Venezuela decreta gasolina en dólares
El 30-5-2020 pasará a la historia como la noche de la gasolina en dólares. El gobierno venezolano dicta que el litro será vendido en medio dólar, conjuntamente con otro sistema de subsidio.
Lo principal es el histórico aumento dictado, el cual obedece a una realidad inocultable: la gasolina es ahora un artículo de lujo en Venezuela y no se puede regalar.
Sin embargo los tiempos de la gasolina venezolana regalada ya lucen lejanos pues han pasado varios meses de estaciones de combustible cerradas y otras severamente restringidas, colas de uno o dos días para poder abastecer el vehículo y más complicado aún, una época dónde sólo sectores priorizados con salvoconducto pueden adquirir el escaso líquido.
A la dificultad se le sumó el mercado negro, con ventas de 3 y 4 dólares por litro, por ahora. En pocas palabras, pasamos de ser el país de la gasolina más barata del mundo, al país de la más cara. 2020 ha sido un año convulso para el antiguamente rico Estado petrolero que en el presente importa gasolina en medio de asfixiantes «sanciones» económicas de Estados Unidos.
Sólo en este contexto se explica el visto bueno de quien suscribe al aumento mencionado. Porque se trata del mal menor. En efecto el precio ahora fijado debiera permitir reabrir (así lo exige el pueblo) muchas bombas de gasolina, la gente podrá comprarla legalmente y quien no tenga dinero para pagarla, deberá esforzarse para tenerlo, pues se trata de un artículo de lujo. Y así será por mucho tiempo.
Que un país petrolero esté pasando por este escenario es materia de otro debate. Lo cierto es que estamos aquí hoy, con una producción de petróleo muy baja, con refinerías que no funcionan y una pandemia mundial de coronavirus que ha golpeado las economías de todos los países, sin excepción. De modo que mientras se resuelve esa lista de problemas, lo conveniente para el interés nacional es sincerar el precio de la gasolina como en efecto ha ocurrido.
Lo deseable es que de ahora en adelante, el dinero de los compradores de gasolina haga posible seguir importándola y con ello recuperar la vida de un país normal que tendrá combustible para funcionar económicamente. Tarea pendiente (que no queda anulada por la importación) es que el país restituya su capacidad de producir gasolina dentro del territorio nacional. Eso hay que lograrlo con prontitud porque compromete la seguridad del Estado Bolivariano y es una obligación irrenunciable del gobierno cumplir esta meta.
Como verdaderos revolucionarios decimos la verdad sin miedo. Ojalá que quienes opten al subsidio de litro de gasolina a bs 5.0000 encuentren un sistema público eficiente para humanamente acceder a ese beneficio y que no pase como otros planes gubernamentales que deberían llegar a todos los venezolanos pero que todavía no sucede así, ejemplos: Misión Vivienda, Carros Chinos, Casa Equipada, Caja Clap, etc.
Con esto quiero advertir que si se aplican famosas listas de espera, registros en sistemas de aquí y allá, colas kilométricas, arbitrariedad, enchufes, mafia, privilegios, varios carnets y otros pasos burocráticos, se corre el riesgo de que dicho subsidio de gasolina no llegue oportunamente a la población en general y más de un ciudadano lógicamente se obstine y prefiera pagar su gasolina a precio de moneda yanqui para no sufrir más calvario ya que su necesidad es vital e inmediata, por lo tanto no puede esperar.