Escasez de gasolina y pandemia
Las fallas en el suministro de gasolina en Venezuela deja una vez más al descubierto los problemas del régimen de Nicolás Maduro para garantizar el abastecimiento de cualquier insumo en el país. La irregular distribución de gasolina comenzó a agudizarse en el territorio por el año 2017.
A pesar de la puesta en práctica de la medida de ajuste de precios, que muchos críticos califican como la más “impopular” de su gobierno, no se ha podido detener el descontrol en el normal suministro de la gasolina en las distintas estaciones de servicios del país.
En el pasado año 2019 la capacidad de refinación en Venezuela era la siguiente:
Complejo Refinador Paraguaná, 900.000 barriles diarios.
Refinería El Palito, 150.000 barriles diarios.
Refinería de Puerto La Cruz 100.000 barriles diarios.
Pero tan solo se refinan apenas 100.000 barriles. De allí la escasez. Esto lo denuncio el diputado José Guerra en su cuenta de Twitter en mayo del 2019.
Trasladándonos años atrás José Toro Hardy, economista y exdirectivo de la estatal Pdvsa, explicó a Caraota Digital que el despido del 50% del personal calificado en 2002 y la falta de mantenimiento en las instalaciones de la empresa, constituyen algunas de las razones por las que se ha generado esta crisis en el país con las mayores reservas de petróleo del mundo.
Aunado a esto Pdvsa venía presentando retrasos con los pagos a proveedores internacionales, por lo cual, muchos buques cargados con gasolina quedaban varados en las costas venezolanas, que posteriormente eran comprados por otros países de la región a un precio mucho más bajo.
Todos estos escenarios han incidido en la escasez de gasolina en Venezuela.
Esta particular realidad no es consecuencia de los bloqueos económicos, como lo ha querido hacer saber el presidente Nicolás Maduro y sus seguidores. En su discurso antiimperialista atribuyen en cada situación de escasez las recientes sanciones aplicadas por Estados Unidos. Sin embargo, esas medidas no refieren sobre las exportaciones e importaciones de petróleo.
Y llegó el Covid-19
Desde que el presidente Maduro declaró la cuarentena nacional ante la llegada del coronavirus los venezolanos han debido sortear infinidades de obstáculos para adaptarse a las nuevas disposiciones. Uno de esas dificultades es el normal suministro de gasolina en las estaciones de servicio las cuales se encuentran en casi su totalidad cerradas y las pocas que están sumistrando combustible se encuentran militarizadas.
El racionamiento de la gasolina en la ciudad capital y la orden de surtir en las regiones únicamente a las unidades que trabajan en el sector de servicios básicos han puesto al límite la paciencia de los venezolanos.
Es lamentable pero pareciera que la aparición de esta pandemia se ha convertido en una perfecta cortina para ocultar la terrible situación que presenta el sector petrolero.
Las medidas de cuarentena; el cierre parcial de circulación entre municipios y estados del territorio nacional; la militarización de lugares de expendio de alimentos; la prohibición de concentraciones publicas después de las cuatro de la tarde; el subsidio de alimentos en los hogares; y el cierre parcial del comercio y de instituciones públicas buscan silenciar de la peor manera cualquier voz crítica o disidente que pudiera actuar en su contra.
Es cierto que en un gobierno debe establecer estrategias en casos de crisis, sobre todo cuando está en juego la vida y el futuro económico de una nación. Pero estas decisiones deben ser tomadas en consenso entre las distintas fuerzas que integran un Estado.
Todo ello nos lleva a pensar que lo de la escasez de gasolina no es más que una manifestación de cinismo de una política psicópata que necesita crear el caos para seguir en el poder y esconder su incapacidad política para gobernar una nación.
Esta situación nos lleva recordar una celebre frase del presidente Abraham Lincoln: «Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo».