Refutación al Dr. Ángel Lombardi Boscán
Le he solicitado a Noticiero Digital publicar mi refutación al artículo del destacado historiador venezolano, Dr. Ángel Lombardi Boscán, titulado El Hijo de la Panadera, el Miranda de Inés Quintero, por tratarse de una errada e injusta afirmación al asegurar que la entrega de Francisco de Miranda a Monteverde por parte de Simón Bolívar es una «felonía» – «sin darle mucha vuelta al deplorable asunto».
Aunque estimo al Dr. Ángel Lombardi Boscán como historiador y divulgador de la Historia de Venezuela, no puedo compartir su reiterado e injusto juicio histórico. También lo hago por considerar que el olvido, la ignorancia y/o la deformación de nuestro pasado histórico tiene su cuota de responsabilidad en los graves errores políticos cometidos por nuestro pueblo venezolano durante el pasado siglo XX y en el presente siglo.
Estos son los argumentos y pruebas:
1) La supuesta «Traición de Bolívar al entregar a Miranda” carece de verdadero sustento histórico y fue una calumnia del español Salvador de Madariaga en su obra “Bolívar” (1951), rebatida en su oportunidad por Vicente Lecuna en su clásico “Catálogo de Errores y Calumnias en la Historia de Bolívar” (Tomo II, Nueva York, 1958).
Bolívar tiene sus propios errores y fallas. No abolió la esclavitud (ni cuando ejerció con poderes absolutos como Dictador, por tanto jamás fue “socialista”); tenía ideas monárquicas (sus propuestas de “Presidencia Vitalicia con derecho a elegir sucesor y Senado Hereditario”); su frontal rechazo al federalismo, que llevó a la desintegración de Colombia (Venezuela, Nueva Granada y Quito), su Dictadura Conservadora (1828-1830) con la pretensión de imponer sus ideas políticas rechazadas por las mayorías, etc.; pero jamás fue “traidor ni felón”, ni “entregó a Miranda”, lo quería fusilar por considerarlo Traidor a la Patria.
2) Estos son los hechos históricos: En 1812 Miranda, investido como Dictador, como “Generalísimo”, con todos los poderes de la República, capituló, rindió la República, ante Domingo de Monteverde, un oficial (Capitán de Fragata) de la Marina de Guerra de la Corona de España, entregando la República de Venezuela, cuyo mando absoluto se le otorgó para defenderla de sus enemigos armados. Miranda agarró “su equipaje”, archivo y parte del Tesoro de la República, lo embarcó en una nave de guerra británica surta en La Guaira, dio la orden al Comandante Militar de La Guaira de cerrar ese puerto (“Catálogo de Errores y Calumnias en la Historia de Bolívar”, Tomo I, páginas 239 a 253, de Vicente Lecuna) y no abordó de inmediato el barco británico, como le aconsejó el capitán inglés, sino que prefirió pernoctar en la comodidad de la casa asignada al Comandante Militar de La Guaira, el Coronel Miguel María de Las Casas, designado por el mismo Miranda.
Ese gusto suyo por la buena vida lo salvó de pasar a la Historia como un traidor fusilado en 1812, porque eso querían Bolívar, Tomás Montilla, Miguel Carabaño y otros oficiales patriotas al enterarse de la nefasta Capitulación de Miranda, cuando aún existían fuerzas militares para pelear, más numerosas que las comandadas por Monteverde, al enterarse que Miranda partiría a Inglaterra con parte del Tesoro Público, ya embarcado en una nave de guerra británica como parte de “su equipaje”, y además que Miranda ordenó cerrar el puerto de La Guaira para impedir el éxodo de los patriotas que no confiaban en el cumplimiento de la Capitulación. ¿Por qué Miranda partiría al extranjero y se los impedía a los demás?
3) Miranda nunca antes de su rotundo fracaso en Venezuela había ejercido el mando en jefe de un ejército. Solo había actuado como subordinado, hasta en Valmy, porque aún siendo General en la Revolución Francesa estaba bajo las órdenes de otro General de mayor jerarquía. Recordemos que no fue un militar de Escuela, que su carrera la inició como “Capitán» porque su padre, un próspero comerciante canario asentado en Venezuela, invirtió una pequeña fortuna en comprarle esa “Patente» en los Ejércitos del Rey español, no era un oficial formado en una academia militar como el sobrevalorado Bonaparte (Bolívar tampoco fue un militar de escuela, era un rico terrateniente, y como era costumbre por su posición social, ingresó a las Milicias, y logró ser Teniente de Milicias, aprendió el arte de la guerra en las Guerras de Independencia pero sus talentos naturales, unidos a sus experiencias guerreras y al estudio de los clásicos de las guerras europeas, lo convirtieron en una hábil táctico y estratega).
Y en Venezuela, cuando los venezolanos de su época le otorgaron todo el poder para salvar la República, lo hicieron contando con sus dotes militares, lo creían un estratega, un “Gran General de los Ejércitos de Francia” y un oficial español de menor graduación, de la Marina, lo derrotó en tierra, casi sin luchar ¿Estaba viejo y cansado y quería regresar a vivir como un potentado en Europa, como era su costumbre? No lo creo, en mi opinión se sintió sobrepasado por las dificultades, se sintió incapaz de triunfar y de allí su derrotismo.
No tenía un verdadero estratega que lo mandara, un general al que obedecer. Su primera y única jefatura en jefe de un ejército terminó en total y absoluto fracaso. Lo entregó a Monteverde el Coronel Manuel María de las Casas, quien se pasó a los realistas (fue nombrado después Teniente Justicia Mayor de Petare, donde vivió en su hacienda fiel al Rey y bajo el gobierno español hasta 1818) y por eso impidió el fusilamiento de Miranda por Bolívar y demás oficiales patriotas que lo capturaron. De Las Casas era un maquiavélico, le dio algunos hombres a los partidarios de apresar y fusilar a Miranda, pero como él, De las Casas, era quien tenía el mando de las tropas en La Guaira, no dejó que lo fusilaran porque tenía el compromiso de entregarlo a Monteverde y así lo hizo.
