Investigar a quienes hagan campaña a favor de no votar
No hay norma en la Constitución ni en las leyes que diga que abstenerse de votar es delito o falta. Ergo, nadie puede ser castigado por conductas no penalizadas en el ordenamiento jurídico.
Sin embargo promover públicamente el abstencionismo puede ser considerado como un acto que agrede valores constitucionales como el sufragio.
Porque, una cosa es que usted diga abiertamente que no va a votar (acto individual) y otra cosa es que yo haga llamado (instigación) a la población para que no vote. Lo primero es su derecho, lo segundo es una incitación a despreciar la valores del máximo texto republicano.
Entonces, a quienes hacen campaña pública para que el pueblo no vote cabe investigarlos en el marco de un proceso legal para determinar si, junto con dicha conducta, existe la violación de alguna normativa jurídica.
Pero en ningún caso es legalmente viable la idea de «cárcel para el que no vote».
Las elecciones deben ser entendidas como un evento eminentemente constitucional, por lo tanto se debe garantizar el debido proceso al ciudadano. En otras palabras, sanciones arbitrarias contra los abstencionistas es un atropello y más bien fomenta que más personas no voten. Lo adecuado al espíritu de la Carta Maga es estimular al sufragio, y tal cosa no se impone ni se decreta, más bien se promueve con medidas democráticas y legislaciones alentadoras al voto.
Recientes hechos en el año 2020, como designación de nuevo CNE y habilitación de todos los partidos políticos, son acciones que teóricamente alientan a la gente a votar, pero es perfectamente respetable que una parte del país no vea bien esas medidas del modo en que se hicieron y por ello no quiera votar. Y por ello no debe ser criminalizada. Así funciona una verdadera democracia.
Tanto votantes como abstencionistas merecen respeto a sus derechos constitucionales. Y si en la cúspide del poder público nacional se quiere alta participación electoral y baja abstención, luce aconsejable motivar cordialmente a la población con campañas mediáticas educativas, para ir a los comicios ya que hay síntomas de apatía y escepticismo en muchos venezolanos que seguramente no votarán.
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