«Macho» Perez Marcano sale en defensa de AD: «Adelante a luchar milicianos»
Héctor Pérez Marcano, «El Macho», quien renunció a la juventud de Acción Democrática para irse a la lucha armada en la década de los 60 como integrante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MOR) y quien fue uno de los participantes de la invasión cubana por Machurucuto, 53 años después sale en defensa de AD.
“Hoy a mis casi 90 años, en lo que no he desmayado en mi esfuerzo por enraizar una democracia en Venezuela, respondo al verso inicial del himno que escribió Andrés Eloy Blanco y me alisto en ese tropel que se encierra en ese “adelante a luchar milicianos”. Soy hoy, de nuevo, un miliciano de la democracia. Soy uno de esos nuevos milicianos que siempre ha acudido al llamado de la lucha”.
A continuación una nota preparada por la BBC Mundo en febrero de 2019 sobre la invasión cubana por Machurucuto. Pérez Marcano, junto al filósofo Antonio Sánchez García, escribió un libro sobre el caso.
BBC Mundo: Cómo fue el «desembarco de Machurucuto», el intento de intervención militar en Venezuela ideado en Cuba por Fidel Castro
Ángel Bermúdez (@angelbermudez) BBC News Mundo
16 febrero 2019
La lancha llegó puntual a la playa, al abrigo de la esperada oscuridad de las 2 de la mañana, dejando en tierra a ocho hombres cargados con mochilas y fusiles AK47 de fabricación norcoreana.
La operación parecía marchar de acuerdo con lo previsto al tocar tierra en las costas de Venezuela tras haber zarpado seis días antes, el 2 de mayo de 1967, de Santiago de Cuba adonde había acudido el mismísimo Fidel Castro a despedir a los guerrilleros que querían tomar el cielo por asalto en el entonces rico país petrolero.
«Fidel pasó toda la noche anterior con nosotros, dando las últimas instrucciones, chequeando todos los materiales, trasmitiéndonos algunas de sus experiencias en la lucha guerrillera en Cuba. Estuvo supervisando hasta el último minuto y nos acompañó hasta el barco a las 6 de la mañana, que fue cuando zarpamos», comenta el octogenario Héctor Pérez Marcano, uno de los protagonistas de aquel desembarco, a BBC Mundo.
La expedición tenía como objetivo reforzar un frente guerrillero que operaba en el Cerro «El Bachiller», ubicado en una zona montañosa unos 160 kilómetros al este de la capital venezolana, pero terminaría por causar una de las peores crisis en las relaciones entre Caracas y La Habana.
Aquella madrugada, Pérez Marcano y sus compañeros -tres venezolanos como él y cuatro cubanos- no podían intuir cómo se torcería aquella operación para la que se habían preparado durante más de un año, mientras vivían en una casa en Pinar del Río, desde donde salían a practicar no solo las destrezas necesarias para cualquier guerrillero que quiera adentrarse en las montañas, sino las maniobras requeridas para ese desembarco.
«Teníamos gran confianza en el éxito de la operación. Habíamos sido bien entrenados y habíamos ensayado varias veces, porque había que practicar en playas con aguas movidas, en playas de arrecife. Incluso una vez habíamos repetido el desembarco del Granma. Y todo había salido siempre bien», comenta.
De la Tricontinental a Machurucuto
Pérez Marcano era miembro del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), un partido formado en Venezuela a partir de una escisión del socialdemócrata y entonces gobernante Acción Democrática (AD), inspirado por la revolución cubana.
100 días de calamidades.
Mientras Pérez Marcano y su grupo iniciaban su ascenso hacia el Cerro «El Bachiller», el ejército venezolano se movilizó hacia la costa.
«Muerto militar cubano y capturados otros dos al intentar desembarcar en playas de Barlovento», anunciaba el principal titular del diario El Nacional del sábado 13 de mayo de 1967.
El muerto era Briones Montoto. La versión oficial sostiene que fue detenido y que le dispararon cuando intentó escapar. William Izarra (padre del exministro Andrés Izarra), un teniente coronel retirado de la Aviación Militar venezolana y dirigente del chavismo, quien en la época era un subteniente asignado a la zona, afirma haber oído versiones de que se había ordenado su ejecución.
Pérez Marcano señala que uno de los militares cubanos capturados por el ejército reveló todos los detalles de la operación, así como la identidad de los participantes. Esto puso al grupo en una situación de gran vulnerabilidad porque los detenidos tenían copias del mapa de la ruta que iban a seguir los guerrilleros por la montaña.
Para agravar las cosas aún más, el comandante del frente guerrillero de El Bachiller había trasladado su campamento a un parque nacional despoblado, intentando huir de un cerco de las fuerzas armadas.
«Nosotros desembarcamos el 8 de mayo de 1967 y vinimos a hacer contacto con la guerrilla en agosto, 100 días en los cuales pasamos, por supuesto, por muchas calamidades. Estuvimos acosados constantemente por el cuerpo de cazadores y éramos ametrallados desde los helicópteros, porque sabían exactamente la ruta por la que estábamos pasando», relata.
Los guerrilleros habían traído de Cuba una buena suma de dinero: unos US$10.000 y unos 10.000 bolívares cada uno.
Según Pérez Marcano, los dólares eran para financiar al MIR, mientras que el dinero venezolano era para pagar sus propios gastos.
Esos fondos, sin embargo, fueron casi inútiles durante esos primeros 100 días pues transitaban por zonas que habían sido despobladas.
«Nos enfrentábamos con un gobierno electo democráticamente, que era el de Rómulo Betancourt y, luego, el de Raúl Leoni. Además, en la zona donde se desarrollaba esa lucha, los campesinos eran partidarios de Acción Democrática y se supone que un frente guerrillero para desarrollarse tiene que hacerlo en una zona donde pueda haber incorporación campesina a la lucha», afirma.
Señala que aunque originalmente fueron los movimientos de izquierda venezolanos los que buscaron apoyo en La Habana, en realidad ellos fueron instrumentos, «peones», de Castro.
Pérez Marcano sostiene que aquel éxito que Castro no obtuvo apoyando la lucha armada lo consiguió después con la llegada del chavismo al poder en Venezuela.
«Nuestro triunfo para Fidel significaba lo que ha ocurrido después con Chávez. Una vez que Fidel logra deslumbrar a Chávez, quien acepta sus orientaciones políticas, el petróleo venezolano comenzó a ser usado para cambiar la correlación de fuerzas en la OEA, para crear instrumentos como el ALBA o Petrocaribe, para tener bajo influencia política a los gobiernos de los países caribeños.
«De allí sale la victoria de Correa en Ecuador, el apoyo al sandinismo en Nicaragua, Evo Morales en Bolivia. El genio de toda esta situación que se ha dado en América Latina a partir del triunfo de Chávez en Venezuela es el de Fidel Castro», asegura.
Varias décadas después del desembarco en Machurucuto, y con la ayuda de Chávez, Castro logró ver el músculo financiero de la petrodiplomacia de Venezuela trabajando a favor de causas que le eran afines.
Sin embargo, al menos por ahora, aquella ola izquierdista en la región parece haberse retirado de la orilla. Habrá que ver qué ocurre cuando cambie la marea.