Masacre en Guanare comenzó por falta de comida: Reuters
Miguel Calderón (26), uno de los reclusos que murió baleado en la cárcel de Los Llanos en Guanare, estado Portuguesa, había enviado un mensaje de voz a su padre tres semanas antes de lo ocurrido. “Vivimos entre la mier… y la basura”, afirmó Calderón, un exsoldado encarcelado por robo de automóviles, en el mensaje visto por Reuters.
Al igual que muchos reclusos en las violentas y hacinadas penitenciarías de Venezuela, los 4.000 reclusos del Centro Penitenciario de Los Llanos, en el estado centroccidental de Portuguesa, normalmente subsisten con la comida que los familiares les llevan.
Pero las autoridades prohibieron las visitas debido a una cuarentena impuesta en marzo ante el coronavirus.
Los guardias, desesperados por la escasez nacional, comenzaron a robar la poca comida que entraba a través de las rejas, dijeron los reclusos, lo que obligó a algunos prisioneros a comer animales callejeros.
Para el 1 de mayo, Calderón y otros convictos no pudieron soportarlo más. Alrededor del mediodía, se agolparon en la entrada de la cárcel, exigiendo cambios y algunos intentaron escapar, según dos testigos y otras tres personas familiarizadas con el incidente.
La ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, dijo el 6 de mayo en una entrevista con la emisora Unión Radio que era “falsa, de toda falsedad” la versión de la protesta de los presos en Los Llanos por comida.