«Arepa cruda de desayuno y cena», así viven la cuarentena en la Villa Olímpica de Lara
Un hombre que está cumpliendo aislamiento en la Villa Bolivariana de Barquisimeto denunció que son golpeados por la GNB y que solo les dan arepa cruda de desayuno y cena. Aseguró que les dan 1 litro de agua para 9 personas y que la comida no es balanceada.
«Las arepas crudas las traen entre 9 y 10 de la mañana, el almuerzo a las 2:30 a 3:00 p.m. y la cena hasta las 9:30 p.m. Todo es en pocas cantidades, arepas crudas con mortadela rallada y eso como que la tiran con un ventilador. No tenemos una dieta balanceada, no nos dan azúcar y hay mucha gente baja de potasio y de azúcar porque el único carbohidrato es una pasta toda majunche. Las arepas son el único carbohidrato, no comemos grasa, yo no digo que sea una comida gourmet o a la carta pero si una comida digna y que te la varíen», dijo al periodista Junior Parra.
«Hay días que te dan unas empanadas, una sola a las 10:00 am para que aguantes hasta las 3:00 p.m para el almuerzo. Hemos enflaquecido por ser traidores a la patria, acá un muchacho se desmayó porque parecía que tenía un preinfarto y cuando el médico le reviso los glúteos, con mucha pena le dijo que le habían caído a tablazos», aseguró.
Según cuenta, las personas encargadas por piso le dan 1 litro de agua diaria que debe ser compartido entre nueve personas y señaló que al que reclama le «caen a palos» y lo insultan. «Aquí se ve de todo, dices quiero agua y te caen a palo, dices que las arepas están crudas y te caen a palo, las mujeres piden toallas sanitarias y le caen a palo. Suben te amenazan, a las mujeres las ofenden, les dicen: ¿quién te mandó a venirte de Colombia si estabas tan bien allá? Si todo esto pasa es porque ustedes son traidores a la patria».
«Hemos visto que habían personas que tenían hasta 36 días, los llaman mala conducta y le pegaban, les daban tablazos, los arañaban en la espalda y en el cuello. Nosotros no hemos tenido ni un solo momento de tranquilidad, ni de paz, vivimos en zozobra. Cuando escuchamos las botas de los militares nos atacan los nervios, estamos asustados porque nos encierran y de aquí no salimos para nada. No dejan que nuestros familiares nos vean de lejos ni que nos traigan ni una galleta», reprochó.
Resaltó que hay hombres, mujeres, niños, niñas y bebés recién nacidos, familias enteras que debieron regresar por haberse quedado sin trabajo y ahora están en estas condiciones. «Llegamos con las esperanzas rotas porque nos sacaron de los arriendos, porque se quedaron sin empleo y se tuvieron que devolver con una mano alante y una atrás, desesperanzados pidiéndole a Dios que esto pase, son madres, abuelas, hombres jóvenes, proactivos, abuelos y aquí estamos metidos en un saco».
«Hay niños pequeños de meses, niños de 7, 8 y 9 años a los que no les dan sopa. No nos dan una alimentación balanceada, hay personas enfermas con tensión alta, con condiciones de salud complicadas, hasta para pedir el agua tenemos que suplicar: epa traenos el agua papito, epa aguita y eso que nos vamos por debajito, imagínate tú los que protestan».