4) En su época nadie acusó a Bolívar ni a los demás oficiales patriotas de ser “Traidores» ni de “Entregar a Miranda”. Hhasta los hijos de Miranda, Leandro y Francisco, ya hombres, viajaron desde Inglaterra para pedir protección y servir bajo las órdenes de Bolívar, se cartearon con Bolívar, lo conocieron personalmente, lo admiraron y le fueron leales hasta la muerte ¿Esa es la conducta que adoptarían dos hijos contra el supuesto “traidor” contra su padre, contra “el felón” que “lo entregó a los españoles”? Lean las Memorias de José de Austria, las Memorias del General Justo Briceño Méndez, lean las cartas de Bolívar, donde explica todo y con claridad y lean los Memoriales escritos por Bolívar en Cartagena en 1812, porque allí Bolívar le dice a Miranda “cobarde” y reitera que no pudo fusilarlo por la oposición del traidor Coronel De Las Casas.
5) Miranda fue nombrado “Generalísimo” por sus supuestas capacidades militares, no por sus visiones políticas o de estadista, ya que tenía ideas monárquicas, porque era un admirador empedernido de la Monarquía Británica, incluso siempre propuso a gobiernos extranjeros (Inglaterra, Estados Unidos y Francia) que le dieran un Ejército (Bolívar lo construyó con los pueblos) para ser él, Miranda, “El Inca”, que así soñó con ser “Rey de Colombia”, desde México a la Argentina.
Los estadistas británicos lo usaron pero jamás le darían a Miranda tal “Reino”, de lograr arrebatárselo a España. Al contrario, se quedaron con la fortuna que Miranda embarcó en 1812 en una fragata de guerra británica, la “Saphire”, tesoro que no era solo “parte del equipaje de Miranda” sino parte del Tesoro Nacional de la Primera República de Venezuela, rendida por el apresurado capitulador, como también se quedaron los británicos con el famoso “Archivo de Miranda”, que muchos años después, en pleno siglo XX, fue “descubierto” en Londres por diplomáticos venezolanos y vendido a la República de Venezuela por un descendiente de un Ministro de Asuntos Exteriores de ese Imperio.
Por tales hechos, Bolívar y otros patriotas venezolanos apresaron a Miranda en 1812 y quisieron fusilarlo por Traidor a la Patria, pero el Comandante Militar de La Guaira, el Coronel De Las Casas, nombrado en tal mando por el mismo Miranda, se pasó al Rey, traicionó a Venezuela y entregó a Miranda a Monteverde. “Es que el pobre Miranda quería irse para reiniciar la lucha desde Cartagena contra los realistas, como después logró Bolívar” dicen contra toda lógica sus indulgentes biógrafos ¿Por qué entonces ordenó el cierre del Puerto de La Guaira para todos los patriotas, menos para él, quien se iría del país en un barco de guerra británico, del país que sostenía a España en su guerra contra Francia, y por tanto imposible de ser capturado por los españoles? ¿Por qué embarcó parte del Tesoro de la República como “equipaje personal” en la nave de guerra inglesa? ¿Por qué no organizó la emigración de los patriotas para continuar la guerra desde Cartagena u otro destino? ¿Para qué capituló contando con fuerzas militares sí pensaba continuar la guerra? ¿Por qué tales “planes” son meras suposiciones, conjeturas, especulaciones, intuiciones, pálpitos de los “historiadores”?
La verdad a veces causa mucha vergüenza, hasta se pretende enlodar el patriotismo de Bolívar (quien cometió errores pero nunca fue un Traidor a la Patria) para salvar la imagen “impoluta” de Miranda, quien solo su muerte en cautiverio logró salvarlo ante la Historia, cuando ésta no entra en detalles.
6) La famosa Expedición de Miranda en 1806 contó con apoyo del Gobierno Británico, incluso en el desembarco en La Vela de Coro participaron barcos de guerra y tropas británicas, todo dentro de los planes expansionistas del Imperio Británico, que para la fecha tenía a su servicio y sueldo a Francisco Miranda. No fue casualidad que en forma simultánea los británicos atacaron el puerto de Buenos Aires en el Sur del continente y a Venezuela en el Caribe en 1806, todo era parte de la estrategia de penetrar en las colonias de España en Suramérica, porque España era un Imperio en total decadencia, cuya flota de guerra, junto a la francesa, fue destruida por los británicos un año antes, en 1805, en la famosa Batalla de Trafalgar.
7) El plan de Miranda era repetir la experiencia de los Estados Unidos de América, que fue auxiliado en su Guerra de Independencia contra Gran Bretaña por los Reyes de España y Francia, los Borbones. Miranda pensó que él podía recabar en su tiempo el auxilio británico para desquitarse de España y lograr la Independencia de las colonias españolas en América, para eso le propuso a la Corona Británica que le dieran el mando de un Ejército Expedicionario y así tendrían un monopolio comercial, pero era un ingenuo Miranda al pensar que los políticos británicos se guiaban por “bobos afanes de venganza o desquite contra España». El Imperio Británico quería expandirse con territorios y ejercer control comercial en la América Española y para esto no necesitaba a Miranda, quien solo era un recurso diplomático contra España, cuya Corona lo catalogó como “un Traidor que pasó secretos militares al enemigo extranjero y lo servía como su agente”.
