Ciudades y el miedo
El Covid-19 ha despertado mucho miedo. Algunas sociedades se han paralizado por completo ante esta amenaza a la salud pública, y otras le temen más al colapso económico y financiero que el aislamiento sanitario cauce en sus ciudades, regiones o países.
Sin duda, vivimos un tiempo de dificultades. Vivimos un momento donde debe converger la madurez de los ciudadanos y la buena conducción de los líderes políticos.
Los ciudadanos no podemos caer el pánico. Debemos entender que estamos delante una situación compleja que amerita de nosotros entereza y sobriedad en cada una de nuestras acciones y decisiones.
Usted y yo, como partes de una ciudad, debemos acatar los lineamientos emanados de los entes internacionales de salud. Debemos evitar el contacto con otras personas, debemos quedarnos lo más que podamos en nuestras casas, y cumplir con las recomendaciones tan básicas y sencillas como el lavado de manos.
Y, a la par, las autoridades locales no pueden generar zozobras ante la opinión pública; deben evitar la politización de la crisis y generar tranquilidad entre los ciudadanos.
Por ejemplo, en localidades con alto impacto en el contagio de coronavirus, el alcalde debe mantener una comunicación fluida con los vecinos de su ciudad, hablarles con la verdad y siempre en el ánimo de no despertar pánico entre la población.
Si en cambio, se opta por la exageración, el sensacionalismo o el protagonismo político, causando temor entre la sociedad, produciendo enfrentamientos políticos innecesarios, entonces la autoridad sería parte del problema en vez de ser promotor de las soluciones.
La unión de Gobierno – Sociedad es la base para enfrentar, desde el punto de vista social, a la crisis producida por el Coronavirus.
Tenemos que tener muy claro que esta lucha se libra en dos frentes: Uno sanitario, en el cual deben estar los médicos, epidemiólogos, bioanalistas y demás expertos, y el segundo el social donde la ciudadanía y el gobierno deben colaborar entre sí para superar la realidad apremiante que nos ha tocado vivir.
Este es un trabajo de consciencia, una labor en equipo que todos debemos asumir para sobreponernos a los efectos de esta pandemia, que no puede ser vista como un juego por nadie.
Y, permítanme irme a un detalle puntal, en el caso de Venezuela, donde en muchísimas localidades existe una realidad de desconfianza entre las autoridades y la sociedad en general, se debe emplear una política más activa de contraloría ciudadana para la verificación de datos e informaciones.
En este tipo de casos la unión Gobierno – Sociedad es imposible por las fracturas existentes y es menester que cada ciudadano tenga mayor cuidado, mayor compromiso y mayor activación en aras de prevenir la enfermedad.
En conclusión, esta crisis ha causado mucho miedo, y solo el carácter de los miembros de la ciudad nos dará fuerzas para seguir adelante.
@malemalaver
Junta Directiva Nacional del Colegio de Ingenieros de Venezuela y Presidente de la ONG Gente y Ciudad