AIE: La pandemia agravará todavía más los problemas económicos en Venezuela
París, 3 abril (EFE).- El director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol, considera que el sector petrolero atraviesa el mayor choque de su historia debido a la confluencia entre el confinamiento de media humanidad por el coronavirus y el pulso que mantienen los mayores países productores.
En una entrevista con Efe, este economista turco -que desde 2015 dirige una organización que reúne a los principales consumidores de la OCDE y a grandes productores como EE.UU. o México- advierte del riesgo de desestabilización de muchos países que dependen de las exportaciones de crudo, como Ecuador, Argelia o Venezuela.
Birol, de 62 años, acusa a Rusia de iniciar una batalla entre productores para inundar el mercado con petróleo y hundir así la explotación de los yacimientos de esquistos de Estados Unidos, algo que no cree que vaya a suceder.
Pregunta: ¿Cuáles son sus previsiones para el mercado petrolero en los próximos meses?
Respuesta: El sector del petróleo está sufriendo un choque como nunca antes en su historia. En el pasado la demanda había caído con las crisis económicas, y también hubo excesos de producción, pero no habíamos tenido las dos cosas al mismo tiempo y con esta magnitud.
Esto se debe en parte al cambio de política en algunos países productores clave. Es una cuestión central a la que debemos prestar atención. Confío en que esos países den pasos para estabilizar el mercado y contribuyan a apoyar así a la economía global.
Pero para mí, el grueso del choque actual se debe al gran hundimiento de la demanda mundial.
P: ¿No es, por tanto, responsabilidad de los productores?
R: Por supuesto, los productores al modificar su política han sacado al mercado de 2 a 3 millones de barriles adicionales. Pero la caída de la demanda puede llegar a 20 millones de barriles diarios (la media diaria en 2019 fue de 100,3 millones).
La razón de ese enorme descenso es que de los 100 millones de barriles diarios habituales, el 60 % van al sector del transporte: coches, autobuses, aviones,… Como 3.500 millones de personas en el mundo están ahora confinadas, hay una enorme descenso de la actividad en los transportes y por tanto de la demanda de petróleo.
En una situación normal, los bajos precios generarían un estímulo para los consumidores. Pero en el contexto actual, es bastante improbable que propicien más demanda, al menos durante el periodo de emergencia sanitaria. (…) Con la pandemia y con la marcha de la economía global, la tendencia es que los precios del petróleo continuarán bajo presión.
P: Ha habido conversaciones entre estos grandes productores, en particular Estados Unidos y Rusia, pero ¿cuál es la forma de terminar con esta crisis del crudo? ¿Hay que reducir de forma radical la producción?
R: Arabia Saudí y Rusia son productores muy importantes, pero tienen diferentes papeles. Arabia Saudí ha sido durante años y años un estabilizador en el mercado petrolero global y ha tenido un papel muy constructivo. Espero que una vez más siga teniendo un papel constructivo: actualmente ejerce la presidencia del G20.
En cuanto a Rusia, sus representantes han dejado claro que han cambiado de política para atacar al petróleo de esquisto. Esta crisis afecta de forma seria al esquisto, pero me parece que es demasiado pronto para escribir su necrológica, porque cuando se recuperen los precios resurgirá.
Los geólogos son mucho más eficientes que en el pasado, se han descubierto muchos yacimientos, la tecnología ayuda y también la experiencia.
Definitivamente, el sector del esquisto en Estados Unidos va a sufrir por la situación actual. Miles de empleados y de ingenieros van a ser despedidos, las empresas van a sufrir desde el punto de vista financiero, pero cuando se supere la crisis habrá un repunte de su producción.
P: ¿Es bueno para los consumidores un petróleo tan barato, incluso por debajo de 25 dólares el barril?
R: El bajo precio del petróleo es algo de lo que no se pueden aprovechar (los consumidores) porque no lo controlan. No les reporta beneficios y al mismo tiempo es un factor de desestabilización de muchos países importantes en el mundo. Por ejemplo Argelia, que atraviesa muy serias dificultades. (…) Lo mismo ocurre con Irak o con Ecuador.
No diría que el colapso del sector petrolero es una buena noticia, sino que es mala para el mundo.
P: ¿Y en el caso de Venezuela?
R: Para Venezuela es todavía peor, porque está la gran cuestión de la mala gestión de la industria petrolera. Lo que creemos es que la situación actual seguramente agravará todavía más los problemas económicos y financieros, que son enormes en Venezuela. EFE