Lo cierto es que, ya hombres, los dos hijos de Miranda, Leandro y Francisco, partieron de Inglaterra, donde no tenían ningún futuro prometedor como hijos de Francisco de Miranda, y se embarcaron para Colombia bajo el mando de Bolívar, le pidieron protección y se integraron al país con distintos destinos. Ellos, los hijos de Miranda, jamás acusaron a Bolívar de “Traicionar” a su padre ni de “Entregarlo a los españoles”, fue después de más de un siglo y por un historiador español, Salvador de Madariaga, que surgió tal calumnia, basado en la justificación de Monteverde ante sus superiores por el grave reclamo que enfrentó por el otorgamiento de pasaporte a Bolívar, cuando ya éste era el famoso Libertador, antes “Terror de los Tiranos” (durante la Campaña del Magdalena”), al no decir la verdad: Que le entregó el pasaporte casi un mes después de apresado Miranda y por insistencia de su común amigo, el acaudalado vasco y alto funcionario de la Hacienda Real, Francisco de Iturbe.
Ya que la Historia busca conocer y entender el pasado y tiene como norte la indagación de los hechos acontecidos para aproximarnos a la verdad histórica, estas son algunas bases y pruebas documentales de mis anteriores afirmaciones:
A) Como prueba que la famosa Expedición Mirandina a La Vela de Coro de 1806 fue una invasión apoyada por la Marina de Guerra Inglesa, la Flota Británica, en el Manual «Historia de Venezuela» (Tomo II, La Independencia, Madrid, 1961) de Julián Fuentes-Figueroa Rodríguez, aprobado y de uso para Educación Secundaria y Normal durante los años 60 del pasado siglo XX, en su página 61 se lee, textualmente: «…con anuencia del Gobernador Hislop, que también le dio protección naval, salió el Precursor de Trinidad rumbo a la costa venezolana. Llevaba consigo 400 hombres, entre jefes, oficiales y soldados. La Escuadrilla invasora estaba integrada así: El bergantín ‘Leandro’ (18 cañones), el ‘Lily’ (20 cañones), el ‘Attentiva’ (14 cañones), el ‘Express’ (12 cañones), el ‘Provost’ (10 cañones), las cañoneras ‘Dispatch’, ‘Buldog’ y ‘Mastiff’; la goleta mercante ‘Trimmer’ (para los servicios de transporte) y el bergantín ‘Comodoro Barry’, el Precursor iba a bordo del ‘Lily’…».
B) En la precitada obra (páginas 144, 145 y 146) se lee textualmente: «…Bolívar, Vicente Tejera y Miguel Carabaño, en una publicación que hicieron en Cartagena de Indias, allá por noviembre de 1812, atribuyeron a la conducta del Generalísimo parte principalísima en el insuceso republicano de 1812: La vergonzosa cobardía del Generalísimo, que disponía de 7.000 hombres, más bien que la escasez de provisiones que padecía Caracas, fue factor determinante para la firma de la Capitulación… posteriormente, a fines de noviembre, Bolívar y Tejera, en representación que hicieron al congreso de Tunja, volvieron a la carga contra el Generalísimo: ‘Miranda -decían- por una inaudita cobardía no logró las ventajas de la victoria persiguiendo al enemigo, sino que antes bien cometió la bajeza ignominiosa de proponer y concluir una Capitulación que, cubriéndonos de oprobio, nos tornó al yugo de nuestros antigüos tiranos… El 9 de agosto de 1813, dos días después de haber puesto punto final a su entrado triunfal a Caracas, con ocasión de su Campaña Admirable, Bolívar, en una Proclama dirigida a los caraqueños, enjuició una vez más la Capitulación de del Generalísimo en términos absolutamente negativos. ‘La conducta de Miranda -decía- sometió a la República a un puñado de bandidos’…».
C) En la Biografía «Miranda, La Vida Ilustre del Precursor de la Independencia de América Latina” (Caracas, 2006) del Historiador soviético (Lituano) José Grigulievich Lavretski, editado por la Contraloría General de la República, Traducción de la publicada en ruso en 1964 en la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, se lee en sus páginas 283, 284 Y 285, textualmente: «…La noticia de la Capitulación causa indignación entre los patriotas empeñados en proseguir las acciones militares contra Monteverde. Los oficiales jóvenes deciden destituir a Miranda y continuar la guerra. Pero el Dictador ordena el arresto de éstos y entrega el mando del Ejército al General de Brigada Pineda, después de lo cual marcha a La Guaira. Como más tarde se supo, Pineda rehusó hacerse cargo del mando, de manera que en las filas del Ejército Republicano, privado de Jefe, reinó una confusión.
El 30 de julio, Miranda llega a La Guaira y ordena cargar su preciado Archivo, con sus Diarios, en el barco inglés ‘Sapphire’… en La Guaira… todos lanzan una granizada de censuras sobre Miranda, quien es acusado nada menos que de Traición… mientras Miranda duerme, los oficiales siguen discutiendo acaloradamente su conducta. Uno de los presentes dice que, además de papeles, Miranda ha cargado en el ‘Sapphire’ 22.000 pesos y unos centenares de onzas de oro. Esto irrita más aún a todos. Resulta que el Dictador piensa dejarlos al arbitrio de Monteverde, luego de escapar él mismo con dinero del Tesoro Nacional. Si Miranda acepta por buenas las aseveraciones de Monteverde de que contra los patriotas no habrá represalias ¿Por qué huye? ¿Acaso no es un deber del Generalísimo y Jefe del Gobierno compartir la suerte de sus compañeros de armas? Y, en general, ¿No ha sido una traición suya el firmar la Capitulación, cuando el Ejército de los Patriotas casi duplicaba las fuerzas de Monteverde? ¿Quizás Miranda obró por indicación de los ingleses, aliados de España?… De Las Casas y Peña… ya estaban confabulados con Monteverde y solo pensaban en cómo hacer méritos ante su amo… La única nave que logra salir del puerto es la ‘Sapphire´, a bordo de la cual va el Archivo de Miranda… Pocos días después del arresto de Miranda, Bolívar volvió clandestinamente a Caracas y por mediación de un comerciante conocido suyo… Iturbide, solicitó a Monteverde pasaporte para el extranjero…».
