Borges, a Antonio Guterres: Maduro no es la víctima, es el victimario
El comisionado de Juan Guaidó para las relaciones exteriores, Julio Borges, envió este lunes una carta al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, con motivo de la Operación Gedeón y la crisis que atraviesa el país. Dijo que el presidente/ANC, Nicolás Maduro, utiliza el aparato de propaganda del gobierno para presentarse como “víctima” por esa acción militar.
“Desde el mismo momento en que ocurrieron los hechos hubo un claro interés del régimen de inculpar a la oposición democrática, con el propósito de encarcelar al presidente interino y varios de sus dirigentes. Ante tales señalamientos, nuestra respuesta ha sido muy clara y transparente: el gobierno interino no tiene nada que ver con dicha operación militar; no ha suscrito, como se ha pretendido hacer ver, ningún contrato con la empresa Silvercorp y, por lo tanto, no existe ninguna vinculación ni responsabilidad entre el Gobierno legítimo o la Asamblea Nacional, con ninguna de las acciones, posiciones, planes que realice o haya realizado. Con estas acciones el régimen de Nicolás Maduro, y su aparato de propaganda, lo que pretende es presentarse como la víctima cuando en realidad es el victimario. Existen suficientes evidencias y testimonios que dan cuenta que la operación militar fue infiltrada por agentes del gobierno como lo admitió públicamente el vicepresidente del partido oficial Diosdado Cabello”, señaló en su larga misiva.
De igual forma, aseveró que Maduro no es víctima de una conspiración internacional, sino el responsable de la pérdida de la soberanía de Venezuela, que, dice, “virtualmente” está entregada “a la dictadura cubana que es la que maneja los hilos del poder en Venezuela y a grupos terroristas como los disidentes de la FARC y el ELN, los cuales se dedican desde Venezuela a operaciones de narcotráfico y extracción ilegal de oro, así como otras actividades que lesionan los principios de paz y seguridad del hemisferio”.
“Además, los estrechos vínculos con el régimen iraní, también lo ubican como un Estado promotor del terrorismo. Esta entrega del territorio se ha dado a la par de un proceso de descomposición y quiebre de nuestra Fuerza Armada Nacional”, precisó.
“Tenemos un ejército diezmado por la corrupción, el hambre, la falta de equipamiento, la represión y el crimen organizado. Hoy son más de 200 oficiales institucionales que están presos por rebelarse contra el régimen y su intento por desconocer la Constitución la democracia de Venezuela. La lucha por la restitución del orden democrático y la libertad de Venezuela ha sido asumida desde el Gobierno legítimo con transparencia y claridad. Fue así como asistimos, con nuestra mejor buena fe, a las conversaciones auspiciadas por el gobierno de Noruega en Oslo y Barbados con miras a explorar caminos para solucionar la crisis. En ambas ocasiones estos esfuerzos terminaron en fracaso dada la poca buena voluntad del régimen de negociar una salida pacífica quedando así en evidencia que la estrategia del régimen no era la búsqueda de soluciones sino ganar tiempo”, añadió.
A continuación, la carta íntegra:
– Excelentísimo Señor Antonio Guterres
Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas
Nueva York.
Excmo. Señor Secretario General:
En nombre del gobierno legítimo de Venezuela que preside el diputado Juan Guaidó, y en mi condición de Comisionado para las Relaciones Exteriores, me dirijo a usted para saludarle y referirme a los acontecimientos ocurridos los días 3 y 4 de mayo, conocidos como la «operación Gedeón», que el aparato de propaganda del régimen ha querido presentar no sólo como un quebrantamiento del orden constitucional, e intento de magnicidio, sino que, manipulando los hechos, han pretendido, por diversas vías, involucrar y responsabilizar de los mismos a miembros de la Asamblea Nacional de Venezuela, así como a los gobiernos de Colombia y de los Estados Unidos a quienes señala de encubrir y financiar la operación.
Desde el mismo momento en que ocurrieron los hechos hubo un claro interés del régimen de inculpar a la oposición democrática, con el propósito de encarcelar al presidente interino y varios de sus dirigentes. Ante tales señalamientos, nuestra respuesta ha sido muy clara y transparente: el gobierno interino no tiene nada que ver con dicha operación militar; no ha suscrito, como se ha pretendido hacer ver, ningún contrato con la empresa Silvercorp y, por lo tanto, no existe ninguna vinculación ni responsabilidad entre el Gobierno legítimo o la Asamblea Nacional, con ninguna de las acciones, posiciones, planes que realice o haya realizado.
Con estas acciones el régimen de Nicolás Maduro, y su aparato de propaganda, lo que pretende es presentarse como la víctima cuando en realidad es el victimario.
Existen suficientes evidencias y testimonios que dan cuenta que la operación militar fue infiltrada por agentes del gobierno como lo admitió públicamente el vicepresidente del partido oficial Diosdado Cabello.
