El tun tun” para meterle miedo a la ciencia

Opinión | mayo 22, 2020 | 6:12 am.

Quiero referirme a las amenazas que Diosdado Cabello lanzó sobre la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales debido a que divulgó un informe científico sobre el covid-19 en Venezuela, el cual no le agradó para nada a la tiranía.

Estas amenazas acompañan ostras oscuranas, como lo es el hecho de que el país no se entera de lo que hace el acompañamiento científico que integra la fulana comisión presidencial que dirige la rocambolesca Delcy, y también nos referimos al carácter fantasmagórico de quien debiera ser un protagonista de estos días; me refiero a un mudo llamado Carlos Alvarado, el Ministro de Salud.

“Esto es una invitación a un “tun tun” a los que hicieron este informe”. Así se expresó el malandro aquel porque la Academia dijo lo que tiene que decir como institución científica, ya que en su informe se proyecta hasta mil casos diarios de covid.19 en Venezuela, y exigió ampliar el diagnóstico mediante las pruebas  PCRRT por habitante, y no esa caterva de los denominados “test rápidos”, que son las que se ufana Jorge Rodríguez de haber aplicado a cientos de miles de venezolanos, tratándose de unas pruebas con muchas limitaciones; y si son de manufactura china, ameritan las dudas por los escándalos de ese material en otros países.

Lo de Diosdado nos recuerda el trato que la dictadura china le aplicó al heroico doctor Li Wenliang, a quien Dios tenga en la gloria como mártir de la salud, ya que en diciembre alertó a sus colegas sobre la aparición en Wuhan del nuevo coronavirus. Pero ese mensaje de alerta fue capturado por los organismos de seguridad que intentaron obligarlo a hacer silencio “por sus comentarios falsos que habían perturbado severamente el orden social”. Días después, el doctor Li falleció por coronavirus.

Pues bien, es así que Diosdado manda a hacer silencio a una institución que tiene entre sus integrantes a Mayly Sánchez, una investigadora de la Universidad de Harvard que fue nombrada por la BBC en el 2013 como una de las mujeres científicas más influyentes del momento en el mundo.

Y pensar que en marzo Maduro nombró como su asesor para enfrentar al coronavirus a un tal Sirio Quintero, el que “tiene la cura contra el cáncer” y también una “receta basada en plantas medicinales para curar el coronavirus”, cura que fue descalificada por la academia debido a su falta de basamento científico. ¿Vendrá de ahí el odio hacia esa institución porque ridiculizó a un Maduro en su esfuerzo por hacer reír al planeta y por hacer llorar a los venezolanos?

Lo raro también es el carácter espectral de los científicos que participan en la denominada “Comisión Presidencial. Si son los que he leído en las webs del gobierno usurpador, en verdad tienen méritos, y con ellos me refiero a que allí está un Héctor Rangel, con postdoctorado en EEUU sobre virología; está la bioquímica María Correa, con mucha experiencia en el diagnóstico de enfermedades infecciosas; está un experto como Domingo Garzaro Rojas, reconocido científico en bioseguridad; está un premio nacional de Ciencia y Tecnología, como Juan Luis Concepción. Si esa gente en verdad forma parte de esa comisión, si tienen ese nivel, ¿por qué no son el rostro de la lucha, como se presentan en otros países?

De igual manera, da lástima el triste papel de “jarrón chino” que ha estado haciendo el ministro de salud, Carlos Alvarado. En estos momentos históricos, sólo es una penosa sombra silenciosa.

Todo esto da pena ajena.

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