D) El Historiador alemán Gerhard Masur en su Biografía “Bolívar», publicada en 1948 en Estados Unidos (tengo la edición traducida, impresa en Bogotá en 1999 por la colombiana «Fundación para la Investigación y la Cultura, FICA»), expuso textualmente: «…Miranda… el 1 de agosto de 1806 desembarcó con sus tropas en Coro, Venezuela, bajo la égida de la Flota Británica, y derrotó a la guarnición española de la plaza… cuando desembarcó con unos seiscientos hombres, entró en una ciudad fea y desierta, pués sus habitantes habían huido…» (página 75), «Por esa misma época el Capitán Popham, amigo de Miranda, intentó un golpe similar en la zona sur del continente, y en junio de 1806 atacó a Buenos Aires con unos pocos barcos y una pequeña fuerza armada. Popham logró éxito y tomó la ciudad. Contrariamente a lo esperado, los británicos perdieron pronto este territorio fácilmente conquistado a los españoles, después de tres días de lucha… en ningún momento el pueblo dio su aprobación a la ocupación inglesa…» (Página 76) «…Nadie conocía las condiciones del Armisticio.
Cuando el 30 de julio, a la hora de cenar, Miranda se encontró por primera vez con los jefes patriotas, éstos le apremiaron para que diese una explicación. Pero recibieron respuestas no solo airadas, sino ofensivas. La especie que circulaba de que el General había dado la oren para que del puerto no saliera nadie más que él, aumentó la ira producida por el misterio de que se rodeada a la Capitulación. Las noticias concernientes a las grandes sumas de dinero ocultas en el Sapphire no tardaron en trascender, demostrando, sin lugar a dudas, que Miranda había primero vendido a su país y ahora se disponía a traicionar a los oficiales que deseaban proseguir la lucha. Si Miranda hubiese creído en la sinceridad de los españoles y esperado que se cumplieran las condiciones estipuladas, no habría tenido motivos para huir. Y si no lo creía, evidentemente era un traidor. Cuando Miranda se hubo separado de sus compañeros de cena, los oficiales procedieron a un cambio de impresiones.
En este Consejo de Guerra tomaron parte, además de Bolívar, el Comandante de la Guayra, Las Casas; Miguel Peña, Delegado Político, y séis o siete oficiales de alta graduación. Resolvieron prender a Miranda. Algunos deseaban simplemente obligarlo a permanecer en el país, mientras otros, entre ellos Bolívar, querían fusilarle por Traidor…» (Páginas 124 Y 125), «…Bolívar consiguió esquivar su detención. El 31 de julio huyó disfrazado de La Guayra, protegido por la oscuridad. Entró en Caracas sin ser reconocido y permaneció oculto en casa del Marqués de Casa León. No queriendo entregarse ni pasar el resto de sus días pudriéndose en una cárcel española, pidió a su amigo vasco Francisco Iturbe que intercediera en su favor. Como amigo de Monteverde, Iturbe podía pedirle un salvoconducto que permitiese a Bolívar salir de Venezuela. Al principio Monteverde no se sentía inclinado a dejar que Bolívar se marchase, sabiendo que había actuado como un verdadero patriota en la defensa de Puerto Cabello, donde dijo a sus soldados que más valía morir que volver a la esclavitud. Pero Iturbe renovó sus ruegos, ofreciéndose como fiador… solo la persistente insistencia de Iturbe logró que al final se le concediese y que Bolívar pudiera fugarse…».
E) El historiador Alfonso Rumazo González, en su obra “Francisco de Miranda, Protolíder de la Independencia Americana (Biografía)” publicada en 1985 (tengo la edición de 2007 por la Presidencia de la República) expone (página 367): “…Hay un traidor: el Comandante Militar de La Guaira, Manuel María de las Casa, ha estado en comunicación con Monteverde y planea entregar la plaza y, a la vez, apresa a Miranda. Se vale del descontento de los oficiales a quienes le ha parecido inaceptable la capitulación, entre ellos Bolívar, y a las tres de la madrugada entre el 30 y el 31 de julio, le despiertan y le apresan estos oficiales… le llevan a la cárcel del Castillo. Arriban las tropas españolas, con el comandante Javier Cerveris, y los presos pasan a poder de España…”, y transcribe, en la página 332 de su obra, un testimonio de Antonio Leleux, francés y secretario de Miranda cuando es arrestado, que textualmente dice “…El Gobernador de La Guaira, Casas, parecía resuelto a seguir al general, si éste hubiese ordenado que le entregaran cuatro mil pesos en oro de los 22.000 que el General había embarcado como de su propiedad particular, esto le fue negado y solo le ofrecieron 800…” y otro testimonio extraído de una carta del mismo Francisco de Miranda, preso en Cádiz: “Qué era eso de los 22.000 pesos? Miranda le decía en la carta a Vansittart: ‘Todos mis papales están a salvo en Curazao, en la casa inglesa de los señores Robertson, Belt y Cía, así como mis libros, equipajes, 22.000 piastras de plata y 1.200 D. de oro. Le ruego recoger esto como se pueda.’ Ese dinero era propiedad del Estado Revolucionario venezolano…”.
