Macao: un Las Vegas portugués en medio de Asia
Cuando hablamos de Portugal, se nos viene a la mente una nación mediana -para los estándares europeos- situada en la cosa oeste de la península ibérica. Pero no debemos olvidar que este país occidental ha sido durante mucho tiempo una de las naciones más influyentes del mundo. Lo atestiguan los más de 260 millones de lusófonos en todo el mundo. Y es que la huella que dejaron los exploradores, navegantes y comerciantes portugueses es universal.
La influencia portuguesa va mucho más allá de Brasil, Angola o Mozambique. Los portugueses fueron los primeros europeos en establecer relaciones comerciales con Japón y pese a los intentos fallidos -con su correspondiente carambola- de Cristóbal Colón, el portugués Vasco da Gama fue el primero en llegar hasta la India en barco desde el Atlántico. Su naturaleza marinera los llevó a fundar pequeñas colonias y puestos comerciales por todo el mundo, siendo notorios sus enclaves en preciados territorios de Asia oriental.
En la actualidad, el colonialismo se suele vincular más a naciones como España, Países Bajos, Francia, Reino Unido o Estados Unidos, pero lo cierto es que las últimas colonias europeas en Asia fueron portuguesas. Por sorprendente que parezca, hasta 1999 Portugal todavía no se había desprendido de todas sus colonias. Justo al límite de entrar en el nuevo milenio, se produjeron dos acontecimientos históricos: la independencia pactada con Portugal e Indonesia de Timor Oriental y la devolución de Macao por parte de Portugal al gobierno chino.
Desde ese momento, Macao se convirtió en una región administrativa especial de la República Popular China, gozando del mismo estatus que Hong Kong. Precisamente esta última, antigua colonia británica, ha tendido a llevarse todos los focos en cuanto a reconocimiento internacional se refiere. Hong Kong siempre ha sido famosa por tratarse de una especie de “China capitalista”, pero Macao no se queda atrás en ese aspecto.
Entidades gubernamentales como Colijuegos en Colombia, o la Dirección General de Ordenación del Juego en España, llevan casi una década emitiendo informes sobre la evolución de la industria de los juegos de azar. Los datos evidencian que este tipo de ocio no hace más que crecer a nivel global, por lo que supone una industria a tener muy en cuenta para el desarrollo económico de naciones y regiones. En esto, concretamente, Macao lleva la delantera.
Desde hace décadas, China viene aplicando una política internacional en la que se vende como un país con dos sistemas: la parte social comunista de China continental y la parte capitalista liderada por el territorio en disputa de Taiwán y las regiones administrativas especiales de Hong Kong y Macao. Mientras que Hong Kong se ha configurado como un gran centro financiero internacional, Macao se ha orientado hacia un gran centro de ocio en medio de Asia.
Al igual que Las Vegas en Estados Unidos, Macao se ha convertido en todo un centro mundial del juego y las apuestas. Se trata de un oasis dentro del autoritarismo del gobierno continental chino que prohíbe terminantemente el juego excepto en sus regiones especiales. Toda una potencia de la industria de los juegos de azar repleta de casinos y precursora de operadores de ruleta online y muchas de las innovaciones que el sector ha experimentado durante los últimos años. Es por ello por lo que Macao no es solo un gran parque temático para adultos y una joya turística por su pasado como enclave europeo, sino que es considerado uno de los epicentros globales de una de las industrias más prolíferas en la actualidad.
