Calidad de vida y política
¿Qué es lo que la ciudadanía quiere de la política? Muy simple: menos diatriba, menos ideología y más acción.
Los pueblos a lo largo de la historia han vivido a la expectativa. Con pocas excepciones y desde los emperadores romanos la humanidad ha vivido del juego de la política. Te doy y te quito para volver a darte, mientras menos tienes y menos educado más fácil manipularte.
Así de simple.
No necesitamos de tratados de politología, de líderes mesiánicos ni grandes discursos para llegar a la única conclusión: en la sociedad occidental, la que no está sujeta a los designios de los profetas, al reconocimiento de las castas o la reencarnación o al designio del igualitarismo explotador, los pueblos necesitan menos de lo que les ofrecen y más de lo que la civilización ha demostrado ser capaz de dar para tener calidad de vida.
Sí. Lo que las sociedades quieren es tan claro como el agua. Que se las garantice que los avances civilizatorios y la progresión universal estén a su alcance.
Como se entiende que haya gente sin agua, sin electricidad, sin educación, sin redes de salud pública, sin ingresos mínimos de sobrevivencia para su alimentación, sin telefonía digital, sin capacidad para movilizarse y llegar con dignidad a la vejez. El Banco Mundial dice que personas con ingresos de 1,90 dólares al día o menos viven en extrema pobreza. Sin embargo, en el mundo, aquí en este continente, hay millones de seres humanos que reciben menos de 5 dólares al mes.
Los políticos que aceptan eso no pueden tener el honor de dirigir a sus pueblos. No pueden seguir engañando a sus ciudadanos, pues nada de lo simple que aspiran es inaccesible en estos tiempos.
La gente necesita lo más menudo para tener una existencia digna. Ya no quieren diatriba, ni discursos, no necesitan oferta, sino lograr sus mínimas demandas.
¿Cuáles son?
Salud, un ingreso decente, un medio ambiente limpio y digno que de sentido de pertenencia. Educación de calidad adaptada a las exigencias de los nuevos tiempos. Vivienda digna y sobre todo que puedan llegara viejos con seguridad social de alto nivel.
Los ciudadanos aspiran de sus gobernantes que apliquen las buenas prácticas que han hecho a sociedades vivir con dignidad y sentido de futuro. Solo se trata de buenas políticas, con honestidad y sentido de futuro para que una sociedad viva en armonía.
Y de los políticos que esperan, que estén en la política para servir, para dar, para sacrificarse por lo colectivo y fundamentalmente que sepan gerenciar lo social. No hay nada que le haga más daño a la política que la improvisación y los improvisados.