F) Era un hecho conocido comúnmente en Venezuela y hasta en el extranjero en enero de 1813 que Miranda fue apresado por oficiales patriotas por considerar su Capitulación ante Monteverde como una Traición a la Patria, y que cayó, como todos los presos, en poder de las fuerzas militares realistas cuando éstas entraron en La Guaira, que nadie acusó a esos oficiales patriotas, entre ellos Simón Bolívar, de “traición o de entregar a Miranda”. Hasta en Francia se conocieron tales noticias, así lo prueba la compilación periodística de interés histórico “La Independencia de Venezuela y los Periódicos de París (1808-1825)” del eminente periodista venezolano Jesús Rosas Marcano, trabajo de investigación publicado en 1964 por el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico y el Instituto de Investigaciones de Prensa de la Universidad Central de Venezuela, en cuya página 135 se lee, textualmente: “Año 1813… J.D. (abreviación de “Journal des Debáts”, “Diario de Debates” en su traducción al castellano, periódico de París, Francia) Caracas, enero 19. El famoso general Miranda fue sometido a juicio por haberse rendido cobardemente al partido realista”.
G) Los testimonios del mismo Simón Bolívar, aquí solo citaré cuatro: 1) Manifiesto de Simón Bolívar dado en Cartagena el 2 de noviembre de 1812: “…Tratado (la Capitulación de Miranda) que jamás solicitaron los defensores de la patria, pues en número de siete mil hombres suspiraban sólo por atacar al enemigo, desde el cuartel de La Victoria; en cuya plaza acababan de derrotarle (derrotaron a los realistas), después de tres triunfos anteriores (triunfos sobre los realistas) en Guaica; y que tuvieron sin embargo, que rendir desesperadamente sus armas, sacrificándose a la disposición de su general Miranda; quien obrando por una vergonzosa cobardía…”.
2) Exposición al Congreso de la Nueva Granada por Simón Bolívar y Vicente Tejera, en Cartagena, en fecha 27 de noviembre de 1812: “…Derrotados allí completamente (los realistas) en cuatro acciones sucesivas por nuestro ejército… tuvo sin embargo éste que rendir sus armas, sacrificándose a los designios de su General quien por inaudita cobardía, no logró las ventajas de la victoria persiguiendo al enemigo, sino antes bien cometió la bajeza ignominiosa de proponer y concluir un capitulación, que cubriéndonos de oprobio, nos tornó al yugo de nuestros antiguos tiranos…”.
3) Carta de Simón Bolívar a Leandro de Miranda, fechada en Caracas, 2 de julio de 1827: “Caracas, 2 de julio d 1827. Al Señor Leandro de Miranda. Querido amigo: Me ha sido muy apreciable ver un retrato de Ud., que me ha sido presentado en esta capital: él me ha recordado ideas gloriosas y tristes a la vez porque reviven a mis ojos las facciones de su ilustre padre. Yo soy de opinión que Ud. Debe venir a esta ciudad, donde lo desean, y a cuidar sus intereses. Ud. Debe contar siempre con la amistad de su afmo. Bolívar.” (“Obras Completas de Simón Bolívar”, Volumen II, página 649, edición impresa en España por “Ediciones Alonso”, Madrid, para E. Requena Mira, Librero Editor en Caracas).
4) Carta de Simón Bolívar a Leandro de Miranda, fechada en Turbaco, en fecha 1 de agosto de 1827: “Turbaco, 1° de agosto de 1827. Al Señor Leandro de Miranda. Mi querido amigo: El comandante Whittle me ha entregado una carta reservada de Ud., que he leído con la atención que ella merece y he apreciado por su interés. Ciertamente que Ud. No ha tenido otro motivo que el del verdadero bien de la patria al hacerme las importantes indicaciones de su comunicación… muy obligado estoy a Ud. Por la eficacia de su comunicación y por su adhesión. Soy su afmo,. Amigo. Bolívar.” (Obra citada, página 662).
H) El brillante historiador norteamericano John Lombardi, de extraordinaria capacidad analítica y de síntesis, en su valiosísima obra “Venezuela. La búsqueda del orden. El Sueño del progreso”, publicada en 1982 por la Imprenta de la Universidad de Oxford, Nueva York, Estados Unidos, (tengo un ejemplar de la edición traducida de 1985 de “Editorial Crítica”, Barcelona, España, con Prólogo del eminente historiador venezolano Dr. Germán Carrera Damas), expuso “…el 25 de julio de 1812 Miranda rindió su ejército a Monteverde. Luego se dispuso a huir de Venezuela, pero los monárquicos lo capturaron y lo entregaron a Monteverde. Bolívar, gracias a la intervención de un amigo de la familia, obtuvo un pasaporte para salir del país. El resto de los patriotas se dispersó, fue hecho prisionero o huyó al Caribe. Y así terminó la Primera República…” (página 143) y “…Bolívar era inteligente, culto y capaz de concebir grandes ideas. También tenía algo de fanático, de visionario…” (página 151).
