Estados Unidos e Irán ponen al mundo en jaque
En Bagdad, capital de Irak, se atacó por órdenes directas del Presidente Trump de EEUU con drones al Comandante en Jefe de Irán general Qasem Soleimaní, jefe de las temibles Fuerzas Quds, siendo asesinado junto a varios dirigentes militares de Irak e Irán. El convoy, compuesto por dos vehículos, fue atacado cerca del aeropuerto.
Diez personas formaban parte de la comitiva. Cinco eran iraquíes, miembros de la red paramilitar pro iraní Hashed al-Shaabi, y estaban liderados por Abu Mahdi al-Muhandis. Los otros cinco eran iraníes. Junto a Soleimani viajaban el general de brigada Hossein Pourjafari, el coronel Shahroud Mozafarinia, el mayor Hadi Taremi y el capitán Vahid Zamanian. Todos murieron en el ataque, descabezando al ejército iraní. “El Pentágono confirmó que el presidente Donald Trump había dado la orden de asesinar a Soleimani después del ataque de manifestantes proiraníes a la embajada estadounidense en Bagdad el pasado martes”.
El bombardeo significó que el líder político y religioso iraní, El Ayatollah Ali Khamenei, amenazara con “una severa venganza” a “los criminales que ensangrentaron sus sucias manos con la sangre (de Soleimaní)”, y prometió que “si Dios quiere, su trabajo y su camino no se detendrán”. Declarando tres días de luto.
Donald Trump, jactándose del asesinato del general Qassem Soleimani y sus acompañantes, dijo: “debió haber sido eliminado hace muchos años”. Irán e Irak han sido apoyados por Rusia, Korea del Norte, China, Venezuela, y han manifestado un férreo rechazo a esta matanza.
El bombardeo que dio muerte al influyente Qasem Soleimaní, llamado el James Bond de Oriente, ha sido repudiado por la oposición demócrata. Según el exvicepresidente de Obama y hoy precandidato, Joe Biden, “Trump le debe al pueblo estadounidense una explicación”. Mientras, Bernie Sanders advirtió que “la peligrosa escalada de Trump nos acerca a otra guerra desastrosa en Medio Oriente”. Ahora, todo EEUU y el Occidente deberán prepararse para la “venganza” iraní. El gobierno de Trump advirtió que “continuará tomando todas las medidas necesarias para proteger a nuestra gente y nuestros intereses en cualquier parte del mundo”. Un demócrata dijo que Trump “lanzó un cartucho de dinamita en un polvorín” refiriéndose a las funestas consecuencias que podría tener este asesinato.
Qasem Soleimaní manejaba a su antojo a la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. El poderío militar de la Guardia Revolucionaria Islámica y el de su jefe máximo era tan amplio que con él controlaba la economía, el sector bancario, de la energía y la construcción. Sumados los ciberataques. Entre diciembre de 2011 y mismo mes de 2012 una empresa iraní trabajó en conjunto para la organización armada para hackear empresas financieras de los Estados Unidos. Tal actividad continúa. Como resultado de dichos golpes digitales empresas fueron sancionados por el Departamento del Tesoro norteamericano, por dejarse hackear.
Se dice que el general Soleimaní tenía más poder que el Ayatollah Ali Khamenei. Controlaba también otra cuestión muy sensible de la política interna: las cárceles. Esto lo manejaba su hermano menor, Sohrab Soleimaní, quien es el encargado de la Seguridad y Cumplimiento de la Ley de la Organización de Prisiones del Estado. Bajo su supervisión se llevaron adelante torturas, asesinatos a opositores y presos políticos denunciadas internacionalmente.
Entre las acciones de Soleimaní en contra de EEUU estaban las operaciones contra petroleros en el Golfo; el derribo de un dron (vehículo aéreo no tripulado); incluso el mayor ataque contra una instalación petrolera saudita. Todos estos ataques ocurrieron sin una respuesta directa por parte de Estados Unidos. En cuanto a los ataques con misiles contra bases estadounidenses en Irak, el Pentágono sí actuó contra la milicia proiraní que cree que está detrás de ellos. Eso provocó un asalto a la embajada estadounidense en Bagdad.
Al explicar la decisión de matar a Soleimaní, el Pentágono no solo se centró en sus acciones pasadas. También insistió en que el ataque fue disuasorio. Rara manera de disuadir matando a diez militares. El general Soleimaní, dice el Pentágono, estaba «desarrollando activamente planes para atacar a los diplomáticos y miembros del servicio estadounidense en Irak y en toda la región».
Obviamente, al igual de lo que pasó con Sadam Hussein, no hay pruebas concretas que demuestren estas acusaciones.
Debido al ataque en Bagdad, las bolsas de Asia, Europa y América cerraron en baja. Se dice que la luna de miel mundial duró apenas un día. En Chile, el principal producto de exportación de Chile, bajó más de un 1,8% lo cual es demasiado para la golpeada economía de ese país. Por otra parte el petróleo se disparó en más de 4,8 % lo cual pone en aprietos a varias economías.
El problema más grave es que Irán e Irak son las zonas más conflictivas del mundo. Hasta el momento solo Arabia Saudita Israel y los Emiratos Árabe Unidos han dado público apoyo a la acción de EEUU. Muchos analistas piensan que si sigue la escalada bélica es posible que se pueda escalar hacia una Tercera Guerra Mundial. Iniciar una guerra abierta de EEUU contra Irán es casi imposible, aunque Rusia manifestó su total apoyo político y militar a Teherán.
Irán seguramente tomará su tiempo para “vengarse” de EEUU. Lo primero que puede hacer es cerrar el Estrecho de Ormuz para evitar la salida de petróleo. Luego, seguramente, pedirá a sus aliados shiítas. Los grupos más fuertes, entrenados, equipados y financiados por Teherán son Asaib Ahl al-Haq; la organización Badr; Harakat Hezbolá al-Nujaba; y Kataeb Hezbolá, que ha sido un elemento importante en el último episodio de tensión ya que su fundador, Jamal Jaafar Ibrahimi, conocido como Abu Mahdi al Mohandes, murió en el ataque contra Soleimaní.
Por otro lado, algunos de los grupos iraquíes respaldados por Irán han luchado en Siria en apoyo del presidente Bachar el Asad, otro aliado de Teherán. El grupo islamista palestino Hamás, que gobierna Gaza, tiene un poderoso brazo armado gracias al apoyo financiero y militar iraní. Los observadores estiman que el grupo tiene alrededor de 30.000 combatientes y miles de cohetes. En definitiva todas estas organizaciones guerrilleras / militares, fuertemente armadas por Irán, seguramente serán los brazos armados para la “venganza” ofrecida por el Ayatollah Ali Khamenei.
La situación para la humanidad, debido a la torpeza de Donald Trump, se podría tornar grave tanto en el plano económico como militar. La mayoría de las naciones no han tomado partido y se espera que los mandatarios más lúcidos logren que la ONU se haga fuerte y llame a la calma. Hay que recordar que en estos tiempos las guerras no solamente se hacen con terrorismo civil, militar, sino que además con terrorismo electrónico.
Ph.D. Expresidente del Centro de Estudios del Magreb para América
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