HRW: China utiliza su poder económico para acallar críticas al sistema
Las políticas del Gobierno chino dentro y fuera del país son una amenaza para todo el sistema global de protección de los derechos humanos, denunció este martes Human Rights Watch (HRW), que llamó a la comunidad internacional a unirse para frenar a Pekín.
«China obviamente ha censurado desde hace mucho a los críticos en casa. El Gobierno ahora está intentando extender esa censura al resto del mundo», aseguró el director ejecutivo de la ONG, Kenneth Roth, en una conferencia de prensa.
Roth presentó en la sede de Naciones Unidas el informe anual de HRW, que originalmente tenía previsto dar a conocer en Hong Kong, lo que no pudo hacer al negarle las autoridades chinas el acceso a la región administrativa especial.
El Gobierno chino justificó su decisión asegurando que HRW ha impulsado las protestas en Hong Kong, una acusación que Roth consideró «ridícula» e «insultante» con los hongkoneses.
«Es francamente absurdo (pensar) que mis colegas y yo tenemos capacidad para movilizar a un millón de personas o más en las calles de Hong Kong de forma repetida durante los últimos seis meses», apuntó.
Para Roth, el problema es que China «tiene terror a admitir que hay un genuino deseo de democracia en un territorio que gobierna», sobre todo por miedo a que se extienda al resto de China.
Este año, el repaso a la situación de los derechos humanos que hace la organización con sede en Nueva York presta especial atención precisamente a las políticas del Gobierno chino y a lo que considera que es un «intenso ataque contra el sistema global» de libertades.
«Opresión brutal» en el interior
Según HRW, dentro de China el Gobierno de Xi Jinping está llevando a cabo la «opresión más brutal y generalizada» que se ha visto en décadas, con el objetivo de lograr un «control social total».
La ONG apunta que las autoridades han silenciado el periodismo independiente, limitado el debate en internet y coartado las limitadas libertades de Hong Kong.
En la provincia de Xinjiang, Pekín ha construido un sistema de vigilancia «de pesadilla» para controlar a millones de uigures y otras minorías musulmanas, deteniendo a un millón de personas para su adoctrinamiento político forzado, recuerda.
Según Roth, la tecnología se ha convertido en un elemento central de la represión china, con intrusiones masivas en la privacidad de las personas a través de medidas como la recopilación forzosa de muestras de ADN o el uso de inteligencia artificial para cortar de raíz cualquier disidencia.
Aprovechando el vació fuera
Para frenar cualquier reacción desde fuera a esos abusos, China ha multiplicado sus esfuerzos para minar las instituciones internacionales encargadas de proteger los derechos humanos e intimida a otros Gobiernos, denuncia HRW.
Para ello, apuntó Roth, utiliza su creciente poderío económico y diplomático.
Además, China está aprovechando el vacío que han dejado otras potencias en la escena internacional, resultado de la poca «credibilidad» en materia de derechos humanos del presidente de EEUU, Donald Trump, dado su apoyo regular a autócratas, y de las dificultades de la Unión Europea para lograr posturas comunes.
De esa manera, China no está encontrando grandes obstáculos a la hora de negar sus abusos y de tomar medidas contra países, instituciones y empresas que osan lanzar la más mínima crítica.
Chine responde en directo
El Gobierno chino no quiso esperar lo más mínimo para responder a las acusaciones de HRW y decidió hacerlo en la propia rueda de prensa de la ONG, donde un diplomático de la misión china ante la ONU pidió la palabra para asegurar que el informe de la organización está lleno de «prejuicios» y «fabricaciones».
Además, el diplomático, Xing Jisheng, no escondió en absoluto que la decisión de impedir a Roth llegar a Hong Kong se debió a sus críticas al Gobierno.
«Dado lo que ha dicho aquí, creo que está claro para todos por qué se le ha prohibido la entrada», espetó Xing al director ejecutivo de HRW.
Roth, mientras tanto, retó a Pekín a especificar qué falsedades ve en su informe en lugar de censurarlo con mensajes generales. EFE