ONU estudia organizar una cumbre virtual para su Asamblea General
Naciones Unidas, 14 may (EFE).- En medio de la pandemia del coronavirus, la ONU está estudiando alternativas, incluida una gran cumbre virtual, para poder celebrar en septiembre la reunión anual de líderes internacionales en la Asamblea General.
Por el momento la organización no ha tomado ninguna decisión, pero varias fuentes diplomáticas consultadas por Efe consideran imposible celebrar en el formato habitual una cita que cada año reúne en Nueva York a cerca de 200 jefes de Estado y de Gobierno y a miles de diplomáticos.
Desde el estallido de la crisis del coronavirus, ya se han cancelado o pospuesto multitud de reuniones internacionales y la ONU va a continuar con el teletrabajo y manteniendo una presencia mínima en su sede central al menos hasta el final de junio.
La gran pregunta ahora mismo es qué ocurrirá con la Asamblea General, que este año además tiene un carácter especial, con una gran cumbre prevista para festejar el 75 aniversario de la fundación de la organización.
Los Estados miembros, que son los que deben decidir, están principalmente a la espera de algún tipo de indicación por parte del secretario general, António Guterres, que por ahora guarda silencio.
“El secretario general está en conversaciones con el presidente de la Asamblea General”, explicó recientemente el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, preguntado al respecto.
Dujarric recalcó que hay un gran número de factores a tener en cuenta, entre ellos cómo puede ser la situación del coronavirus en Nueva York para el mes de septiembre. “Ese será, obviamente, un factor decisivo, el estado de la pandemia en todo el mundo”, apuntó.
¿Una cumbre virtual?
Sobre la mesa hay multitud de opciones, pero hasta ahora los países parecen inclinarse por una Asamblea General en formato virtual, en la que los líderes de todo el mundo intervendrían de manera remota, según varias fuentes.
“Yo creo que la opción virtual es la más apropiada”, explicó a Efe un diplomático que pidió el anonimato y que subrayó que su país quiere, por encima de todo, evitar una situación que ponga a Nueva York en peligro o que pueda obligar a posponer la cita en el último momento.
Según otra fuente europea, una reunión de ese tipo es totalmente factible desde el punto de vista tecnológico y sería lo preferible, a pesar de que eliminaría casi toda la actividad paralela, que incluye miles de reuniones bilaterales y contactos informales.
Algunas delegaciones, sin embargo, tienen ciertas dudas sobre las capacidades técnicas de la ONU, que ha mostrado problemas con su sistema de videoconferencias, que por ejemplo complicaron las actividades del Consejo de Seguridad en los primeros compases de la crisis.
Otras alternativas
Entre las posibilidades planteadas está también la de una cita con participación reducida al mínimo, por ejemplo con el líder de cada país acompañado de una delegación muy pequeña, lo que permitiría que los jefes de Estado y de Gobierno hablasen al mundo desde el hemiciclo de la Asamblea General, como hacen habitualmente.
Dado el aforo de esa gran sala, en teoría sería posible mantener una distancia segura entre los participantes, pero la opción es mucho más complicada de ejecutar y tampoco permitiría el grueso de la actividad diplomática que se desarrolla en paralelo, según señala a Efe un tercer diplomático.
Esta fuente plantea también como posibilidad un formato “mixto”, con intervenciones remotas y delegados presentes en la sede de la ONU
Mientras, descarta casi por completo posponer la Asamblea General, dado que parece difícil que la situación con el COVID-19 sea muy distinta en octubre o noviembre y que, al tratarse de una cita anual, no tendría mucho sentido esperar hasta 2021.
En lo que coinciden casi todas las delegaciones es en que debe tomarse una decisión pronto, aunque algunas temen que el proceso va a estirarse bastante.
“Tendrían que presentarse opciones antes del final de este mes”, apunta uno de los diplomáticos consultados, que explica que su país normalmente empieza a preparar la Asamblea en junio y que son necesarios importantes arreglos logísticos para desplazar y alojar en Nueva York a las grandes comitivas que mueven muchos de los líderes.