BBC: ¿Cómo afecta al país la pugna entre el Gobierno de Maduro y Polar?
La relajación de precios y de tipo de cambio por parte de Gobierno de Nicolás Maduro había dado oxígeno a la empresa privada y era vista como una clave para acabar con el desabastecimiento. Sin embargo, la tregua parece haber terminado.
El 24 de abril, la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, anunció que el gobierno aplicaría un mecanismo de «venta supervisada» a los productos de tres de las principales compañías de alimentos del país, a las que acusó de haberse convertido en «marcadores referenciales (de precios) especulativos».
«No hay ninguna razón ni justificación para esta medida arbitraria», protestó a través de un comunicado Lorenzo Mendoza, presidente ejecutivo de Polar.
La decisión gubernamental es vista como un indicador de que el gobierno de Maduro se encamina a reaplicar el sistema de control de precios.
Y también parece apuntar a la reanudación de una larga pugna con Polar que podría tener consecuencias en el suministro de alimentos en ese país.
La amenaza de expropiación
Días antes de que se diera a conocer el mecanismo de «ventas supervisadas», Maduro había denunciado una «guerra económica brutal» en Venezuela, a propósito del notable aumento de precios de productos básicos que había ocurrido en las últimas semanas en el contexto de la crisis por el coronavirus.
«¡Pónganse serios!», advirtió el mandatario al sector privado, aunque sin hacer referencia explícita a Polar.
Abastecimiento en manos privadas
Con las reservas internacionales bajo mínimos, una abultada deuda externa, el desplome de la producción de petróleo y de sus precios, las sanciones económicas aplicadas por Estados Unidos, un PIB que se ha contraído 65% entre 2014 y 2019, una permanente crisis eléctrica y, ahora, una escasez de gasolina, las finanzas del Estado están en una situación crítica.
Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica, considera que la vuelta al sistema de controles puede tener duras consecuencias debido a que el abastecimiento de alimentos en el país se encuentra sostenido en estos momentos por las empresas privadas pero estas, a su vez, se encuentran muy debilitadas financieramente y no tienen capacidad para asumir pérdidas.
Polar no parece escapar a esa realidad.
Pese a que tiene en su cartera muchos de los productos favoritos de los hogares venezolanos, incluida la harina precocida más popular con la que se elabora la arepa -el bollo de maíz con el que diariamente se alimentan millones de venezolanos-, así como la principal marca de cerveza, en los últimos años la compañía también ha debido adaptarse a una economía en declive.
En un video publicado a inicios de abril, Mendoza señaló que la compañía había estado pasando por un proceso «duro y crítico» y que sus volúmenes de ventas habían caído 80% durante los últimos años.