Usaid: Régimen de Maduro impide que nuestra ayuda llegue «a gran escala»
El administrador interino de Usaid, John Barsa, afirmó que han destinado nueve millones de dólares para combatir el coronavirus en Venezuela y que ingresaría en forma de insumos médicos por medio de organizaciones y agencias de la ONU.
No obstante, Barsa denunció impedimentos para que esta llegue «a gran escala», algo que «ya se vio antes del Covid-19 que desafortunadamente todavía la estamos viendo».
Explicó a Voz de América que «primero hay que saber que los fondos y la ayuda humanitaria en Venezuela no se entrega directamente al régimen de Maduro, ni al gobierno interino de Juan Guaidó. La asistencia de USAID se proporciona a través de las organizaciones de ayuda imparciales, incluidas las organizaciones internacionales y locales y agencias de la ONU, que se encuentran en Venezuela. El problema es que el régimen de Maduro no deja que la ayuda pueda entrar en Venezuela en la escala que se necesita. Vimos esto antes del Covid-19 y desafortunadamente todavía lo estamos viendo con el régimen de Maduro».
Exhortó al «régimen de Maduro» a hacer más para garantizar la asistencia a los más necesitados «y la seguridad de todos los trabajadores humanitarios. Nicolás Maduro ha hecho extremadamente difícil que las organizaciones internacionales se registren legalmente y que los trabajadores humanitarios puedan acceder a un visado, por ejemplo.
«Esto junto con los continuos impedimentos logísticos y las preocupaciones de seguridad de nuestros socios dificulta que las organizaciones humanitarias respondan a una escala acorde con las necesidades creadas. El régimen debe de permitir la entrada de ayuda de manera que pueda entrar a gran escala y que todas las personas que la necesiten puedan acceder a ella», reiteró.
Recordó que en 2018, el 96% del dinero que Estados Unidos dedicó a asuntos de salud por el mundo fue a parar a organizaciones fuera de la Organización Mundial de la Salud, solo el 4 por ciento fue para la OMS. «Y también lo que estamos haciendo es una pausa de 60-90 días para analizar cómo está funcionando la Organización Mundial de la Salud. Mientras tanto estamos viendo otras organizaciones que pueden hacer el mismo trabajo por todo el mundo».