Sentencian a 25 años de cárcel a dominicano que prostituía a 33 venezolanas
El Ministerio Público de República Dominicana logró que un sujeto acusado de prostituir a 33 mujeres venezolanas fuera sentenciado a 25 años de prisión, la pena máxima en casos de trata de personas agravada, informó el ente hoy.
Jarvis Guerra Rodríguez es el hombre incriminado. Era dueño del centro Pink Pony Bar, ahora clausurado. “La sentencia condenatoria fue dictada por el Primer Tribunal Colegiado de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, el cual por este mismo caso además condenó a 20 años de prisión y al pago de una multa de 175 salarios mínimos a la empleada de dicho establecimiento Ángela Isaura Campusano Santos (Daysi, la Morena o la Negra)”, reza una nota de prensa del ministerio.
Igualmente, se supo que el tribunal ordenó el pago de indemnización de 500 mil pesos “a cada una de las víctimas y el decomiso de todos los bienes muebles e inmuebles que les fueron incautados a los acusados durante el proceso de investigación”.
El caso
Jarvis Guerra Rodríguez y Ángela Isaura Campusano Santos, quienes integraban un grupo delictivo organizado dedicado a la trata de personas con fines de explotación sexual en perjuicio de mujeres, principalmente de nacionalidad venezolana, fueron hallados culpables de violar Ley No. 137-03. Ambos cumplen medida cautelar de prisión preventiva en la Penitenciaría Nacional de La Victoria y el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Mujeres, en la provincia San Cristóbal, donde, igualmente, deberán cumplir sus respectivas condenas, indica el MP.
Se supo que Jarvis Guerra Rodríguez utilizaba el establecimiento mencionado para desarrollar la actividad de trata de personas con fines de explotación sexual y que el hoy condenado le facilitaba traslado y acogida de las víctimas, quienes luego eran explotadas en el bar, “aprovechando sus condiciones de vulnerabilidad, con restricción de su libertad y utilizando coacción en su contra”.
“De manera particular, Guerra Rodríguez con la colaboración de Campusano Santos dio acogida a varias mujeres de origen venezolano, luego de que facilitara su traslado desde Venezuela, con la provisión de las cartas de invitación y tickets aéreos que necesitaban para poder ingresar a la República Dominicana. La acusación también señala que el hoy condenado se valió de varios contactos que tenía en Venezuela, para captar a las mujeres, ofreciéndoles trabajar en una Disco-Bar, sirviendo tragos y haciendo que éstos compraran tragos, engañándolas durante este proceso al no informarles que en el lugar también tendrían que sostener relaciones sexuales con los clientes”, dice el comunicado de prensa.