Investigan plan para asesinar a Timochenko
Bogotá, 12 ene (EFE).- Las autoridades colombianas descubrieron un plan para atentar contra el líder del partido FARC, Rodrigo Londoño, ordenado por una disidencia de la que hacen parte el exnegociador de paz de la antigua guerrilla Luciano Marín, alias «Iván Márquez», y Hernán Darío Velásquez, alias «El Paisa».
El comandante de la Policía, general Óscar Atehortúa, afirmó este domingo en una rueda de prensa que miembros de esa institución abatieron ayer en una carretera que comunica a los departamentos del Valle del Cauca y Quindío, en el Eje Cafetero, a dos disidentes que iban a realizar el atentado contra Londoño, conocido como «Timochenko».
«Las dos personas son conocidas como alias ‘Guambi’ (Carlos Andrés Ricaurte Rodríguez), y alias ‘Conejo’ o ‘Kaleth’ (Gerson Moisés Morales Torres)», aseguró el oficial y agregó que el enfrentamiento ocurrió cerca de una finca donde se encontraba Londoño, entre los municipios de Alcalá (Valle del Cauca) y Filandia (Quindío).
Exguerrilleros disidentes
«Iván Márquez» y «El Paisa» hacen parte de la veintena de exjefes guerrilleros que el pasado 29 de agosto anunciaron la retomada de las armas, entre los que también están Seuxis Paucias Hernández, alias «Jesús Santrich»; Henry Castellanos, alias «Romaña»; José Manuel Sierra, alias «Aldinever», y José Vicente Lesmes, alias «Walter Mendoza».
En ese sentido, el general Atehortúa aseguró que los dos disidentes muertos «habían recibido instrucción militar directa por Iván Márquez y El Paisa, específicamente en zona venezolana para la ejecución de este acto terrorista».
Los disidentes, detalló el comandante de la Policía, «tendrían conocimiento de los dispositivos de seguridad que Londoño tenía en ese momento, conocían sus rutinas y los desplazamientos temporales que iba a realizar en este sector del país».
También manifestó que los dos disidentes abatidos hicieron parte de la temida columna móvil Teófilo Forero, que dirigió «El Paisa» y que operaba en el sur del país.
A la Teófilo Forero, una de las columnas más sanguinarias de las FARC se le atribuyen ataques como el asesinato el 29 de diciembre del 2000 del congresista Diego Turbay Cote, su madre y cinco personas más en una emboscada en una carretera del sureño departamento del Caquetá.
Además fue responsable del secuestro en abril de 2002 de 12 diputados del departamento del Valle del Cauca, 11 de los cuales fueron asesinados en cautiverio cinco años después.
Frente a lo ocurrido, el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), surgido de la desmovilización de la guerrilla, señaló que no tenía «confirmación» del plan para atentar contra Londoño, quien será el encargado de dar «cualquier pronunciamiento al respecto».
Violencia contra exguerrilleros
La ONU divulgó el pasado 31 de diciembre un informe en el que señaló que 2019 fue «el año más violento» para los exguerrilleros de las FARC que se acogieron al acuerdo de paz, pues en ese periodo fueron asesinados 77 desmovilizados.
El caso más reciente ocurrió el pasado 2 de enero, cuando fue asesinado el desmovilizado Benjamín Banguera Rosales en el convulso departamento del Cauca (suroeste) y se convirtió en el primero de este año.
El documento señala además que desde la firma de la paz, en noviembre de 2016, la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos «ha verificado 303 asesinatos de defensores y defensoras de los derechos humanos y líderes sociales, 86 de los cuales (incluidas 12 mujeres) ocurrieron en 2019».
El presidente colombiano, Iván Duque, manifestó el miércoles pasado que una de las prioridades de su Gobierno es combatir a las disidencias de las FARC y a otros grupos armados que están detrás de los asesinatos de indígenas, exguerrilleros de las FARC, líderes sociales y defensores de derechos humanos.
«Pudimos mostrarle al país que hay un claro compromiso nuestro para enfrentar esas bandas criminales que están detrás de esos asesinatos e intimidaciones», dijo Duque. EFE