I) El destacado profesor universitario de Historia de Venezuela Eloy Guillermo González, en su conocida “Historia de Venezuela (Desde el descubrimiento hasta 1830)”, impreso en 1930 por “Editorial Élite”, Caracas, escribió: “…Bolívar escapó de estas iniquidades, gracias a la intervención de un generoso español, don Francisco de Iturbe, en las circunstancias que más tarde, en 1821, refirió el mismo Libertador: ‘Cuando el año 12, la traición del Comandante de La Guaira, Coronel Manuel Ma. Casas, puso en posesión del general Monteverde aquella plaza con todos los jefes y oficiales que pretendía evacuarla, no pude evitar la infausta suerte de ser presentado a un tirano; porque mis compañeros de armas no se atrevieron a acompañarme a castigar a aquel traidor, o vender caramente nuestras vidas. Yo fui presentado a Monteverde por un hombre tan generoso como yo era desgraciado. Con este discurso me presentó don Francisco Iturbe al vencedor: ‘Aquí está el Comandante de Puerto Cabello, el Señor Don Simón Bolívar, por quien he ofrecido mi garantía: si toca a él alguna pena, yo la sufro, mi vida está por la suya’. En una narración del mismo Iturbe dice éste: ‘Monteverde contestó ‘Está bien’, y volviéndose a su Secretario, Don Bernardo Muro, le dijo: ‘Se concede pasaporte al señor (mirando a Bolívar) en recompensa del servicio que ha hecho al Rey con la prisión de Miranda’. Hasta entonces Bolívar había estado callado; más al oír las palabras que dirigía Monteverde a su Secretario Muro, repuso con prontitud, que había preso a Miranda par castigar un traidor a su patria, no para servir al Rey. Tal respuesta descompuso el ánimo de Monteverde; pero Iturbe insistió en que se le había ofrecido el pasaporte y que su garantía estaba empeñada, terminando sus buenos oficios por decir jocosamente a Muro, con quien le unía buena y fiel amistad: ‘Vamos, no haga usted caso de éste calavera: déle usted el pasaporte y que se vaya’. Nueve años después, en agosto de 1821, triunfante el Libertador en Carabobo, don Francisco Iturbe emigró de Venezuela por razones de delicadeza. El Libertador hizo entonces una solicitud ante el Congreso General de Colombia, reunido en Cúcuta en la cual refería el episodio del año 12 y concluía pidiendo: ‘Si los bienes de don Francisco Iturbe se han de confiscar, yo ofrezco los míos, como él ofreció su vida por la mía; y si el Congreso Soberano quiere hacerle gracia, son mis bienes los que la reciben; soy yo el agradecido. El Congreso hizo poner al pie de ésta solicitud la siguiente Resolución: ‘El Congreso accede a la solicitud del Presidente de la República a favor de la persona y bienes del español don Francisco Iturbe’…” (Tomo I, páginas 516 a 518).
J) El importante testimonio del historiador, compilador de los documentos de Bolívar y Prócer, General Daniel Florencio O´Leary, quien en sus “Narraciones” (3 Tomos, escritos entre 1831 y 1854, publicados en Caracas por orden del Gobierno de Guzmán Blanco entre 1879 y 1888, poseo la edición de 1952 de la Imprenta Nacional), revisadas y corregidas por varios testigos presenciales de los hechos, entre otros por el General Carlos Soublette, quien estaba con Miranda al ser apresado en 1812 por los oficiales patriotas, dice textualmente:
1) “…El convenio de San Mateo fue recibido por muchos, sobre todo por los militares, con marcada desaprobación. La disciplina y el respeto que infundían los vastos conocimientos, el talento y la reputación de Miranda habían impedido a los subalternos emitir abiertamente sus opiniones respecto de él; pero la capitulación les dejaba libre de toda restricción, según ellos y entonces censuraron con acritud su conducta y llegaron hasta a acusarle de traidor. Entre los más indignados y clamorosos estaba Bolívar…” (Tomo I, página 112).
2) “…En la resolución tomada por Miranda de abandonar el país sin esperar la llegada de Monteverde a Caracas, vió Bolívar todos los males a que semejante paso iba a exponer a sus conciudadanos, porque tal abandono autorizaría a Monteverde a violar la capitulación… Empleó toda su influencia, aunque en vano, para inducir a algunos de los principales jefes y oficiales del ejército a reunir los diferentes cuerpos dispersos, a notificar a Monteverde su decisión de no cumplir el convenio de San Mateo , y a hacer en seguida un esfuerzo digno de su causa. Si desgraciados en la tentativa, se retirarían a Barcelona y Cumaná, donde podían aumentar sus fuerzas. Resuelto a impedir la salida de Miranda, se trasladó a La Guiara . Allí, en unión de los coroneles Mires y Miguel Carabaño, y dl comandante Tomás Montilla, se dirigió al jefe político, doctoir Miguel Peña, y al comandante militar del puerto, coronel manuel M. Casas, que habían concebido ya la misma idea, y de acuerdo con ellos ejecutó su intento. Limitábase éste por parte de Bolívar a prender a Miranda y obligarle a permanecer en el país… pero el comandante militar de La Guaira, deseoso de hacer las paces con el vencedor, aún a costa de su honor y de la seguridad de sus amigos, los entregó al enemigo…” (Tomo I, página 113).
3) En una “Relación escrita por el General Pedro Briceño Méndez para el General O’Leary”, inserta en las “Narraciones” de O’Leary (Tomo I, páginas 112 y 113) se lee: “…Bolívar resolvió emigrar para los países extranjeros. Se hallaba en La Guaira con este objeto, junto con un gran número de jefes y oficiales que habían tomado la misma resolución, a ejemplo del dictador, que tampoco quería aguardar sobre sí los efectos de la capitulación; pero habiendo pretendido embarcarse, se les intimó que nadie sino Miranda podría hacerlo. Indignado Bolívar de ésta nueva traición, trató con los coroneles Mires, Miguel Carabaño, comandante Tomás Montilla y otros jefes más comprometidos, sobre el modo de salvarse, y habiendo convenido en que no había otro modo que el de arrestar al dictador y castigarlo por sus traiciones, se dirigieron al comandante de armas de la plaza (que lo era el entonces coronel Manuel M Casas). Éste accedió al plan y dio al coronel Bolívar la comisión de que ejecutara el arresto. Bolívar acompañado de los mismos jefes nombrados, lo verificó y entregó al comandante de la plaza el reo, en la noche (no sé de qué día), y acordaron diferir la ejecución capital con que pensaban castigarlo, para el siguiente día. La ejecución quedó sin efecto, porque parece que el coronel Casas recibió órdenes o avisos de Caracas que le hicieron temer la venganza de los españoles ya vencedores, y se opuso también a que Bolívar y los compañeros se embarcaran. En consecuencia todos cayeron en poder del enemigo…”.
