Dark (temporada 3)
Si tuviera que describir en términos artísticos a la serie alemana Dark utilizaría la palabra “Rococó”.
Pensar en un estilo artístico cargado en ornamentos para describir a esta serie quizás no luce acertado a primera vista, pues el estilo visual que usa es más bien oscuro, austero, y con personajes bastante naturales, todo lo que uno pensaría como antagonista de expresiones al estilo Luis XIV. Sin embargo, en términos de contenido, la historia parece recargada, utilizando elementos filosóficos, científicos y religiosos indiscriminadamente, y no necesariamente con cierta conexión natural. Kant, Nietzsche, y otros filósofos se asoman a través de frases sueltas, lo propio ocurre con algunas referencias científicas.
Además de la vorágine de referencias filosóficos y científicas, al final quienes escribieron la historia parecen más preocupados en desorientar al espectador superponiendo tiempos y espacios aceleradamente, que en realmente profundizar en los conceptos e ideas cuyas puertas abrieron.
Un ejemplo de esto es el tema del origen, quizás el aspecto de mayor relevancia filosófica y religiosa de toda la serie, que al final luego de muchas expectativas no pasó de ser reducido al origen del “ciclo” en el que se encontraban los personajes, lo que sin duda es una decepción luego de haber hecho referencia a Adány Eva durante varios capítulos, aludiendo al origen de los tiempos.
Algo interesante de la serie es que hace referencia a un laberinto, lo que circunscribe la historia a un marco específico. De esa manera pudiera el espectador reconciliarse con la idea de renunciar a profundizar en el tema del origen. Los laberintos generalmente tienen un punto de entrada y salida, un mismo inicio y fin. En el caso de Dark, luego de una ardua búsqueda, logran encontrar ese origen. Quizás si los escritores se hubiesen enfocado más en los misterios y referencias de los laberintos la historia hubiese logrado desarrollar con mayor profundidad una idea, y no dejando varias ideas sueltas sin una resolución creíble.
Dark no es una mala serie. Quizás el problema es que generó una alta expectativa por los temas que aborda. Sin embargo, a ratos se vuelve repetitiva, dejando muchos hilos sueltos, y abusando de los viajes en el tiempo (al final, hay casi tantos dispositivos para viajar en el tiempo como personajes, y por cierto uno de los dispositivos es una esfera que da una sensación de futuro lejano, sin embargo, proviene de un mundo tan devastado como el de Adán). Ese abuso de los viajes en el tiempo se debe quizás al hecho que en la cultura popular es un tema atractivo, jugar con la posibilidad de rehacer los errores del pasado es sin duda algo que a muchas personas les atrae.
Quizás la novedad en Dark es que intenta colocar en una sola historia temas filosóficos y científicos diversos. Sin embargo, a nivel cinematográfico se pueden encontrar mejores referencias: a) relatividad del tiempo como aproximación a “viajar en el tiempo”: Interestellar (2014), Inception (2010); b) mundo alternativos o paralelos: Another Earth (2011), Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004), Run Lola Run (1998); c) sobre el origen: The Tree of Life (2011). Todos estos son temas interesantes, que invitan a la reflexión, y, ojalá, a la lectura. El mérito de Dark es intentar introducirlos en la cultura popular, que aunque no es la primera vez que se intenta, lo hace de una manera novedosa.
Twitter: @lombardidiego