La universidad es el futuro
La búsqueda del poder ha sido un norte de vida en la , detentarlo permite desarrollar actividades en pro de lo requerido para resolver desde la condición de necesidad hasta tener dominio sobre recursos, personas y grupos.
En tiempos antiguos, el poder tenía como fuente la fuerza, usándola sobre quienes se percibían como obstáculos. Y se hacía para vencerlos y esclavizarlos o para atemorizarlos. Así se lograba el sometimiento de las personas y disponer de sus recursos y propiedades.
Es a partir de la aparición de la revolución industrial cuando la manufactura mecanizada eclipsa a la economía artesanal. Cuando el capital avanza como instrumento de poder. Es más, el instrumento económico logró poner a su servicio la fuerza usándola para mantener y consolidar posiciones.
Ahora, el avance de la ciencia ha colocado a la humanidad en la Sociedad del Conocimiento, donde el saber se constituye en instrumento de poder, por cuanto su uso permite entender la conducta de lo natural para luego usar sus leyes y hacer que funcione a conveniencia de quien tiene el saber. Por ejemplo, el saber del comportamiento de la electricidad permite usarla para hacer que funcionen aparatos para el beneficio humano. Hoy, se ha venido resolviendo lo inherente a la alimentación, salud, comunicación, transporte, por solo mencionar algunos aspectos. Entonces, quien pueda intervenir la naturaleza para provocar respuestas convenientes tiene el poder.
Ese saber se obtiene en los centros de investigación y se comunica en los centros de enseñanza. Por eso las universidades son críticas e inconformes con lo existente. Tienen que crear y para eso se requiere, entre otras facultades, autonomía y el pleno ejercicio de la libertad de pensamiento y acción.
Solo en sociedades donde la libertad y autonomía son atributos de sus universidades y centros de investigación se respira progreso. Vale señalar que cuando los centros de investigación son institutos que funcionan fuera del ámbito universitario sus integrantes provienen, por necesidad, de las universidades.
En Venezuela las universidades que tienen esos atributos han escalado posiciones académicas reconocidas por instituciones internacionales, Lo natural, lo esperado, de aspirarse un país con futuro es que la universidad y demás centros académicos, deben tener especial atención, como sí la tienen en todos los países que aspiran ser líderes con poder intelectual para decidir su quehacer.
Estamos a la puerta de los tiempos en que el régimen desea usar el poder de la fuerza para que la universidad venezolana cambie y se convierta en centro de ideologización a favor de sus intereses políticos. Es la vuelta a tiempos primitivos que ya la humanidad superó, donde la fuerza era el instrumento social. Con la degeneración de las universidades sufre el país torciendo sus sueños y colocándolo en las peores condiciones de dependencia, por cuanto carecerá de poder científico para evaluar realidades y tomar decisiones acertadas. Para tomar decisiones tendrá que depender de otros. Caminamos hacia una sociedad dependiente.
Venezuela tiene la urgencia de decidir si quiere un futuro independiente. De ser así debe defender sus universidades ahora.