Miguel Gómez Núñez, “Hijo Ilustre de Monagas”
Existe la creencia que una persona muere cuando el corazón deja de latir. Para mí, la gente muere cuando deja de sentirse importante.
El 22 de abril del año en curso, en la ciudad de Managua, en Nicaragua, regresó a sus orígenes en la tierra el doctor Miguel Gómez Núñez al recibir cristiana sepultura. Miguel fue un intelectual, poeta, camarada y abogado, hombre probo y de rectitud política, toda su vida estuvo al lado de las nobles causas. Conoció todas las trincheras de lucha en la búsqueda de la justicia, la igualdad y la paz. De ahí su bien merecido reconocimiento como “Hijo Ilustre de Monagas” o “El Abogado del Pueblo”.
El 10 de julio de 2014, el Profesor Vicente Carvajal, Presidente del Consejo Legislativo del Estado Monagas y demás Diputados, realizó en la sede del Palacio Legislativo, un Acto Especial en Homenaje al Dr. Miguel Gómez Núñez, ex Gobernador de ese Estado. Me honraron al pedirme que dijera las palabras como Orador de Orden en tan distinguido y magno evento. Luego de la semblanza que hice del homenajeado, destacando sus virtudes y el aporte dado a ese Estado. El diputado Vicente Carvajal le dio la palabra al poeta y cantautor Perucho Aguirre, quien dijo “a Miguelito Gómez debemos recordarlo siempre como el Abogado del Pueblo, este hermoso homenaje bien merecido donde lo reconocemos y nos sentimos orgullosos de tenerlo como el Hijo Ilustre de Monagas. El pergamino de reconocimiento al homenajeado en ausencia, fue recibido por su hijo Miguel Gómez. Merecido reconocimiento para: Eliecer Ruiz, “Pelusa” Silva, Juan Guzmán Páez, Jacinto Ramírez Noriega, Acho Luces, Narciso Salazar.
Treinta años peleando con el “Canciller”
Pasó los últimos seis años de su vida en ese país nica librando su última batalla por la vida. Fueron muchas las veces que se burló de la muerte. Estuvo cerca de treinta años dándole pelea sin cuartel al “canciller” como él le decía, y aprendió a vivir con él. No se dejó ganar. Recuerdo que salía de la quimioterapia en Caracas, en compañía de su inseparable Francisco “Bachaco” Martínez, y decía, poeta nos vemos en Il Vecchio Molino, esa candela que recibo en la sesión quema mucho, tengo que mitigarla con un amarillo.
A las 6 y 30 de la mañana del 22 de abril pasado recibo dos llamadas. “Bachaco” Martínez dándome la infausta noticia. En el otro teléfono “Olo” Betancourt dice: Mario se le apagó la luz a Miguel. Llamó a Nicaragua y Miguel Antonio Jr, me contesta “Si viejo entre 4 y media y 5 de la madrugada se le paró el corazón a Papá. Se fue tranquilo. No tenía dolor”. Meses atrás había fallecido su hija María Eskia. “Miguel se sintió abatido. Lo afecto mucho” comentó “Bachaco”. Paz a su alma.
Biografía
Miguel Antonio Gómez Núñez nace en Maturín el 12 de agosto de 1941, hijo de Eskía Núñez (monaguense) y de Miguel Gómez Rengel (guayanés, abogado de la famoso Generación del 28, le decían el Doctor Peligro). Hizo la primaria en la escuela de Maturín y el Bachillerato en el Liceo Miguel José Sanz. Aquí se hace miembro de la juventud comunista. Se gradúa de bachiller en 1956. En 1957 se inscribe en la Facultad de Derecho. Fue Presidente del Centro de Estudiantes, miembro del Claustro y en 1963, egresa como Abogado en la Universidad Central de Venezuela. Fue especialista en Derecho Penal y Derecho Militar. Casado en primeras nupcias con la Doctora Isabel Núñez, divorciado y vuelto a casar con la Licenciada Gladys Ruiz, se conocieron siendo ella muy joven, mujer abnegada que lo amó y lo acompañó hasta el último de sus días, de ese matrimonio tuvo tres hijos y cuatro hijos del matrimonio anterior.
La vida política
Miguel Gómez tuvo una destacada participación en la política juvenil y liceísta de su época. En la lucha contra la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, y contra los gobiernos de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, tanto en Maturín como en Caracas. En la UCV se convirtió en la «Estrella de Fania». Alternaba los estudios de Derecho con la política en sentido amplio, como dirigente estudiantil y la política de calle. Fue representante de Venezuela en varios Festivales de la Juventud y los Estudiantes en Moscú, Hungría y Cuba, así como encuentros internacionales en distintos países. Formó parte de la guerrilla urbana. Estuvo poco tiempo en el frente guerrillero Manuel Ponte Rodríguez, en el oriente del País, bajo el mando de su entrañable amigo Alfredo Maneiro.
