compañías en activo del comando.
El último incidente en salpicar a las KSK se produjo en mayo, cuando fue detenido uno de sus miembros que había ocultado explosivos, armas y municiones, parte de ellos sustraídos al ejército, en el jardín de su casa y que se hallaba en posesión de parafernalia nazi.
Según advirtió Kramp-Karrenbauer, la parte de las Fuerzas Especiales que no será disuelta se verá sometida a una reforma drástica y observada de cerca durante esta transformación, que según está previsto se completará antes de finales de año.
Si, una vez que haya concluido el proceso, los miembros de las KSK siguen sin actuar en base a los valores constitucionales, la ministra se reserva otras medidas, según el diario «Frankfurter Allgemeine», sin descartar la disolución y reconstitución total del cuerpo.
Kramp-Karrenbauer informó este martes a la Comisión de Defensa del Parlamento de su propósito, fruto de deliberaciones con un grupo de trabajo constituido en mayo para realizar un «análisis estructural» de las KSK.
Estas fuerzas de élite de la Bundeswehr, que cuentan con aproximadamente 1.400 efectivos, se han visto implicadas en los últimos años en varios escándalos relacionados con la presunta integración de varios de sus miembros en células de ideología ultraderechista.
Uno de ellos, conocido en los medios por su sobrenombre de «Hannibal», estaba a la cabeza de una red descubierta en 2017 e integrada en gran parte por militares y policías, que acumulaban municiones y armamento supuestamente para prepararse de cara a una futura guerra civil.
Según investigaciones de medios alemanes, existen indicios de que algunas de estas células han llegado a urdir ataques terroristas contra cargos políticos y figuras de la vida pública.
Tras conocerse el caso más reciente en mayo, el comandante de las KSK, el general Markus Kreitmayr, publicó una carta abierta a la unidad de élite en la que se comprometía a seguir una línea de «tolerancia cero» y advertía de que este cuerpo se enfrenta «a la fase más difícil de su historia».
La ministra publicó este miércoles un texto dirigido a los efectivos del ejército en el que señala que la investigación de las KSK ha permitido detectar que estas «se han convertido, al menos parcialmente, en independientes en los últimos años», resultado de una «percepción elitista poco sana entre algunos de sus responsables».
AKK menciona que en las KSK se generó «un liderazgo tóxico, tendencias extremistas y un manejo laxo de material y municiones, que de ninguna manera están en línea con las regulaciones aplicables del ejército».