Los tanqueros iraníes, una limosna del Ayatolá
Están llegando a Venezuela unos tanqueros provenientes de Irán que transportan alrededor de 1,8 millones de barriles de gasolina para Venezuela, país que ha dejado de producirla. Este envío de Irán al régimen de Maduro ha sido visto por el chavismo como una “gran victoria”.
La realidad es que representa una evidencia del desastre al cual ha llevado el chavismo a la industria petrolera venezolana. Cuando Chávez llegó al poder encontró a Venezuela refinando alrededor de un millón de barriles diarios en sus refinerías domésticas. La población venezolana consumía unos 500.000 barriles diarios de gasolinas, todos refinados en el país, ya que apenas se importaban aditivos. Hoy día Venezuela tiene sus refinerías cerradas y la mayor de ellas, Amuay, sufrió una explosión causada por falta de mantenimiento en 2012, tragedia de la cual nunca pudo recuperarse.
Hoy, en 2020, no hay gasolina en el país y un país sin gasolina no puede existir por mucho tiempo. Maduro está contra la pared ya que no tiene dinero para importar de manera permanente la cantidad de gasolina que se requiere, a pesar de que la demanda se ha reducido a unos 80.000 barriles diarios.
Sus amigos iraníes le están enviando un cargamento que le permitiría al régimen tener gasolina para unas tres semanas, aún racionándola y aun cuando la mujercita de las cárceles, Iris Varela, diga que no habrá suministro a los “escuálidos”.
Aunque el gesto iraní puede ser definido como una limosna política este cargamento no será gratis.
Parece que será pagado con el oro ilegalmente sustraído del país por delincuentes como el hijo de Maduro, Nicolasito. Pero hay dos problemas.
El primero es que Maduro no tiene ya mucho dinero para pagar por esa gasolina de manera permanente y los iraníes ciertamente no estarán en posición de regalarla, ya que tienen problemas económicos muy similares a los de Maduro. El segundo es que Irán no tiene exceso de gasolina para suministrar a Venezuela de manera permanente. Este cargamento casi seguramente será único. Irán está refinando unos 600.000 barriles diarios de gasolina en el mejor de los casos, ya que la tercera fase de la refinería Gulf Star de Persia, situada cerca de Bandar Abbas, apenas entró en línea hace unos meses. Con esa adición de capacidad de refinación Irán apenas alcanzará a cubrir su creciente demanda interna. No hay gasolina para exportar. Por lo tanto, este cargamento de Irán para Maduro es una limosna de una sola vez, un espejismo de victoria.
Maduro ha llevado a Venezuela a ser un país dependiente de limosnas de regímenes forajidos. No habrá pena suficiente para este miserable.