La lucha por la restitución del orden democrático y la libertad de Venezuela ha sido asumida desde el Gobierno legítimo con transparencia y claridad. Sin embargo, la dictadura de Nicolás Maduro, acostumbrada a mentir, pretende aprovechar esta coyuntura para arreciar la persecución política y las amenazas sistemáticas a toda la disidencia política venezolana.
Este es un régimen que ha destruido la institucionalidad democrática y viola sistemáticamente los derechos humanos. Los informes de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sobre la crisis venezolana han documentado no solo cómo los organismos de seguridad del régimen han cometido masivas ejecuciones judiciales contra los venezolanos en los últimos años, sino también cómo en el país se ha venido profundizando una Emergencia Humanitaria Compleja.
Según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, en su informe de este año, Venezuela es uno de los 5 países más afectados por el hambre, donde más de 9 millones de personas viven en inseguridad alimentaria. En la misma línea, es importante destacar que la destrucción del sistema de salud venezolano no tiene precedentes en la historia. 70% de los hospitales del país presentan problemas de suministro de agua y luz, la escasez de medicamentos a nivel nacional es de 80% y en los últimos años, más de 30 mil médicos venezolanos han emigrado por la difícil coyuntura.
La crisis económica complejiza aún más esta situación. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Venezuela podría terminar este año con una inflación de más de 15.000% y con una caída del PIB superior al 15%, esto coloca a Venezuela como el país que en últimos 7 años ha sufrido una de las debacles económicas más grandes de la historia. Una crisis que no se compara ni siquiera con países en guerra y que hoy ha dejado, de acuerdo con cifras del Alto Comisionado para las Naciones Unidas (ACNUR), cerca de 5 millones de migrantes venezolanos, una cifra que pudiese llegar a los 8 millones de no solucionarse la crisis en el corto plazo.
Nicolás Maduro no es la víctima de una conspiración internacional sino el responsable de la pérdida de soberanía de Venezuela, virtualmente entregada a la dictadura cubana que es la que maneja los hilos del poder en Venezuela y a grupos terroristas como los disidentes de la FARC y el ELN, los cuales se dedican desde Venezuela a operaciones de narcotráfico y extracción ilegal de oro, así como otras actividades que lesionan los principios de paz y seguridad del hemisferio. Además, los estrechos vínculos con el régimen iraní, también lo ubican como un Estado promotor del terrorismo. Esta entrega del territorio se ha dado a la par de un proceso de descomposición y quiebre de nuestra Fuerza Armada Nacional. Tenemos un ejército diezmado por la corrupción, el hambre, la falta de equipamiento, la represión y el crimen organizado. Hoy son más de 200 oficiales institucionales que están presos por rebelarse contra el régimen y su intento por desconocer la Constitución la democracia de Venezuela. La lucha por la restitución del orden democrático y la libertad de Venezuela ha sido asumida desde el Gobierno legítimo con transparencia y claridad. Fue así como asistimos, con nuestra mejor buena fe, a las conversaciones auspiciadas por el gobierno de Noruega en Oslo y Barbados con miras a explorar caminos para solucionar la crisis. En ambas ocasiones estos esfuerzos terminaron en fracaso dada la poca buena voluntad del régimen de negociar una salida pacífica quedando así en evidencia que la estrategia del régimen no era la búsqueda de soluciones sino ganar tiempo.
Ante la gravedad de la crisis, hemos ofrecido como solución la conformación de un gobierno de Emergencia Nacional, el cual incluya a todos los sectores del país y permita no solo atender la difícil situación económica y social, hoy agravada por el Covid-19, sino también avanzar hacia una transición democrática que le devuelva al pueblo venezolano su derecho a elegir libremente.
Señor Secretario General:
Quienes formamos parte de la oposición al régimen hemos estado siempre dispuestos a tomar en cuenta la contribución de países amigos y a contar con el respaldo sin condiciones previas de la ONU en las tareas de elecciones, asistencia humanitaria, justicia transicional, etc. Instrumentos necesarios para superar la situación de estado fallido en que se ha convenido Venezuela bajo el régimen y evitar hacer del país un riesgo a la paz y seguridad internacionales.
Señor Secretario General, estamos persuadidos que Nicolás Maduro representa una amenaza a la paz. Estamos en el «Decenio por la paz Nelson Mandela». La propia Carta de la ONU, como acertadamente lo señala su «Informe sobre el estado de la paz y la seguridad mundiales, en consonancia con los principales mandatos previstos en la Cana de las Naciones Unidas», fechado el 6 de abril de 2020, otorga a la prevención de conflictos un carácter central de las tareas de la organización de evitar el estallido de nuevos conflictos y preservar la paz.
Es con ese espíritu que nos permitimos elevar a usted las consideraciones anteriores.
Aprovecho la ocasión para reiterarle mis sentimientos de consideración.
Julio A. Borges J.
Comisionado Presidencial para las Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela
Decreto N° 13 del 28 de agosto de 2019