Maduro disfruta el coronavirus
La cuarentena nada tiene que ver con la lucha por la protección de la salud de los venezolanos. Esa jamás podría ser la aspiración de alguien conocido por haber destruido todo, sin excluir el sistema de salud.
Ese señor recibió el covid-19 con la aspiración de dejarnos encerrados en las casas, inactivos, para seguir destruyendo a una patria cuyos ciudadanos, por más errores que hayamos cometido, jamás merecimos ser desgobernados por una oligarquía narcotraficante, terrorista, lacaya de Cuba y Rusia, inepta y corrupta.
Para él esta es una ocasión para intensificar su autoritarismo. Para tratarnos como estúpidos que tenemos que someternos a sus designios, seguir sus órdenes sin chistar, sin derecho a cuestionar nada. Ya en dos ocasiones –claro, inconstitucionalmente, sin control parlamentario ni nada– ha decretado estados de excepción y ha anunciado prolongadas cuarentenas. Se regodea diciendo que el riesgo es inminente y proyecta su política hasta, en el mejor de los casos, a finales de año.
¿Cuál ha sido la realidad? Que aunque queramos protegernos del contagio, muchos, al menos uno por familia, debemos salir a diligencias puntuales, a bregar la comida, etc. Y la gente no ha salido en forma más masiva, no tanto por el riesgo al contagio, sino por la falta de gasolina. Ese es otro aspecto que esta dictadura intenta tapar con nuestro encierro, la escasez de gasolina y la destrucción de todo.
Pero la gente no solo ha salido para tratar de subsistir. La gente también ha salido a protestar. Se han reportado centenares de protestas, no programadas, desarticuladas, referidas a las precarias condiciones en las que vivimos los venezolanos. La gente pelea por la electricidad, por el agua, por el gas, por la gasolina, por la comida. Y, aunque las condiciones en la que se desenvuelve el pais no ayudan a masificar y orientar hacia lo político las protestas, no dudo que toda esta situación pueda generar una escalada política y social que intensifique la presión contra esta dictadura.
Mientras tanto, no sabemos cómo será el comportamiento del covid-19 en los próximos días, semanas y meses. Los pronósticos de incremento de la enfermedad, gracias a Dios, no se han concretado, aunque algunos consideran que eso viene. Los expertos señalan que la situación de aislamiento a la que Maduro ha sometido al pais hace que el virus aquí se parezca al virus en países aislados.
Consideran también que la dictadura ha querido implementar aquí las políticas que deben ejecutarse en países donde la incidencia de casos y muertes ha sido alarmante. En dos platos, en Venezuela, con porcentajes de casos parecidos a Haití, se implementan medidas correspondientes a países como España.
Toda esta incertidumbre hace que tengamos dudas razonables de cómo actuar frente al virus y frente a las decisiones de la dictadura en los próximos días. Es necesario que la dirigencia democrática, garantizando la unidad más allá de los últimos tropiezos, conversemos acerca de cómo orientar nuestras acciones frente a todo el panorama planteado.
Quizá la solución no esté en el “quédate En Casa” ni en el “salgamos masivamente a las calles”.
La solución podría estar en, utilizando algunos mecanismos de protección como los famosos tapabocas y guantes, y guardando el también famoso distanciamiento social, comencemos a organizar actividades que permitan mover a la dirigencia política y social y mover a los ciudadanos para generar la presión que hace falta y de esta manera, impulsados por la presión internacional que está allí y que sigue muy comprometida a pesar de la pandemia, seguir construyendo el clima para que se produzca el cambio en nuestra Venezuela.
Esta situación no nos puede tener inertes. Tenemos que sacudirnos y retar a la dictadura para demostrarnos y demostrarle al mundo que este es un país que resiste, que lucha y que va a hacer todo para vencer.
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@JuanPGuanipa