Doble moral olímpica
El presidente del Comité Olímpico Internacional Thomas Bach, durante una rueda de prensa en Lausana, Suiza, el jueves 9 de enero de 2020, señaló que la organización se oponía firmemente a la creciente politización de los deportes. “Los Juegos Olímpicos son siempre una plataforma global para atletas y sus actuaciones deportivas. No son, y nunca deben ser, una plataforma para promover fines políticos o cualquier otro fin potencialmente divisivo. Estamos firmemente en contra de la creciente politización del deporte porque solo de esta manera podemos cumplir nuestra misión de unir al mundo en una competencia pacífica. El COI recuerda constantemente la regla número 50 que prohíbe cualquier manifestación y propaganda política, religiosa o racial”.
Esta declaración, mil veces repetida por los distintos presidentes del movimiento olímpico, viene a reafirmar la «doble moral» de sus funcionarios, puesto que la misma viene a señalar que la carga de la responsabilidad o culpa, si se presenta una manifestación política, es de exclusiva responsabilidad de los atletas a quien estos moralistas los consideran como eunucos políticos que deben limitarse a correr, lanzar o saltar, pero nunca a expresar ningún otro componente social distinto a su actividad deportiva.
Por el contrario, estas dictatoriales disposiciones olímpicas exoneran a los miembros del COI que, a lo largo de la historia, desde sus privilegiadas posiciones han asumido o propiciado hechos de verdadera vergüenza política y que nunca han sido sancionadas. La mal llamada «neutralidad política» con la que pretender limitar la expresión social de los atletas no es aplicable para la dirigencia falsamente moralista del olimpismo.
La historia del deporte, esta llena de ejemplos en los que se hace evidente la manifestación política ideológica de los miembros del COI. A manera de ejemplo podemos citar algunos casos relevantes:
-El barón de Coubertin participaba de la opinión misógina de su tiempo. Declaró que en los Juegos Olímpicos «la única misión de las mujeres es coronar a los vencedores», y de similar opinión eran su sucesor en el COI, el conde de Baillet-Latour, y el presidente de la Federación Internacional de Atletismo, Siegfred Edstroem.
-Ernest Lee Jahncke, antiguo secretario adjunto de la Armada de los Estados Unidos, quien era de ascendencia protestante alemana, fue expulsado del Comité Olímpico Internacional en julio de 1936 luego de que manifestara abiertamente su ferviente oposición a la realización de las Olimpíadas en Berlín. El Comité norteamericano eligió deliberadamente a Avery Brundage para ocupar su puesto, por estar de acuerdo con la celebración de los juegos en la Alemania nazista de Adolf Hitler. Jahncke es el único miembro expulsado en los 100 años de historia de ese Comité.
-Avery Brundage, en los juegos México 68, se opuso a suspenderlos por la matanza de los estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, conducta esta que repitió en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, al negarse a suspenderlos tras el asesinato de 11 deportistas israelíes en la Villa Olímpica, pronunciando las cínicas palabras: «Los juegos deben continuar». También tardó en tomar medidas contra Sudáfrica por sus políticas de apartheid, e ignoró los llamamientos para que el país fuera excluido de los Juegos Olímpicos de 1960, tras la masacre de Sharpsville.
-Brundage y el COI presionaron al equipo olímpico de Estados Unidos para que tomara medidas contra Tommy Smith y John Carlos después de su protesta de guante negro contra la discriminación racial.
-Juan Antonio Samaranch tuvo que responder, durante cinco horas en Nueva York, las preguntas de agentes del FBI y del Departamento de Justicia por el escándalo de la candidatura de Salt Lake City, ganadora de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002. El interrogatorio estaba relacionado con el pago de comisiones, regalos y otros incentivos valorados en un millón de dólares (cerca de 170 millones de pesetas) a miembros del COI, lo que provocó el mayor escándalo del olimpismo. Durante el proceso admitió que había cometido un «error» (se hizo el pendejo) al no tomar medidas con la suficiente rapidez en contra de las visitas de miembros del COI a las ciudades que aspiraban a ser sede olímpica.
-Mientas que el mundo entero esperaba una firme posición del Comité Olímpico Internacional frente a las autoridades chinas para pedir que cesen la violencia en Tibet y las violaciones de los derechos humanos en China, Jaques Rogge, en su condición de presidente del COI, minimiza públicamente la brutal represión del gobierno chino y saca a relucir su falsa moral al señalar que «el movimiento olímpico no debe mezclarse en asuntos políticos. Como si los arrestos, persecuciones y asesinatos propiciados por el régimen no merecieran la atención olímpica.
También es importante recordar acontecimientos que marcaron la incidencia política, a pesar que los falsos moralistas pretendan seguir diciendo que los Juegos Olímpicos «no son y nunca deben ser una plataforma para avanzar en fines políticos o divisivos» cuando por el contrario reflejan una posición político ideológica. Ejemplos de ello, lo tenemos en:
– Amberes 1920, se prohíbe la participación de los atletas de Alemania, Hungría, Austria, Checoslovaquia, Turquia y Bulgaría, por ser los países derrotados en la Primera Guerra Mundial.
