Dark (S1)
Winden es un pequeño pueblo en Alemania en el que los secretos de sus habitantes han ido consumiéndolo; romances, celos y asesinatos son parte de las pasiones humanas que se cruzan en la historia que se desarrolla en esa localidad, atemorizada en el presente por la desaparición de dos niños y un adolescente.
Esta es la puesta en escena de la serie alemana Dark (2019), la cual ha captado gran atención de la cultura popular recientemente.Análisis e impresiones sobre esta historia circulan por las redes sociales, enfocándose más en aspectos filosóficos que en la historia propiamente, la cual es en esencia un thriller policial.
Dark es una historia en dos niveles, el superficial y el abstracto. El primero, aunque con todos los elementos para ser una buena historia de suspenso, no plantea nada especial. Es el segundo aspecto el que ha captado mayor atención, el cual a su vez puede ser dividido en dos vertientes: una relacionada con los viajes en el tiempo y la otra con un carácter más filosófico. Uno y otro están relacionados en la historia, entre otras cosas porque la posibilidad de viajar en el tiempo plantea interrogantes que lo segundo busca responder, en especial la confrontación entre el destino y sus ciclos como una prisión de la que nadie puede escapar o el caos como un infinito de posibilidades abiertas.
En cuanto a viajar en el tiempo, la idea fue popularizada en 1895 por H. G. Wells con su libro “The Time Machine”, en el que relata la historia de un científico que viaja al futuro y se encuentra con un planeta dominado por una especie de raza de simios (los Morlocks). Quizás hasta ahí la idea de viajar en el tiempo no hubiese tenido mayor impacto, pero en el año 1905 la publicación de la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein dio las bases científicas para coquetear con esa posibilidad. La idea revolucionaria de Einstein se basó en la relación que existe entre espacio y tiempo, los cuales hasta ese entonces se veían como elementos separados, originándose así la noción de espacio – tiempo como una unidad.
En Dark para hacer uso del recurso de los viajes en el tiempo recurren a la idea de los hoyos negros, representados en la serie por una cueva, como la puerta a través de la cual se puede ir al pasado o al futuro. En términos reales esa posibilidad no existe, “viajar” a un momento del tiempo específico es ficción, al menos no como Marty McFly en “Back to the Future” (1985). Pero la relatividad del tiempo sí es real. Una de las implicaciones de la teoría de la relatividad es que el tiempo transcurre a una velocidad distinta según el punto en el que se encuentra el observador. Este es el tema que aborda la película “Interstellar” (2014) y de alguna manera también “Inception” (2010).
Regresando a Dark, su aproximación al tema de los viajes en el tiempo recurre a elementos comunes usados por la ciencia ficción: máquinas, hoyos negros, y la alteración del presente por eventos que ocurren en el pasado (y en el futuro). Y es justamente en este último elemento donde parece quedar atrapada la imaginación de las personas, quizás porque conlleva a preguntas existenciales. Una de esas interrogantes está relacionada con el destino, el cual se mueve entre los extremos de lo predeterminado y el caos – este último vinculado a la idea del libre albedrío. Al combinar la idea de viajar en el tiempo y la posibilidad de alterar el destino la pregunta inevitable para mucho es: ¿qué cambiaría de mi pasado?
La reflexión, por muy abstracta que sea, siempre se hace desde la experiencia personal. Frente a la posibilidad de alterar el curso de la historia individual cuestionar decisiones pasadas luce natural, corregir errores y tomar mejores decisiones es quizás lo que vendrá a la mente de muchos al confrontarse con la posibilidad de viajar en el tiempo.
Pero acariciar esa posibilidad obliga a antes confrontar la idea del destino, frente al cual en la serie usan la frase del teólogo protestante Reinhold Niebuhr: “Dios, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar; el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para saber la diferencia”.
Twitter: @lombardidiego