Especial ND: El proyecto AutoGas de Chávez, una opción para algunos ante la crisis de gasolina
La severa escasez de gasolina que ha golpeado al país desde antes de la cuarentena le ha dado esperanzas a un proyecto del fallecido presidente Hugo Chávez que se encontraba en terapia intensiva: el uso de gas licuado para vehículos.
En la conocida parroquia 23 de Enero, al oeste de Caracas, esto es evidente. Y es que en la Zona Central hay una estación de servicio (E/S) de AutoGas donde, desde las 6:00 a.m. y hasta pasadas las 8:00 p.m., más de 200 vehículos se enfilan para poder surtirse.
El proyecto AutoGas de Pdvsa, impulsado por Chávez hace unos 13 años, instala cilindros, típicamente uno o dos, en el maletero de los vehículos que pueden funcionar tanto con gasolina como con gas. En Caracas existen solamente tres E/S que surten gas, y en la del 23 de Enero solo funciona un pico de cuatro.
A esa E/S se acercó el equipo de ND para consultarle a varios conductores que estaban aguardando su turno. La fila era de unos 70 carros, aproximadamente.
“Llegué a las 3 de la tarde y de aquí a la bomba hay como una hora más porque hay un solo pico. Cuando hay dos, solo se dura una hora. Aunque ayer duré cuatro horas aquí”, comentó Vicente Mogollón, quien se encontraba sentado en su auto escuchando la radio.
Dijo que es preferible llenar la bombona de gas antes que hacer una cola por gasolina, “porque tú puedes rodar todo el día”. Y explicó que el cilindro permite recorrer unos 100 kilómetros, mientras que con gasolina “se puede andar por más tiempo”.
Personal de salud en la cola
Otro conductor, el cirujano bucal José Castro, reveló que era la décima ocasión en la que iba a llenar los cilindros con gas. Dice que a él le dura apenas dos días y que antes no había tanta cola en esa E/S.
“He visitado tres bombas. Fui rotándome. Primero en la del CCCT. Duré cinco horas allá, me vine a la de Catia, y tardaba 45 minutos y ahora estoy aquí, que es la que menos tiempo tarda”, contó.
También señaló que antes enseñaba sus credenciales como personal de primera necesidad, y lo dejaban pasar, “pero las últimas dos veces que vine tenían problemas con los picos que surten el gas y me dijeron que tenía que hacer mi cola como todo el mundo”.
A su juicio, “no deberíamos estar pasando por esto, ni haciendo cola para gas ni para gasolina. Me parece absurdo que estemos en un país petrolero donde se producían los derivados y ahora estemos prácticamente mendigando la gasolina”.
“No he podido echar gasolina desde hace un mes y medio. No ha habido manera. He hecho colas de personal de salud.Quedo de séptimo u octavo y al mediodía, se acaba y no logro echar”, añadió.
En la cola estaba otro trabajador de la salud. Se trata de Wilmer Colmenares, quien trasporta material médico-quirúrgico de traumatología. Dijo que recorre clínicas y hospitales todos los días, “y la situación es grave”.
“Al sector salud no le prestan apoyo en ningún lado y estamos trabajando ya con las manos. Echando tanto gas como gasolina, para poder atender las emergencias. Yo trabajo con material médico-quirúrgico para traumatología y es fuerte para nosotros. Yo tengo que viajar por el país y me cuesta un mundo llegar a un hospital o a una clínica en el interior del país. El material cuando llega, es difícil buscarlo. Es complicado en esta pandemia”, comentó.
Consultado sobre si ha hecho colas para gasolina, dijo que sí, y que la última vez que se quedó fue sacado por un capitán de la GNB tras haber pasado 16 horas postrado.
“No pude hacer más nada porque ellos son los que están mandado ahorita. Me sacaron de la cola y si no, no echaban los de atrás. Y de casualidad de la vida. El hermano del capitán se tuvo que operar con nosotros, que es la cosa que me dio más rabia, que tuvieron que solicitar el apoyo de nosotros para operar a esa persona”, contó a ND.
Como personal de la salud, dijo Colmenares que no puede pagar la gasolina a $3, cuando cobra solamente 8 dólares al mes. “¿Cómo pago una gasolina así?”, criticó.
Y en ese marco, se le consultó si ya había recibido el pago de 100 dólares mensuales que ofreció el presidente (e) designado por la AN, Juan Guaidó: “No he visto la ayuda ni de Guaidó ni del gobierno. Me he inscrito en el sistema. En todas las cosas para ver cómo nos pueden ayudar cualquiera de los dos sectores y ninguno de los dos nos ha dado apoyo”, demandó.
“A mí me da pena colearme”
Ya surtiendo su vehículo con gas estuvo Juan Rodríguez, quien se identificó como trabajador de un ente del gobierno madurista. Indicó que si bien él puede “chapear” para pasar de una vez, le da “pena” y prefiere hacer su cola “como todo el mundo”.