-Paris 1924, Alemania continua excluida de toda la participación, pero se acepta que lo hagan Austria, Hungría, Checoslovaquia y Turquía.
-Berlin 1936, los juegos se convierten en un instrumento propagandístico mas de Hitler y Goebbels. Los escenarios deportivos son llenados con carteles que dicen «judios indeseables» y algunas delegaciones en el desfile inaugural levantan el brazo derecho parodiando el saludo militar nazi y el COI… mirando para otro lado.
-Londres 1948, nuevamente los Juegos Olímpicos hacen gala de la discriminación política reservando la participación solo para los países vencedores de la II Guerra Mundial. Alemania y Japón fueron excluidos.
-Helsinki 1952, El Comité Olímpico Internacional ya había reconocido a varios comités nacionales como el de Alemania y Japón, ausentes en Londres 1948. En el caso de Alemania, compitieron por separado la República Federal Alemana y el Protectorado del Sarre, que fue independiente hasta su integración en Alemania en 1955. La República Democrática Alemana, de signo comunista, no fue invitada. Respecto a China, el COI reconoció tanto al gobierno de la China Popular como a la China Nacionalista, quienes después de la guerra habían huido a la isla de Taiwán. Ninguna de las partes reconoce a la otra. Al final, los taiwaneses abandonaron la Villa Olímpica dos días antes de la inauguración.
-Melbourne 1956, el escenario geopolítico mundial se refleja en los Juegos: los soviéticos invaden Hungría; Francia e Inglaterra toman el Canal de Suez; Israel le hace la guerra a Egipto. España y Holanda no concurren en protesta por la invasión soviética, Líbano e Irak no lo hacen a causa de Israel y China no asiste por la presencia de Taiwan.
-México 1968, Rhodesia se retira voluntariamente para evitar el boicot. Tommie Smith y John Carlos, atletas de color norteamericanos, subieron al podio a recibir sus medallas y elevaron los puños enfundados en guantes negros, en apoyo al Black Power, el movimiento revolucionario de Malcom X. Una revuelta que terminó en una masacre de estudiantes días antes de la inauguración de los Juegos y el COI mantuvo su posición «El show debe continuar».
-1972 Munich, asalto y asesinato de once atletas israelíes por parte del comando palestino Septiembre Negro. Rhodesia es retirada a pedido de los países del África negra.
-1976, Montreal, el gobierno canadiense le niega la entrada a los atletas de Taiwan por sus relaciones con China. Veintidós países africanos, encabezados por Tanzania, decidieron boicotear el evento mundial. Pedían la exclusión de Nueva Zelanda, debido a que sus afamados All Blacks de rugby habían jugado con Sudáfrica, un país excluido del COI desde 1964 por sus políticas racistas de apartheid.
-Moscú 1968, Estados Unidos encabezó un boicot contra la olimpiada en protesta por la invasión soviética de Afganistán. A este boicot se suman Inglaterra y Alemania Federal.
-1984 Los Ángeles, La Unión Soviética anunció que no asistirá a la Olimpiada por falta de seguridad hacia sus atletas y por la invasión de los Estados Unidos a la isla de Grenada.
-2000 Sydney, Afganistán no participa al ser suspendida por la instauración del régimen talibán.
-2008 Pekín, Críticas de todo el mundo a China por la reiterada violación de los Derechos Humanos, la contaminación ambiental y la liberación del Tibet.
-2012 Londres, los Juegos Olímpicos se transformaron en un juego político aun antes del comienzo del evento, ya que del sitio oficial en internet de las Olimpíadas de Londres se retiró el nombre de las capitales de los países participantes siguiendo órdenes de Israel. «El sitio oficial de las Olimpíadas 2012 describía a Israel como un país sin capital; el espacio para la ciudad capital de Israel en su perfil en el sitio web de las Olimpíadas quedó vacío ya que Jerusalén (Al-Quds) era indicado como la capital de Palestina.
-Brasil 2016, fue escenario de las luchas sociales contra «Los Juegos de la Exclusion» por el desplazamiento de 22 mil familias expulsadas de sus casas, la militarización, el racismo, la ocupación por la policía y las fuerzas armadas de favelas y asentamientos periféricos de la ciudad, los altos índices de letalidad policial y el aumento de la población carcelaria, en nombre de un proyecto de ciudad legitimado y viabilizado por los mega eventos deportivos y en beneficio de pocos grupos políticos y económicos».
Seguir pensando, en que hay que castigar solo a los atletas por manifestar en los juegos su rechazo a las políticas autoritarias, represivas, violadoras de los Derechos Humanos o su solidaridad con las luchas sociales y dejar pasar las posturas entreguistas frente a régimenes dictatoriales, los actos discriminatorios o los hechos de corrupción del Comité Olímpico Internacional, representaría convalidar la falsa o doble moral de aquellos dirigentes que pretender limitar a los atletas a la «neutralidad política».
En el mundo sobran razones para manifestar de manera individual o colectiva en los Juegos Olímpicos. La lucha de los pueblos, sus hombres o mujeres no puede ser reducida o eliminada por aquellos que pretenden silenciar, con normas o reglamentos dictatoriales, las voces que reclaman un mundo major.