Coronavirus e infraestructura
La desespecialización es la tendencia dominante de todo socialismo real. Un mismo médico sirve para atender una cardiopatía o una artritis como un abogado para el caso de un homicidio culposo o una inquisición de paternidad al igual que la silla siempre lo será sin distingos de una odontológica y un sofá.
Las economías libremente competitivas suelen ofrecer diferenciados equipos y productos del más variado ingenio para las vicisitudes cotidianas. Tecnología y diseño en lo posible novedosos para cada cosa y situación.
Absolutamente todos los hechos ocurridos o por ocurrir abonan al sector defensa de nuestra seguridad nacional. Cualesquiera brotes o epidemias o pandemias tienen también carácter militar y policial.
Por 2017 vimos a una ballena antimotines apagar el incendio nocturno de un automóvil que levantó una columna de humo negro para tupir los edificios cercanos. Los bomberos fueron simples observadores por más que el agua de su camión tuviese lo elementos químicos para neutralizar los gases.
Ahora la ballena antimotín se ha convertido en un mastodonte blindado para la fumigación anochecida contra el coronavirus en las avenidas que la asumen como un privilegio. Y ha quebrado literalmente el asfalto con la brevedad de una estridencia macabra para las consecuencias del caso.