¿Quousque tandem Guaidó?
Estoy preocupado por una mujer que conozco. Ella es una persona muy competente, hermosa a más no poder, con hijos bellísimos. Sin embargo, está casada con un maltratador. El tipo la veja, la humilla, la golpea. No la deja trabajar, le prohíbe hablar con sus amistades, e incluso le restringe los alimentos. Ella y sus hijos están famélicos. La otrora hermosa mujer es una sombra aterradora de lo que fue.
En más de una ocasión, los amigos más cercanos le hemos insistido que debe salir de esa casa, denunciar al marido, proteger a sus hijos y salvarse ella misma. Sin embargo, cuando creemos que ella se va a liberar de su verdugo, sale la familia a convencerla de lo contrario. Los argumentos son tan banales que rayan en la complicidad criminal. “– ¿Cómo vas a dejar a tus hijos sin padre? –Seguro es tu culpa. –¿De qué vas a vivir si tu marido no te pasa dinero? –Mira, ya está cambiando, dale un poquito de tiempo. –¿Qué van a decir las amistades? –La culpa no es del pobre, es que está estresado con la situación actual”, etc., etc. Y así va pasando el tiempo mientras el criminal marido extiende la sevicia hasta límites inconcebibles.
¿Le indigna al lector esta historia? Seguro que usted también conoce a esa mujer. Se llama Venezuela.
En estos momentos, algunos sectores de la oposición venezolana hacen el triste papel de la familia de la mujer arriba descrita. Siempre dándole razones al sádico narcorégimen de Maduro para que continúe subyugando a Venezuela. Siempre hay una excusa, siempre hay que darle tiempo, siempre hay que dilatar el final. El último subterfugio de la oposición es el Coronavirus. He escuchado a la Encargaduría que se debe formar un gobierno “paritario” con el chavismo. La excusa esgrimida es que hay que evitar las muertes por el Covid-19. Cuando se haya controlado la amenaza sanitaria, entonces veremos.
Y nos preguntamos los venezolanos si el éxodo forzado de seis millones de connacionales no es suficiente tragedia. Si la prisión ilegal de tantos presos políticos quedará impune. Si los asesinados en las marchas cívicas no merecen justicia. Si los muertos por la desnutrición, por enfermedades prevenibles, por la delincuencia, deben ser olvidados. En suma, nos preguntamos si es que no vivimos una emergencia nacional desde hace muchos años, ante tantos muertos, enfermos y exiliados.
¿Hasta cuándo se seguirá dando oxígeno a la dictadura? ¿Hasta cuándo seguiremos viendo tanta miseria en el país más rico de Latinoamérica? ¿Hasta cuándo contemplaremos impasibles que se sigue tendiendo la mano a un régimen señalado como narcoterrorista? Mi única respuesta es la misma que hemos pregonado desde hace rato: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. Y parece que ahora hay que anteponer una cuarta condición: cese la felonía. Si no cesa la felonía, seguiremos preguntándonos el quousque tándem de los romanos: ¿Hasta cuándo…?
Esperemos que la iniciativa «Marco Democrático para Venezuela», del Departamento de Estado norteamericano, para un gobierno de transición con miembros designados por la Asamblea Nacional allane el camino de libertad que tanto anhelamos, con hombres y mujeres de la talla moral y ética que la nueva Venezuela exige. Diputados de la Asamblea Nacional, tienen ustedes la palabra.
Twitter: @guerra_lenin