Covid-19 transforma los hogares en salones de clases improvisados: Reuters
Vanesa Jaimes, quien estudio para convertirse en administradora dentro del sistema de salud venezolano, podría describirse mejor en estos días como una profesora para sus cuatro hijos.
Desde que comenzó la cuarentena en Venezuela, a mediados de marzo, Jaimes ha pasado sus días haciendo malabarismos entre el acceso a internet, monitorizar los chats de WhatsApp con las tareas que envía el colegio y trabajar con cada uno de sus hijos.
Ayudar a Gabriel de 8 años con las matemáticas le exigió incluso volver a aprender la división de dos y tres cifras porque, como muchos adultos, no lo había hecho en años.
“Tengo un internet que no es muy bueno y cuando no tengo, uso los datos del teléfono”, dijo Jaimes a Reuters, de 33 años, en una sala repleta de muebles y computadoras que Gabriel y su hermano Mateo, de siete años, convierten en un campo de fútbol por las tardes.
Los niños “necesitan hacer cosas diferentes (…) uno tiene que investigar y sacar un resumen y a Gabriel le colocaron ver unos videos en YouTube”, agregó Jaimes, quien vive en la ciudad andina de San Cristóbal, cerca de la frontera con Colombia.