¿Por qué lloró la Virgen?
El 14 de enero del presente año se pudo corroborar el ambiente de paz, alegría y unión que reinó en la visita de la Divina Pastora a la ciudad larense. Es la procesión Nº 164, donde decenas de miles de feligreses y devotos de todo el territorio nacional y del mundo entero se dieron cita en la “ciudad musical” de Venezuela, Barquisimeto, para acompañar a la patrona espiritual de los guaros.
Es tradicional su multitudinaria procesión de 7.5 kilómetros, la cual se cumple desde el pueblo de Santa Rosa hasta la iglesia catedral. A su camino, cantos, oraciones, flores frescas de amor, blancos lirios de fe y azucenas con aromas de esperanzas en su divina bondad. Vale decir, que es la segunda peregrinación más grande de Latinoamérica, la cual se compara con la de la Virgen de la Guadalupe en México y con las festividades de Nuestra Virgen de Fátima de Portugal, en Europa. La ferviente devoción que se le tributa a la Divina Pastora, acrisolada por sus milagros se trasmiten de generación en generación, como precioso legado espiritual que forma parte muy intima del tesoro familiar de ésta comunidad cristiana.
Este año sucedió algo extraño durante el sermón de Mons. Víctor Hugo Basabe.
Fueron tan conmovedoras y fuertes sus palabras que hasta la Virgen lloró.
Su rostro estaba triste, como su corazón, al oír las encendidas y valientes frases de su humilde y sagrado Pastor, en sus gestos, la Virgen se retorcía de rabia y repetía en silencio: ¡Cómo puede suceder en un país tan rico como el nuestro! La voz del valiente Prelado es la voz del pueblo y la de Dios. Esta frase es verdadera cuando el pueblo está cultivado en los valores de la vida. Dios siempre estará con el pueblo y la Virgen también, de allí su profundo dolor. Con el discurso se confirma, que tanto la iglesia como el mundo, saben con certeza lo que ocurre en Venezuela.
En una oportunidad nuestra Virgencita del Valle lloró sangre. Aquella noticia conmocionó a toda Venezuela, especialmente en Oriente, donde tiene más devotos. Unos creían y otros se mostraban escépticos; sin embargo, el hecho fue cierto. Quién iba a pensar que nuestra Madre con sus lágrimas de sangre nos anunciaba una desgracia. A pocos días de ese aciago 1999, a mediados de diciembre, se dio uno de los infortunios más grandes de nuestra historia. Me refiero a la inolvidable “tragedia de Vargas”.
De allí que se diga que cuando la Virgen llora, causa mucho desconcierto, asegurándose que sus lágrimas vienen acompañadas de pavorosas profecías. Otros hablan de una fuerza celestial que trae un claro mensaje al pueblo. Los devotos en sus suplicas le pidieron a la Divina Pastora por salud, paz, unión, el retorno de sus familiares que están en el exterior y libertad. Aspiramos que sus cristalinas lágrimas se conviertan en libertad, paz y amor.
Desde aquella urbe se dejó oír el emotivo y conmovedor discurso de Mons. Víctor Hugo Basabe, quien aseveró que Venezuela es la nueva Betulia.
La impactante homilía contiene un análisis descriptivo sobre la terrible crisis venezolana, el cual hace un recorrido exhaustivo y preciso sobre sus males y factores determinantes que la originan. Este discurso ha sido el dolor de cabeza para gobernantes, políticos, militares, especuladores de oficio y para aquellos, que aún siguen de brazos cruzados, indiferentes.
Ojalá reflexionemos y corrijamos a tiempo lo que el prelado en forma puntual y precisa señala en su sagrada homilía. El mensaje ha dejado al mundo estupefacto. De allí que se ha hecho viral en las redes sociales. Es por ello, que los exhorto a compartirlo.
Cierro mi narrativa con esta gran incógnita: ¿Será que nuestra libertad se logrará por un milagro de la Virgen?
Santa Ana del Norte