¿Qué hace que Venezuela esté en el ranking de países con riesgo de hambruna?
Hace menos de un siglo Venezuela se encontraba entre los diez países con mayor ingreso del mundo. Hoy está en la lista de países en riesgo de sufrir una hambruna.
Este descenso de un país que soñaba con el desarrollo a uno que apenas logra descifrar como sobrevivir es la expresión del deterioro profundo de una sociedad, y particularmente del colapso de un sistema político. Amartya Sen resume este argumento cuando señala que “nunca ha habido una hambruna grave en un país democrático, ni pobre ni rico”, indicando así que los sistemas democráticos parecieran estar mejor preparados que los regímenes autoritarios para enfrentar los riesgos de las hambrunas.
La tesis de Sen ha encontrado detractores, muchos de ellos basados en el hecho que, en la India, una de las principales referencias utilizadas por Sen, aún existe el hambre y la pobreza. Ante estas críticas el Premio Nobel de Economía ha señalado que pudiera haber una confusión con su tesis en cuanto a la interpretación sobre la democracia como el elemento que resuelve el problema del hambre. Esta reinterpretación de la famosa tesis de Sen llevaría a plantear que la democracia es una condición necesaria, pero no suficiente, para evitar las hambrunas. Lo que llevaría a indagar sobre factores adicionales que eviten que millones de personas mueran de hambre.
La respuesta a la interrogante anterior se encuentra en la capacidad de acción de los Estados. Todos los Estados en la lista (de hambruna de la ONU) tienen un alto nivel de fragilidad. A continuación, la lista y su posición en el ranking de fragilidad de los Estados: Yemen (1), Sudán del Sur (2), Siria (4), República Democrática del Congo (5), Sudán (8), Afganistán (9), Haití (12), Nigeria (14), Etiopía (23), y Venezuela (32).
Otro elemento común de todos estos países es que tienen un bajo nivel de Desarrollo Humano, lo que los hace más vulnerables. Por último, el nivel de democracia en estos países es relativamente bajo, lo que estaría alineado con lo planteado por Amartya Sen sobre el vínculo entre democracia y hambrunas.
¿Cómo terminó Venezuela en este grupo? En la respuesta a esta interrogante es donde surge quizás lo más interesante. Del grupo de diez países señalados por la ONU con riesgo de una hambruna, Venezuela es el que tiene el mayor nivel de desarrollo humano y es el que tiene el Estado menos frágil.
Donde el país suramericano retrocede su posición ventajosa con respecto a los demás países de la lista es en cuanto a democracia. Esto indica que dentro del grupo de países en riesgo de una hambruna el factor de mayor importancia para el caso venezolano es la debilidad de su democracia, a diferencia de los demás países donde la fragilidad del Estado y el Desarrollo Humano tiene mayor importancia.
Lo anterior sugiere, una vez más, que el principal problema en Venezuela es político. El nivel de violencia en Venezuela aún es mucho menor que el de Siria. Sin embargo, ambos países tienen una crisis de emigración de grandes magnitudes. De la misma manera, el grado de Desarrollo Humano de Venezuela y el nivel de fragilidad de su Estado no se encuentran en niveles que justificarían una hambruna. Una manera de corroborar el carácter político del grado de vulnerabilidad en Venezuela es al ubicar en qué posición se encuentra con respecto a la variable “Legitimidad del Estado”, donde pasa a ocupar el puesto quince a nivel mundial, siendo esta la variable de mayor fragilidad para Venezuela.
Lo anterior puede tener varias lecturas.
La primera es que Venezuela puede estar aún peor en cuanto a fragilidad y desarrollo humano, esto a pesar de que en los últimos años ha ido empeorando la situación aceleradamente en ambos aspectos. La segunda lectura es que una solución política, que contribuya a fortalecer la legitimidad del Estado, tendría un gran impacto en disminuir la vulnerabilidad del país en general, y específicamente frente a los riesgos de una hambruna.
El problema del hambre en Venezuela es más político. No es exclusivo de la coyuntura actual de la pandemia, sino que responde al debilitamiento del aparato institucional, y específicamente al debilitamiento de la legitimidad del Estado.
Twitter: @lombardidiego