El soldado sin voz
El martes 9 de junio de 2020, el General en Jefe y Ministro de la Defensa habló a sus compañeros de la FAN y dijo muchas cosas interesantes a las cuales hay que prestarle atención. Me puso a reflexionar su afirmación acerca de quienes participaron en la llamada Operación Gedeón y el uso de mercenarios y dijo que “No tienen una bandera, lo único que los mueve es el capital”. Tal cual, el mercenario es una persona cuyo oficio es combatir por una paga, al contrario del soldado propiamente que lo hace voluntariamente al servicio de su patria, llegando al límite de dar su vida por ella.
En el caso de la Fuerza Armada Nacional de Venezuela hay una gran mayoría cuyo horizonte es la actividad militar, para la cual se forman durante muchos años de estudios y de práctica en los distintos componentes y ramas de la institución armada. Pero ese no es el caso de otros, minoritarios pero con mucho poder e influencias. ¿Usted General en Jefe Padrino de verdad cree que los oficiales de la FAN que dirigieren el control de cambios y Cadivi, los motivó el fuego sagrado del amor a la patria? o más bien ¿el apetito insaciable por capital representado por las divisas? Visto lo que sucedió con el Ministerio de la Alimentación, a cargo de las importaciones de la comida del pueblo venezolano, dirigido y gestionado ese organismo por militares del más alto rango, ¿cree usted que los recursos del país se manejaron con pulcritud y no proliferó el porcentaje corruptor? Si la respuesta suya es positiva, le debo decir con todo respeto, que usted está viviendo en otro país. La tentación del capital pudo más que el amor a la patria.
En el caso de Pdvsa y Corpoelec, cuyos presidentes fueron dos connotados Generales de la Guardia Nacional, ¿usted está seguro que sus gestiones, por lo demás desastrosas, se rigieron por el principio de la honestidad en la asignación de los contratos y el gasto? Esto son algunos casos. Los más escandalosos. La punta del iceberg. El hombre decente vive de su trabajo y de lo que de él se procura, sea civil o militar. Yo, con el respeto que usted se merece, le sugiero que le dé una mirada al nivel de vida de ciertos miembros de la Asamblea Nacional Constituyente y valore si con sus salarios pueden comprar una o dos camionetas cuyo valor supera los US$ 60.000 cada una. Y si se las asignó el Gobierno, es peor porque estaríamos ante un caso obvio de aprovechamiento de los bienes públicos.
Entre tanto, el oficial que está en el cuartel la está pasando mal. Él y su familia frente a la destrucción de sus remuneraciones por la hiperinflación y la devaluación de la moneda. Antes un oficial podía, por ejemplo, comprarse su vehículo con sus ahorros acumulados o cuando cobraba su fideicomiso, hoy no. ¿Qué pensará el soldado que no puede hablar pero que observa, en las casas que custodian, el modo de vida y la ostentación de muchos altos oficiales incrustados en la Administración Pública? Ustedes abandonaron a los oficiales retirados que hoy cobran una pensión miserable. A ellos si los movió el amor a su bandera y no la bandera del capital.