4) “…Antes he mencionado que mediante la bondadosa intervención del español Francisco de Iturbe Bolívar fue agraciado con un pasaporte para salir del país cuando la conducta desleal del Comandante de La Guaira le puso en poder de Monteverde. Conquistada la Independencia Iturbe emigró y sus bienes fueron confiscados por la nación. Con su genial generosidad y estimulado por la gratitud Bolívar… (solicitó) un favor para el amigo: ‘Ocupo por la primera vez la bondad del Gobierno de Colombia para una pretensión, que me es personal’ decía en su petición al Congreso; la cual se reducía a… la devolución de los bienes confiscados al generoso protector… el Congreso ordenó se restituyesen sus bienes a Iturbe…” (Tomo II, página 112).
K) El importantísimo testimonio de un testigo presencial de los hechos, del oficial venezolano José de Austria, en su «Bosquejo de la Historia Militar de Venezuela» (2 Tomos), quien se desempeñó, siendo Subteniente, como Ayudante del Estado Mayor del Generalísimo Miranda en esa época, y después de ganada la Guerra de Independencia (en la que ascendió a Coronel) ascendió al generalato (fue General de División) y publicó, ya retirado del servicio activo, el Primer Tomo de su precitada obra histórica en 1855 (poseo un ejemplar de la edición de 1960 de la venezolana Academia Nacional de la Historia), quien expone:
1) «…Consecuente con lo acordado privadamente entre el Generalísimo y el Marqués de Casa León (Director General de Rentas), llegaron a La Guaira, junto con los rumores de capitulación, órdenes… para que se le fuesen entregando al negociante inglés, Jorge Robertson, las cantidades que fuera remitiendo el Director General de Rentas… y en breve llegó la primera cantidad de díez mil pesos, que recibió el señor Robertson, como estaba mandado. El oficio sobre esta entrega del Tesorero de la Guaira, Don José María Alustiza, dice así: ‘Quedan entregados a Mr. Jorge Robertson los díez mil pesos en metálico, que el ciudadano Director General me ha remitido ayer, y a virtud del oficio suyo me mandáis ponerlos en manos del citado Robertson, como explica el vuestro de hoy.- Salud y Libertad.-Guaira, Julio 18 de 1812.- 2º De la República.- José de Alustiza.- Ciudadano Comandante Militar de esta Plaza’…» (Tomo I, Página 335), «…Las comunicaciones que se dirigieron al Comandante Militar, eran sólo relativas a la entrega al Señor Robertson que fueran llegando, con la particular circunstancia de que no se le exigiese recibo ni comprobante alguno de la entrega; y así lo acredita el siguiente oficio: ‘Conforme a la orden del Generalísimo que me citáis en oficio de hoy, diciéndome, que dispone se devuelva a Mr. Jorge Robertson el recibo de díez mil pesos que dio por haberlos llevado a su poder de estas Cajas del Estado, os lo acompaño Original a continuación a vuestra orden de 18 del corriente, porque los librasteis a su favor, fundado en oficio del mismo día, pasado a vos por el Ciudadano Director General de Rentas.- Dios os guarde.- Guaira, 30 de Julio de 1812.- Año 2º de la República.- José de Alustiza.- Ciudadano Comandante Militar de esta Plaza’… Por último las cantidades entregadas a Robertson montaron a veintidós mil pesos, que puso a bordo de la Corbeta de Guerra inglesa Saphire, mandada por el Capitán Haynes, y que apareció en aquellos momentos procedente de la isla de Curazao, y ancló en el Puerto de la La Guaira a disposición del Generalísimo…» (Tomo I, Página 336).
2) «…Se reunieron secretamente el Dr. Miguel Peña, el Coronel Manuel María De Las Casas, que eran Comandantes Político y Militar de la Plaza; los Coroneles Simón Bolívar, Juan Paz del Castillo, José Mires y Manuel Cortés; los Comandantes Tomás Montilla, Rafael Chatillón, Miguel Carabaño, Rafael Castillo y José Landaeta, que mandaba la Guarnición, y Juan José Valdés, Sargento Mayor de la Plaza. Tomaron en consideración la conducta en general y raro proceder del Generalísimo; la suerte que amenazaba al país, que se había sometido al vencedor sin el esencial requisito de la ratificación de la Capitulación; y de las acaloradas e injuriosas contestaciones que acababa de dar, con motivo de ciertas explicaciones que le pidieron, principalmente el Coronel Castillo y el Dr. Pedro Gual; cuyo incidente había exaltado más los ánimos de aquellos patriotas, dignos todos de la consideración de Miranda…. Deliberaron, pues, la prisión del Jefe que los había mandado…» (Tomo I, Páginas 352, 353 Y 354).
3) «…De los sucesos que hemos referido, se deduce claramente que la pérdida de la Campaña de 1812, y el triunfo de los españoles, se debió exclusivamente a los errores del General Miranda, que mandaba el Ejército y había reasumido todos los Poderes Públicos. Este mismo General, que en 1806 apareció en nuestras costas mandando una Expedición y buscando apoyo para libertar a su Patria, en 1812, a la cabeza de un respetable Ejército con que pudo sostener la Libertad ya adquirida, depone las armas y torna a su misma Patria a la más degradante y cruel servidumbre. ¡Extraña y lamentable contradicción! De los sucesos ya referidos, aparecen dos hechos indudablemente ciertos. Primer, que en 1806 obrara el General Miranda en el sentido del Gobierno de la Inglaterra, que entonces promovía la Emancipación de la América del Sur, en perjuicio de la España con quien estaba en guerra; Segundo, que en 1812 aceptó las ideas de reconciliación entre la España y sus Colonias, promovida también por el Gobierno Inglés, ya aliado con la Metrópoli para la guerra contra los franceses…» (Tomo I, Página 358), «…El Jefe de las Armas y del Gobierno de la República, solo trató de poner en salvo su persona, huyendo con la misma presteza delante de sus vencedores, y excitando con esta conducta la indignación de sus compatriotas, que se encontraban burlados en la confianza que habían depositado en él, y abandonados a discreción del enemigo, También resulta que no fue en La Guaira, y a tiempo de embarcarse el Generalísimo, que se trató por la primera vez de proceder contra su persona y autoridad, sino que mucho antes se trató de deponerle en la villa de La Victoria, siendo ya general el disgusto y la desconfianza que había excitado su inexplicable conducta…» (Tomo I, Página 359).
