¿Habrá aprendido la humanidad las dimensiones del Holocausto?

Europa, cuna de la civilización occidental cuyo legado se ha desparramado durante milenios a todos los rincones del planeta al punto que en el siglo XXI ha perfeccionado el acuerdo de integración cualitativa de mayor desarrollo universal plasmado en la Unión Europea, ha sido igualmente a lo largo de centurias y específicamente en el siglo XX un territorio de extrema crueldad como ninguna otra civilización conoció. Escenario de innumerables masacres donde perdieran la vida cifras cercanas al centenar de millones de seres humanos producto de la Primera y Segunda Guerras Mundiales.

Uno se pregunta: ¿habrá conciencia de lo sucedido en el Holocausto? ¿Fue suficiente el horror sufrido por el pueblo judío con más de 6.000.000 de seres humanos exterminados? Cuando el Ejército Rojo entró en enero de 1945 a la fábrica de la muerte llamada Auschwitz, conoció el balance letal de 1.200.000 personas asesinadas, de los cuales el 90% era judío y de los 200.000 niños que ingresaron a ese campo solo sobrevivieron para contarlo 230.

Ante esa carnicería el género humano fue capaz de sobrevivir en diferentes circunstancias y resultados. Además de lograrse el objetivo general de derrotar al nazismo, en el occidente europeo se operó la reconstrucción de la vida política y económica a partir del plan Marshall y la restauración de la democracia como sistema político. Entre tanto en el Este una sombra tenebrosa se extendió desde 1945 hasta 1989 con la imposición de dictaduras tenebrosas al amparo de la URSS, barridas ese año con la caída del Muro de Berlín. Esa fue la razón por la que Polonia actualmente rechazó los bombos y platillos de Putin tras la aseveración del primer ministro polaco: «sí, es verdad, nos liberaron, pero luego nos ocuparon».

Otro resultado a destacar frente al Holocausto fue la capacidad de sobrevivencia del pueblo judío. A pesar de estar diezmado logró constituir el Estado de Israel bajo resolución de las Naciones Unidas en 1949, cuya tarea pendiente a resolver es la integración del pueblo palestino en una sola nación, tal como fue propuesto en los Acuerdos de Oslo en 1993, firmados por Yasser Arafat, líder de la OLP, e Isaac Rabin, primer ministro israelí.

Por tanto, la respuesta a la pregunta planteada inicialmente indica un rotundo No. Luego del Holocausto la historia mundial registra múltiples conflictos religiosos, persecuciones raciales en todos los continentes, reconocidas en el conflicto de los Balcanes (1991-2001) de la ex Yugoslavia; el Genocidio de los Hutus contra los Tutsis en Ruanda (1994) calculado en un millón de muertos; la operación de limpieza étnica de la minoría Rohingya en Myanmar conocida como Birmania (2020); el Apartheid a la minoría étnica Uigur en China (2020) sometidos a campos de reeducación y de lavado de cerebro, el resurgimiento de agrupaciones antisemitas de origen fascista en toda Europa.

Estas tragedias universales tienen un eje común: el odio como política de Estado. De allí nos preguntamos: ¿vivimos también en Venezuela condiciones próximas a una catástrofe humanitaria? En Venezuela han sido asesinados más de 400.000 ciudadanos víctimas del hampa; millares por ejecuciones extrajudiciales; centenares de jóvenes por protestar; millares de detenidos opositores, en un contexto donde se han marchado más de 6 millones de personas cuyo efecto genera millares de niños deambulando en ciudades y pueblos de Venezuela. Y con un agravante: los poderes autenticados que dejaron los padres a terceros fueron prohibidos; la resolución del Saren viola la ley al desautorizar a los padres idos del país permitir que terceros mediante poder tramiten el traslado de sus hijos, al imponer un proceso engorroso y dificultoso ante consulados desmantelados para de esta manera separarlos de sus hijos.

Finalmente, Jacobo Drachman, judío polaco de 84 años, sobreviviente de Auschwitz, señala: “todavía hoy cuesta entender tanto “sadismo”, y tiene la esperanza de que algo así no se repita nunca más. A las nuevas generaciones les pide que “no perdonen lo que pasó, que no olviden, pero que no odien” tampoco.

Movimiento laborista