Agonía en cuarentena
En Miraflores pareciera que no solo usan tapabocas, sino que además se cubren los ojos y los oídos. Allá no ven, ni escuchan, el clamor de un pueblo que padece en medio de dos crisis: El hambre y la pandemia.
Aquí en Anzoátegui miles de ciudadanos están padeciendo por el recrudecimiento de la escasez de gasolina, diariamente centenares de personas se quedan en las colas sin oportunidad de recargar los tanques de combustible de sus vehículos.
Nuevamente los anzoatiguenses se quedan presos en sus casas por la imposibilidad de surtir carburante en sus automóviles; nuevamente quienes padecen de las diversas patologías se enfrentan a la limitante de la gasolina para salir a comprar sus tratamientos médicos.
Los anzoatiguenses son permanentemente humillados por quienes controlan las estaciones de servicios. Son amenazados e insultados por una especie de «raza superior» por el simple hecho de portar un uniforme verde, o por el de ser un enchufado del Psuv.
Además, las penurias de los anzoatiguenses no solo se quedan en la falta de combustible sino que se extiende a muchas áreas más. En este momento decenas de personas no encuentran gas doméstico en ninguna parte de la zona norte del estado, a pesar de ser el corazón gasífero de Venezuela, en este momento Anzoátegui carece de este servicio.
Mientras en Miraflores comen bien, en las barriadas populares del estado si no falta la comida, falta el gas. Este es parte del sufrimiento de centenares de anzoatiguenses que salen día a día a ver dónde encuentran una bombona.
E incluso, tengo conocimiento que muchas familias que disponen de patios han optado por la leña, como única forma para poder prepararse sus alimentos. Tal vez, alguno de ustedes podrán presentar la opción de las cocinas eléctricas, sin embargo es que los constantes apagones es otro de los tormentos que tienen que sufrir los anzoatiguenses.
Y, a pesar de los riesgos de la pandemia y que una de las medidas de prevención más importante es el lavado permanente de las manos, la escasez de agua es una problemática que azota cruelmente a los habitantes de las zonas norte, centro y oeste de nuestra entidad.
Los entes centralizados, administrados y dominados por el Gobierno central, condenan a los venezolanos, y en nuestro caso a los anzoatiguenses, a vivir una tragedia continuada. En este momento, Corpoelec no garantiza el servicio eléctrico, Hidrocaribe no puede o no quiere solucionar la crisis de los Grifos Secos, Pdvsa no produce gasolina y para rematar tampoco hay producción de gas doméstico.
En Miraflores hablan del Covid-19, como si éste fuera el único problema de los venezolanos. Llaman a cumplir una cuarentena, pero sin garantizar los servicios básicos, ni tampoco la alimentación del pueblo.
Ellos hablan del Coronavirus, aunque no le meten la mano a los hospitales, no envían suficientes insumos y están dejando solos a los médicos venezolanos, que cada día más se contagian con el virus chino.
Sin duda, quienes ocupan el poder nacional han dejado a los venezolanos sin agua, sin luz, sin gas, sin gasolina, sin comida y si continúa sus malas prácticas dejarán a los hospitales sin médicos sanos para salvarles la vida a los venezolanos.
Esto es una verdad que nadie puede ocultar o negar. Esta es la agonía que vivimos en esta cuarentena.