4) «…Los Coroneles Simón Bolívar, José Félix Ribas y Capitán Francisco Ribas Galindo, lograron evadirse de las persecuciones que se iniciaban, y salir del país con pasaporte del mismo Monteverde, al favor de uno de sus favoritos, el honrado vizcaíno Don Francisco Iturbe, sincero amigo de Bolívar. Estos patriotas abandonaron por entonces las playas de su Patria, jurando perecer o redimirla…» (Tomo I, Página 363).
5) «…MEMORIAL DIRIGIDO POR EL GENERAL FRANCISCO DE MIRANDA A LA AUDIENCIA DE CARACAS: ‘Don Francisco de Miranda… con el debido respeto a Vuestra Alteza represento: …Ratifiqué con mi firma un Tratado tan benéfico… Tratado que iba a formar una época interesante en la Historia Venezolana; Tratado que la Gran Bretaña vería igualmente con placer, por las conveniencias que reportaba a su aliado (ESPAÑA);… tales fueron mis ideas, tales mis pensamientos, y tales los firmes apoyos de esta Pacificación, que propuse, negocié y llevé a debido efecto…» (Tomo II, Página 22).
En este «MEMORIAL» escrito por Francisco de Miranda y dirigido a la Real Audiencia de Caracas, el Máximo Tribunal en Venezuela de la Corona de España, fechado el 8 de Marzo de 1812, en las Bóvedas del Castillo de Puerto Cabello, el Generalísimo Miranda confiesa toda su responsabilidad en la infausta Rendición (que eso es una Capitulación) de la Primera República de Venezuela, teniendo en mente la política del Imperio Británico. Por eso Bolívar y otros oficiales patriotas querían fusilarlo, y gracias a la traición del Coronel Manuel María de Las Casas, quien lo entregó a Monteverde, Miranda salvó su puesto en la Historia, si no se entra en los detalles, ya que el destino de Miranda pudo ser otro: Morir fusilado en 1812 por Bolívar y demás patriotas por su nefasta Capitulación, o morir libre y de vejez en Londres. Pero esas son simples especulaciones (aunque no acusaciones injustas e infamantes contra Bolívar) y la Historia busca la verdad y la verdad es que Miranda murió en 1816 prisionero en Cádiz de la Corona de España y esa prisión salvó su figura histórica, siempre que se omitan, olviden o deformen todos los hechos.
Sobre el “Archivo de Miranda” debemos recordar que más de un siglo después lo compró la República de Venezuela a un súbdito británico “heredero” de esta apropiación indebida, ya que el “Archivo de Miranda” debió ser entregado, a la muerte de éste, a su viuda Sarah Andrews y a sus hijos Leandro y Francisco, y no formar parte de “la herencia familiar” de un ladrón que ejerció un cargo dentro del Gobierno Británico.
Creo también, que los hechos históricos, las pruebas documentales, los testimonios de los actores, protagonistas y testigos presenciales, no pueden ignorarse por las opiniones sin prueba de los historiadores, porque en tales casos se impone la regla de creer en las pruebas y no en las simples opiniones.
El historiador Dr. Ángel Lombardi Boscán se escuda en una opinión del destacado historiador Dr. Elías Pino Iturrieta pero ¿Cuáles son las pruebas que sustentan dicha opinión? No creo que el Dr. Ángel Lombardi Boscán diga una mentira o repita un equívoco a propósito, y como afirma que esa es la opinión expresada del Dr. Elías Pino Iturrieta creo en su palabra, pero no creo en temores reverenciales, ni en oráculos: Que el Dr. Ángel Lombardi Boscán, quien afirma que Bolívar cometió contra Miranda una “felonía” [“…Su entrega a Monteverde por parte de Simón Bolívar (1812) (una felonía de éste sin darle muchas vueltas al deplorable asunto, tal como acotó asertivamente Elías Pino Iturrieta)…”], aporte, o manifieste, las pruebas que usó el famoso miembro de la Academia Nacional de la Historia, el destacado historiador Dr. Elías Pino Iturrieta, para llegar a esa opinión que contradice muchísimas pruebas documentales existentes de esa época y testimonios de muchos de los protagonistas y testigos de tales eventos ¿Son acaso falsos los testimonios de la época que sostienen que Miranda fue apresado por capitular ante Monteverde y que un grupo de oficiales patriotas, entre ellos Simón Bolívar, quería fusilarlo por considerarlo Traidor a la Patria? ¿Son acaso mentiras lo expresado por Simón Bolívar, Miguel Carabaño y Vicente Tejera en sus escritos y proclamas hechas en 1812 en Cartagena, en la actual Colombia? ¿Acaso el libro que reeditó en 1960 la propia Academia Nacional de la Historia, “Bosquejo de la Historia Militar de Venezuela”, escrito por el Prócer José de Austria, testigo presencial de los hechos, es una suma de mentiras y usó documentos falsos para escribirlo? ¿Son mentiras los testimonios del General Pedro Briceño Méndez y otros Próceres y los documentos usados por muchos historiadores, entre ellos el General Daniel Florencio O’Leary en sus “Narraciones”, que no atribuyen ninguna “felonía” a Simón Bolívar en la entrega de Miranda a los españoles por el Coronel Manuel María de Las Casas en 1812?