“Pero, a mí me da pena colearme. Hay una cantidad de cola ahí, yo no voy a llegar de una vez… Si tuviera que hacer un trabajo inmediato, sí. Pero no tengo nada que hacer, hago mi cola. Duré dos horas y media en la cola, es el deber ser, cada quien tiene que hacer su cola”, precisó.
Pidió una solución pronta a la crisis, porque “no es posible que duremos todo el día haciendo cola. Prácticamente a uno se le va el día haciendo cola. Cuando no es el agua, es la gasolina. Ahora es el gas. Esto era una cosa que uno echaba gas en cinco minutos, ahora son dos horas. No es fácil”.
Dijo que no ha hecho colas por gasolina, pero que en lo personal prefiere el combustible porque le rinde más. “Con el gas no. Con el gas tengo que echar todos los días”, explicó, al señalar que vive en Guatire y el cilindro alcanza solo para subir a Caracas y regresar a su hogar.
“Es una locura ver tantos carros”
ND se aproximó para conversar con la encargada de surtir de gas a los vehículos en la E/S. Una mujer de unos 40 años, con tapabocas y sin guantes, de nombre Coromoto González. Lleva 16 años trabajando allí.
“Yo trabajo desde las 12:00 p.m; pero esto se prende a las 6:00 a.m., y desde allí se comienza a surtir. Hay otro compañero conmigo. Es una locura ver tantos carros. El proceso es más difícil porque los picos tienen escapes de gas. Las mangueras son más duras que las de la gasolina, entonces salen callos. Es difícil”, dijo, mientras mostraba sus lastimadas manos.
Especificó el límite de los cilindros. Para carros pequeños son 7 metros cúbicos. Las camionetas aguantan 28 metros cúbicos y los autobuses “200 y pico”.
Indicó que es gas directo el que se surte y que lo que se puede dañar en esa estación de servicio “son los picos y el compresor». Hay cuatro picos y funciona uno nada más. Se dañan por el uso. En cuanto al mantenimiento, ayer los llamé para arreglar los dañados y no vinieron. Vendrán mañana, o pasado”, comentó.
Dijo que surte, al menos en su turno, “ciento y pico de carros” al día, excepto los autobuses marca Yutong, que necesariamente deben surtirse de gas en otra E/S, ubicada en Gato Negro, en la avenida Sucre.
González precisó que el surtido es gratuito y lo que recibe de las personas es propina porque no ha recibido pago del gobierno desde hace cuatro años. «Sigo trabajando porque algún día tendrá que llegar nuestro dinero. Ya llevo 16 años trabajando aquí. No puedo perder mis años”, finalizó.
¿Qué es el proyecto AutoGas?
En 2007, Chávez anunció que el proyecto de AutoGas que impulsaba el extinto Ministerio para la Energía y Petróleo y Pdvsa, era una opción “más económica que la gasolina y otros combustibles de consumo interno en el país”. Decía que con este sistema, “todos los venezolanos tendrán la oportunidad de disfrutar de las ventajas del gas natural para vehículos, una vez que se inicie dicho plan”.
“Este es un proyecto de gran trascendencia por el hecho de que resulta favorable para el medio ambiente, por lo que es calificado como un combustible ecológico (…) El gas resulta ser un recurso explotable desde el punto de vista vehicular. Pdvsa adoptará los mecanismos necesarios para minimizar el despilfarro de combustible líquido que actualmente existe en el país.
Además, la estatal petrolera posee larga experiencia en el manejo de los hidrocarburos gaseosos los cuales son de alta calidad y de bajo costo de extracción. Estas características engloban un conjunto de ventajas para llevar adelante el proyecto AutoGas en el marco de la Revolución Gasífera Socialista”, indicó Chávez en su momento.
El proyecto de AutoGas se basa en la instalación de un surtidor de gas directo natural (metano) a uno o dos cilindros ubicados en la maleta de los vehículos. Gracias a ese sistema, no hay necesidad de utilizar la gasolina y, de acuerdo con el fallecido presidente, “se reduce al mínimo la pérdida de potencia” en los carros.
Chávez quería que todos los vehículos adoptaran este plan de conversión. Decía, hace 13 años, que la gasolina se iba a exportar para construir viviendas, escuelas, hospitales y bancos comunales. “Estamos gastando demasiado en gasolina. Hay un derroche muy grande”, estimaba.
Ahora, en pleno 2020, las refinerías no funcionan, y necesariamente hay que importar la gasolina para surtir al parque automotor. Sin embargo, el combustible ha venido escaseando y ya ahora existe una crisis sin precedentes. El derroche ya no existe.
Y si bien hay cinco tanqueros iraníes en camino a Venezuela cargados con gasolina, la gente en la cola señala que será “paños de agua caliente” para la situación actual, y que la distribución no durará ni una semana por la escasez tan severa que hay en Caracas y todo el país.
Por tal razón, cada día se están formando más colas en las tres E/S capaces de surtir gas en Caracas. Parece que, en efecto, la idea del fallecido presidente socialista se está asentando pero no por una decisión, sino por necesidad ante la carencia de gasolina.
@jherreraprensa