Un gobierno atípico
Atípico es todo lo que se aparta de lo usual. Así reza el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. El Gobierno que presidió Hugo Chávez y en los actuales momentos Nicolás Maduro, es netamente atípico.
Atípico porque Chávez empezó su gestión con el apoyo de más de un setenta por ciento de la población.
Atípico porque sus inmediatos colaboradores fueron ilustres desconocidos en la vida nacional – salvo algunas excepciones -, al igual que sus parientes más cercanos.
Atípico porque cuando explicó el propósito de la mal llamada revolución bolivariana dijo que necesitaba tener junto a él a personas de su confianza, los mismos que hoy encabezan la lista de prominentes millonarios con dineros mal habidos del erario nacional.
Atípico porque por primera vez en la historia política de nuestro país se produjo el hecho insólito de que sus íntimos colaboradores fuesen en su mayoría militares que ocupan ahora más que antes cargos burocráticos, que les permite disfrutar de un doble salario, adornados con fabulosas prebendas, beneficios y halagos en procura de obtener su respaldo.
Atípico porque tuvo tantas contradicciones y rectificaciones que motivaron la pérdida de credibilidad y de confianza en su palabra.
Atípico porque Chávez empezó su gestión de gobierno con una plataforma de lucha que parecía ser nacionalista, para de pronto, sin beneficio de inventario, adoptar una política significativamente marcada a la izquierda, pero con tinte comunista, marxista y a mala hora denominada bolivariana.
Atípico porque públicamente declaró que no era ni de izquierda ni de derecha, y años después anunció sin el menor rubor ser socialista, pero con marcada tendencia comunista.
Atípico porque mientras reclamaba la estabilidad del régimen, por otro lado los legisladores del partido de Gobierno con su mayoría pírrica, hicieron de las suyas en el seno de la Asamblea Nacional y en los demás instituciones del Estado: Ministerios, Institutos Autónomos, empresas, gobernaciones, alcaldías y otros entes secuestrados por el régimen que presidió.
Atípico porque es el único gobierno en el mundo que cuenta con facciosos armados que juran defender a toda costa la mal llamada revolución bolivariana, llámense FARC, ELN o Frente Popular Bolivariano, amén de los “colectivos” que hacen de las suyas, en cuanto acto público realiza la oposición, amedrentando con armas de guerra a quienes manifiestan su inconformidad por las políticas públicas del régimen
Atípico porque ofreció someter a consideración del pueblo una gran reforma política y no lo hizo pese a haber llegado al poder.
Atípico porque insistió en hacer – doce años después – la famosa reforma del Estado cuando el resultado electoral del mes de octubre del año 2012 le indicaba que la mitad del país estaba en contra de las políticas de su gobierno
Atípico porque por primera vez en la historia de Venezuela, que nosotros recordemos, un presidente de la República hacía abiertamente proselitismo en los medios públicos (radio, televisión y periódicos) cada vez que se le antojaba.
Atípico porque para lograr mantenerse en el poder hizo uso indiscriminado del erario nacional, el cual manejaba a su libre antojo y albedrío.
Atípico porque según el ex vicepresidente de la República, posteriormente devenido en conductor de un programa televisivo por Televen, insistía en afirmar que en esta hermosa tierra de Dios todo estaba en absoluta normalidad.
Atípico porque, pese a que “se le pidió la renuncia, la cual aceptó” seguía empeñado en desmentir este hecho, que hasta el difunto Cardenal Velasco confió al ex Comandante del Ejército, que el propio Chávez le manifestó este propósito en la isla de La Orchila.
Atípico porque cuando se encontraba a las puertas de su viaje al más allá, pidió a sus camaradas chavistas, que ungieran como candidato presidencial a Nicolás Maduro, quien llego a la primera magistratura del país tras unas elecciones fraudulentas, hoy padre de la desgracia más grande que vive el país, como consecuencia de su ineptitud, incapacidad, negligencia y torpeza, que sumen a todo un pueblo en la más horrible tragedia ante la escasez de alimentos, medicinas, desempleo, alto costo de la vida, hiperinflación al borde de una estanflación, corrupción y narcotráfico, respaldado por escuderos con uniforme que aplauden como focas todos sus groseros dislates.
Por las razones anteriormente indicadas y por muchas más que se quedan en el tintero el actual inquilino del Palacio de Miraflores, es atípico cien por ciento.
Elevamos nuestras oraciones porque todos los sueños y anhelos sean bendecidos por el Señor y que la paz, tranquilidad, sosiego, democracia y libertad retorne a la sufrida patria venezolana.
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
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