La lucha contra Maduro y su nefasto régimen
El régimen frecuentemente nos anuncia medidas orientadas a mejorar la calidad de vida de los venezolanos. Con ello, pretende recuperar la confianza perdida de un pueblo hastiado de la manipulación, los excesos de poder, las promesas incumplidas y la desilusión de una prosperidad inexistente.
Desde un escenario mediático con un presidente y voceros a los que nadie les cree, el régimen intenta, entre un hiperrealismo y una desmesura fantástica y fanática, encubrir la dolorosa realidad de un clima apocalíptico creado por sus propios errores.
Cada anuncio gubernamental la ciudadanía lo recibe con la certeza de que se augura mayores catástrofes, fatalidades, improvisación, información imprecisa y contradictoria que evidencian la más profunda ceguera de la realidad nacional.
Estos son los factores fundamentales a través de los cuales el régimen ha desgobernado a nuestro país. Los venezolanos indefensos vemos los anuncios de la dictadura como poco convincentes, imposibles, poco probables; más bien, como la instauración, a un nivel sin precedentes, de una estructura de amos y esclavos garantizada por mercenarios uniformados; un ultimátum a la paz, la tranquilidad, la calma y a la seguridad de erradicar la incertidumbre del futuro.
Como pacientes de tales exabruptos ha nacido una convicción: este gobierno no sirve para nada de nada y que hay que ponerle término a su mandato.
La desventurada persona de Maduro siempre da sus peroratas, rodeado por el entorno de sus cómplices más cercanos: ministros y secretarios, asesores y asesores de los asesores, consultores extranjeros, valets, magistrados del TSJ, generales, adulantes y allegados y, por supuesto, la familia presidencial o, al menos, lo que de ella va quedando.
A pesar de tanto despliegue y boato, Maduro no puede ocultar el agobio infinito y el lastre pertinaz que la causan el hablar por hablar.
A esta noche totalitaria que nos impone la dictadura debemos ponerle fin. Sin invocaciones y llamados grandilocuentes y guiados por el mismo propósito de cambiar el estado de desastre en que vivimos y acabando con la perniciosa actitud de pisarnos los unos a los otros, el nefasto gobierno de Maduro se vería en serios aprietos para mantenerse en el poder.