Papaya
Sé que es chocante citarse a uno mismo, pero hoy me tocó porque exactamente hace cuatro años escribí un artículo titulado “Van cayendo las caretas…”. Comenzaba diciendo: “Con cada día que pasa, uno se va cerciorando más de que estamos en una dictadura. Una de nuevo cuño, pero no por eso menos dictadura. Ya no se llega a ellas por golpes de mano cuarteleros y fusilamiento de los antagonistas; ahora se comienza degradando la democracia desde el mismo día siguiente de las elecciones en las que resultaron triunfadores”. Después afirmaba: “El descaro con el cual asumen la dictadura ha traspasado las fronteras. Ya todos los países del orbe saben que aquí los cabecillas del régimen no respetan la letra ni el espíritu de la Constitución; una que, según ellos, es ‘la mejor del mundo’. Pero que empezaron a violar desde el vamos”. En esos días se había entregado a la justicia estadounidense el tuerto Andrade, por lo que puse: “Ya están cantando en el Norte algunos que creen que, actuando así, algo de lo sisado les quedará para disfrutar cuando salgan de prisión. Y en ese canto, están implicando a más de uno que todavía sigue pegado a la teta. O sea, van cayendo las caretas”.
Ahora, el Fiscal General de USA, William P. Barr —uno de los más brillantes juristas, de dilatada experiencia y de impecable trayectoria en sus dos veces como Fiscal General de ese país—, ha iniciado un proceso en el cual se sindica a varios venezolanos y a un hasta hoy poderoso nortesantandereano por conspiración para cometer terrorismo y por importar drogas a Estados Unidos.
Delitos gravísimos de los que, por lo que hemos podido leer, se tiene evidencias recopiladas a lo largo de varios años. Dada la seriedad, verticalidad e independencia con las cuales funciona la Fiscalía General de ese país (tan diferente a como actúa la de por aquí), ya los defensores del régimen no podrán más acusar de “actos políticos ilegales” a las acciones llevadas a cabo por el Poder Ejecutivo de USA. Ahora estamos ante la presencia de un proceso judicial. Que es cosa seria siempre, pero más en ese país. El cual, tan seguro de las pruebas que tiene en su poder, inclusive ha puesto a los hoy indiciados en la lista de los más buscados y hasta altas recompensas ha ofrecido para quienes faciliten su captura.
Sabedores de eso, y por aquello tan de estilo por allá de que quien canta primero y le “echa dedo” a los otros tiene menor pena, ya varios de los que aparecen en la lista decidieron entregarse ante las autoridades estadounidenses y ya se encuentran a la disposición de míster Barr. Los que se empecinen y decidan ser contumaces hasta el último día, no recibirán clemencia porque no será por una ley ordinaria que han de ser juzgados sino por la National Security Act; palabras mayores…
En otro orden de ideas, creo que la propuesta que le hizo Guaidó al país para conformar un Gobierno de Emergencia Nacional ha sido recibida con beneplácito por el grueso de nuestros paisanos.
Usando sus palabras: “Todo indica que la situación se va a agravar en las próximas semanas. La dictadura jamás lo va a reconocer. No es opción decidir morir por el virus o de hambre. No se trata de números sino de seres humanos”.
Dado lo espantoso que se presenta el día a día en Venezuela y lo espeluznante que se avizora su futuro creo que un gobierno de ese tipo, encabezado por Guaidó y con representación de toda la circunstancia nacional, sería visto con buenos ojos por todos. Porque puede traer la paz en este país tan enguerrillado por los sectarismos; porque le permite a los países amigos y las organizaciones internacionales canalizar los envíos de recursos, caudales y ayudas que son esenciales para poder preservar la vida y la salud de los venezolanos. Y esto debe lograrse a muy corto plazo porque en tiempos de pandemia, hay que imprimirle mucha eficiencia y profesionalidad al manejo de los recursos, no solo hospitalarios y médicos, sino de suministro de alimentos, gasolina, repuestos y medicamentos.
Ambos hechos, tanto la sindicación por la justicia seria de un país serio a algunos de los integrantes de la corporación criminal que se adueñó del Estado venezolano, como la proposición para formar un gobierno de salvación nacional (para emplear términos puestos de moda en la Revolución Francesa) que solucione los colosales problemas en los cuales está inmersa Venezuela, deben darnos esperanzas a todos.
Deben también servir como una alerta al estamento militar. Para que medite…
Ya se acerca la hora de sacar de la nevera el dulce de lechoza; que es como decimos en Venezuela pero que despeluca a los muy ilustres redactores del DRAE empeñados en que lo correcto es “lechosa”. Cosa en la cual no podemos llevarles la contraria porque el sustantivo devino de un hecho: que el fruto de la carica papaya (todos lo sabemos) emite un líquido lechoso cuando se le hace un corte en su epicarpio.
Para no entrar en la incertidumbre de si es la una o si es la otra, preferí titular hoy: “Papaya”. Y porque eso es lo que quienes se entregaron les están dando a los fiscales penales designados por míster Barr para llevar adelante el juicio…