Acusaciones de EEUU profundizan aislamiento de Venezuela en plena emergencia por Covid-19: El País
La crisis política venezolana sigue su cauce, entre sobresaltos, factor sorpresa y equilibrios internacionales, incluso en medio de la emergencia sanitaria mundial del coronavirus. En cuestión de días el Gobierno en disputa de Nicolás Maduro, que afronta la pandemia con un sistema de salud asfixiado y sin recursos, ha pasado de un escenario inédito de posible cooperación con la vecina Colombia a una nueva fase de aislamiento dentro de la región, reseñó El País.
Los cargos presentados este jueves por Estados Unidos, que acusó al líder chavista de narcotráfico y ofreció 15 millones de dólares por su detención, profundizan la quiebra de las relaciones con Caracas y desbaratan los intentos de reactivar los canales diplomáticos.
El aparato oficialista salió en tromba a rechazar los señalamientos de la justicia estadounidense. El propio Maduro aseguró que la investigación que lo vincula al tráfico internacional de drogas es falsa que él y su Gobierno están dispuestos a combatir “en todos los terrenos”. Llamó “miserable” a Donald Trump y habló de conspiración.
Ni la presión de Washington es nueva ni sorprende el tono empleado por el sucesor de Hugo Chávez. Sin embargo, la acusación en este caso es en sí una enmienda a la totalidad del chavismo, al incluir figuras como Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente; el ministro de Defensa, Vladimir Padrino; el ministro de Industria y Producción Nacional, Tareck El Aissami; o el máximo responsable del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno. Por información que conduzca a su captura, Estados Unidos promete 10 diez millones de dólares.
Lo relevante en esta ocasión es que todo sucede en plena crisis del Covid-19. Venezuela confirmó la primera muerte y registra más de 100 contagios, según las cifras oficiales. La precariedad de la sanidad y el éxodo hacia la vecina Colombia, donde según Naciones Unidas hay más de un millón y medio de migrantes, llevaron la semana pasada a Maduro a solicitar una coordinación con Bogotá y a pedir un crédito al Fondo Monetario Internacional (FMI). La gravedad de la emergencia activó un amago de acercamiento entre los dos países, separados por una frontera de más de 2.200 kilómetros, hoy cerrada pero muy difícil de controlar. Hubo contactos institucionales, con la mediación de la Organización Panamericana de la Salud, entre los ministros del ramo y las Defensorías del Pueblo. A pesar de ello, el Ejecutivo de Iván Duque, uno de los principales valedores del líder opositor, Juan Guaidó, como presidente interino, negó que esas comunicaciones supusieran un reconocimiento del régimen. Incluso el expresidente colombiano Andrés Pastrana, conservador y duramente enfrentado al chavismo, se dijo dispuesto a tender puentes con Maduro ante la excepcionalidad de la situación.