A finales de los años 60, abandona la lucha armada y acompaña la política de pacificación junto a Maneiro, Pompeyo Márquez, Teodoro Petkoff, «Caraquita» Urbina, Germán Lairet y otros. Renuncian al Partido Comunistas y en enero de 1971, fundan el Movimiento Al socialismo (MAS). Fue miembro de la Dirección Nacional del partido. Ese año es electo Secretario General del partido en Monagas, junto a Chichi Ávila, Juancho Núñez, Felipe Urbina, el doctor Orlando Peñaloza, Mauro Marcano, Silio Sánchez, Agustín Hernández, José Manuel Gómez y Ramiro González, que era el Secretario juvenil, los dirigentes liceístas eran David de Lima y este servidor Mario Valdez.
Un abogado consecuente con sus ideas
En las décadas que van de los años 1960 a 1980 fue abogado defensor de muchos presos políticos y guerrilleros principalmente en el oriente venezolano. Era común verlo haciendo gestiones en la cárceles y retenes de presos políticos o en el campo anti guerrillero de Cocollar (TO4), en el campo anti guerrillero de Cachipo o en la Cárcel de La Pica, en Monagas. En los Tribunales Penales de Monagas, Anzoátegui, Bolívar o en los Tribunales Militares, defendiendo sus amigos y camaradas. Entre los defendidos tenemos a Alí Rodríguez Araque, Diego Salazar, Omar Gutiérrez, Agustín Prada Lara, Alberto Duque, José Manuel Gómez, Hugo y Elías Negretti y un largo etc., la lista es larga. Pero saben una cosa a ninguno les cobró, ese fue un hombre con mística y esencia revolucionaria.
Apenas me gradúe de abogado me incorporó a su Bufete y lo acompañé en muchas defensas. Debo reconocer que fue un maestro en el Derecho Penal y Militar. Vivió y ejerció la abogacía de acuerdo a sus principios y sus creencias.
El Gobernador de Monagas
El 30 de enero de 2000, el ingeniero Luis Eduardo Martínez, renuncia a la Gobernación del Estado Monagas por razones de salud, y sale al exterior a cuidados médicos. La Comisión Legislativa Nacional (conocida como el Congresillo) presidida por el Senador Luis Miquelena, el 2 de febrero designa Gobernador a Miguel Gómez Núñez para que termine el periodo gubernamental. Ernesto Alvarenga dio la información. En tres oportunidades había sido candidato a la primera magistratura estatal, pero en ninguna lo favoreció el voto popular. Al correr la noticia los amigos y curiosos dijeron: “por fin se sentó Miguelito en la silla de la Sultana del Guarapiche”. Entre sus destacados colaboradores estuvo Douglas Gómez.
Embajador Extraordinario en Nicaragua
El 24 de enero del 2001, el Presidente Hugo Chávez Frías lo designó Embajador Extraordinario en Nicaragua. Su gestión duro siete años y dos meses en ese país. Renunció en marzo de 2008. Su larga gestión diplomática fue muy importante y de gran ayuda en la cooperación con el sandinismo y la política en Centro América. Fue notable la cooperación humanitaria cuando el Huracán Félix, arraso con Nicaragua. Recibió honores y condecoraciones, destacándose la impuesta por el Gobierno y la cancillería nicaragüense, con la orden “José de Marcoleta” en el grado de Gran Cruz, como muestra de reconocimiento por el desempeño realizado. En acto presidido por el Presidente Daniel Ortega y el canciller Samuel Santos López.
En marzo del 2008, sale de la embajada y se queda con su familia en Managua, atendiendo sus actividades profesionales y en permanente contacto político con Caracas y su Maturín querida.
Daniel Ortega, Tomás Borge y Freddy Bernal
En octubre del 2006 lo visito en Nicaragua en compañía de Rafael Bianco. El embajador Gómez nos invita a saludar a Daniel Ortega, que estaba en campaña electoral. En el comando se encontraba en compañía del comandante Tomás Borge y del diputado Freddy Bernal. El comandante Ortega recordó el encuentro que tuvimos en el Congreso de la Internacional Socialista celebrado en Sao Paulo en octubre del 2003. También se celebraron los 50 años del presidente Lula Da Silva. Al día siguiente fui a la casa de Violeta Chamorro, y pude apreciar que ese sector político, también tiene un gran respeto y aprecio por Gómez Núñez. Compartimos con el canciller Samuel Santos López, con Edén Pastora “Comandante Cero”, Violeta Chamorro, Lenin Serna, Dionisio Marenco. Pude sentir y recibir el afecto y el respeto que le tenían al embajador Miguel Gómez.
La Bohemia
A los 18 años de edad fue a París con su profesor y amigo el poeta José Lira Sosa. En la ciudad luz conoció la bohemia. Se codeó con los poetas e intelectuales, fueron muchas las noches de música, vino y farra en los bares de Notre Dame, Montmatre, el barrio latino y los Campos Elíseos. Las visitas a los museos y universidades siempre fueron recordadas. Recorrió Europa en tren. Ahora tenía otra visión de la vida, desarrolló con más intensidad su formación cultural y política. Su padre que también fue un abogado de mundo le había hecho el mejor de los regalos, luego le regaló un Volkswagen para que fuera a la universidad.
Miguelito Gómez fue el monaguense amigo de los poetas e intelectuales que en la década de 1960 crearon la Republica del Este (un invento de los poetas para sentir que tenían su propio gobierno), refugio de la bohemia y la intelectualidad venezolana que hizo de Sabana Grande su territorio. El presidente eterno de la República del Este era el poeta Caupolicán Ovalles, y tenía su centro de acción en los bares y cafés del sector. No existía El Metro, ni el Boulevard. Sabana Grande era una fiesta, no dormía, bulliciosa, las tascas y los cafés con las mesas afuera, con gente a toda hora conversando y escuchando música, realmente era otro país.
No puedo volver el tiempo, pero sí recordarlo
Los amigos hay que recordarlos por los momentos gratos y bonitos de la vida, Miguel fue amigo de sus amigos. Siempre acompañado de nuestra gente de Maturín, “El Bachaco, Pocho y el Curita” Martínez, Juancho Núñez, Carlos Rojas, Perminio Villarroel, Fernando Mancini, Reinaldo Gil, Juan Betancourt, Carracciolo Betancourt, Luis Ramírez Noriega, Angelito Núñez, Pildorín, Brígido Sucre, Johnny Hidalgo, Aquiles Hernández, De Lima y tantos otros; era casi obligatorio visitar los desaparecidos restaurantes Il Vecchio Mulino atendido por su dueño Romeo Mongtaña y su mesonero “El Pollito”, La Bajada, Il franco´s, Il Camilo´s, conocidos como el Triángulo de Las Bermudas porque todo lo que pasaba por allí, “se perdía”, incluso la gente; quedaban otras barras y restaurantes El Rugantino, Da Guido, El Viñedo, El Gato Pescador, Tic Tac (atendido por su dueña Sussy Vam Der Brandem, el “Tío Pepe” con Sancho Regino Batallán y García, el Chicken Bar, La Jaca, el Gibus y “Vamos a Madrid” en el Callejón de la Puñalada.
Eran las peñas de encuentro de los hombres y mujeres de las letras, el arte, el cine y la Tv, los universitarios, empresarios y pintores, muchos frustrados por la derrota guerrillera de los años 60 y la lucha armada; allí concurrían Caupolicán Ovalles, “El Chino” Valera Mora, Bayca Dávalos, Pascual Navarro, Elías Valles, Orlando Araujo, Ludovico Silva, Jacobo Borges, Teodoro Petkoff, Chucho Valedón, Caraquita Urbina, Alfredo Padilla, Germán Lairet, Luis Correa, Héctor Mayerton, Andrés Aguilar “Papote”, Saúl Alvarado, El Perro Singer, Oscar Díaz Púnceles, Ismael Medina, Manuel Alfredo Rodríguez, Antonioni, Ennio Peñalver, Junio Pérez Blasini, Manuel Felipe Sierra, Pastor Heydra, el Dr. Matute, Martiniano Bracho Sierra, Marcelino y La Paisa Madrid, Nelson Hernández Cuartín y sus hermanos. También era sitio obligado La librería Suma.
Esos y otros personajes entre 10 y 12 del mediodía era frecuente encontrarlos en el Gran Café o en La Tinaja, echando los cuentos de la noche anterior.
Eran mis años de estudiante universitario,. Llegué de la mano de Miguel Gómez, quien ya era un político y un profesional de respeto, querido por todos. Era usual escuchar a un poeta con los versos de Omar Khayam o un grito de guerra etílica «Voy por el camino, con mi sombra y mi botella, menos mal que mi sombra no bebe»; o el vozarrón del Chino Valera Mora, con sus poemas “amanecí de bala, amanecí bien, magníficamente bien, todo arisco” o “como camina una mujer que recién ha hecho el amor, como mira a los demás y como los demás la miran a ella”; el poeta Argenis Daza “soy un par de melladas garras en el fondo del mar”; el poeta Humberto Márquez “tarde fría, cielo gris, muerto sol” o Jorge Méndez, con su “Bárbara quien te creó se confabuló contra mí”, la lista es larga.
Casi toda esa Bohemia se perdió. Todos fueron desapareciendo la gente y los restaurantes. Con Miguel los conocí. He asistido a la despedida de muchos, a los sobrevivientes que me consigo en los botiquines, siempre levantamos las copas por los viejos tiempos. No puedo volver el tiempo, pero si recordarlo.
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@marioevaldez