Y Maturín cumplió 259 años

Opinión | diciembre 9, 2019 | 6:21 am.

El 7 de diciembre se cumplieron 259 años de la fundación de Maturín, conocida como la llamada Sultana del Guarapiche. Un día como ese del año 1760, el Fraile Capuchino Lucas de Zaragoza funda a Maturín como un pueblo de misión para indígenas Guaraúnos, con el nombre de ‘San Tadeo de Maturín’, en honor a un indígena cacique de la tribu que residía en esta localidad”. Feliz cumpleaños Maturín.


“Por la patria haya toques de diana; por la patria resuene el clarín; y conserve la paz siempre ufana de su historia la fiel Maturín”. Coro del himno patriótico a Maturín.

La Sultana del Guarapiche

Maturín es una ciudad de gente generosa, hospitalaria, de mano tendida; es una de las más arborizadas del país. Con un patrimonio histórico y cultural a la altura de las grandes ciudades. Su fértil tierra es bañada por las aguas del rio Guarapiche, que nace en el macizo montañoso de Turimiquire, en una garganta o cañón de paredes rocosas de más de 100 metros de altura, conocido como las Puertas de Miraflores. Este majestuoso rio desciende por los pueblos de San Félix de Cantalicio, Caicara de Maturín, Jusepín, San Vicente, atraviesa toda la ciudad de Maturín y La Pica, desemboca en Caño Francés y muere en el rio San Juan, que cae al océano Atlántico. De ahí que sus antiguos pobladores bautizaron la ciudad como “La Sultana del Guarapiche”.

Sus orígenes

El 7 de diciembre de 1760, el padre Fray Lucas de Zaragoza fundó a Maturín que era una congregación de aborígenes conformados por caribes, chaimas y guaraúnos que habitaban las sabanas y las riberas del rio Guarapiche. El fraile Antonio caulín atribuyó el nombre de Maturín a un cacique guerrero de raza caribe que se enfrentó a los conquistadores españoles en defensa de sus tierras. Dicen los estudiosos de la historia que un capitán español de apellido Arrioja dio muerte al cacique Maturín en 1718 en un enfrentamiento de las tropas del gobernador de Cumaná y los partidarios de la tribu comandada por Maturín. El lugar donde el Cacique fue asesinado comenzó a conocerse como “El sitio de Maturín”. En la lucha independentista en Maturín se libraron y fue escenario de cinco batallas entre los años 1813 y 1814.

Músicos de la historia monaguense

El 24 de octubre de 1910 fue decretado el himno del estado Monagas. El autor de su letra es Idelfonso Núñez Mares; la música es del músico Carlos Mohle. En 1954 se crea la Banda oficial del estado Monagas, dirigida por otro grande de la música: José Apolinar Cantor. La canción dedicada a Maturín (El pasodoble Feria de San Simón) es de la autoría y composición del monaguense Eulides Coll. Hace unos meses lo escuché cantar junto a su hermano Guillermo y un grupo de amigos.

Han sido muchos los músicos talentosos y populares que ha dado Monagas: Gerardo Cantor, José Cantor, José Francisco Aceituno, Víctor Sánchez, Luis José Fleming, Nano Núñez (Guapachá), Jesús Barreto (Escalera), Ángel Balbas, Los hermanos Yimi, Euglides Mejías, Los hermanos Marea (José Luis, Ítalo y Gilberto) apreciados amigos a quienes veo en Caracas con gran frecuencia, y el popular “carne frita”, otros. Entre los conjuntos y equipos musicales tenemos: la orquesta Los Selectos, Dimas Montaño y su conjunto, el Combo Melorítmico y el Combo Atómico, El Grupo Tempestad, otros. Desde hace muchos años en esa ciudad residen Perucho Aguirre (margariteño adoptado de Maturín), gran amigo espero verlo pronto, y Gualberto Ibarreto, hace un mes compartí con él y su hijo Cruz en un concierto que dio en el restaurant Puerto de palos en Lecheria.

Sitios de Maturín, ayer y hoy

La avenida Bolívar, está poblada de aparates y otros árboles que le dan un aire de libertad y frescura. Cuando camino ese bulevar me siento agradado y relajado – pareciera que no existen problemas al recordar mis años de infancia y adolescencia. Encontrarás al Liceo Miguel José Sanz, donde me gradué de bachiller; la Catedral de Maturín; la redoma de Juana La Avanzadora (Juana Ramírez, hoy en el Panteón Nacional); al final de la avenida donde quedaba el viejo aeropuerto hoy está el parque La Guaricha (zoológico) y la Inspectoria del tránsito; sigues al parque Aeróbico (centro de caminatas y relajación).

Recuerdo en los años 1960 – 70 la retreta en la plaza Bolívar, con Virgilio Meneses y su trompeta; en la av. Las Palmeras, los templetes del carnaval, las fiestas del Club Maturín, las patinadas en las plazas Ayacucho y Bolívar, los toros coleados, el estadio 23 de enero; las fuentes de soda Capri, Tic Tac, Express; la pastelería Maturín, heladería Olimpia; los guarapos de piña con golfeados de La Colmena; los balnearios en el rio Mapirito, Laguna Grande, la voz del rio.

Maturín tuvo sus areperas famosas, “La Guireñita” atendida por el negro Rufino, con su famosa arepa de carne desmechada y ropa vieja, mondongo y cacería. Comenzó al lado del hotel Maturín en la calle Rivas, luego se mudó a la calle Monagas con Cumaná, diagonal a la antigua Policía hoy queda la Catedral. Arepera “La Mariquita” era o es de la familia Mata, en la calle Chimborazo con Cedeño. Hoy con el correr de los años se mantienen abiertas atendiendo su gente.

Mención aparte merece el Club Campestre con el Catire Abreu (mi Padrino) y Eduardito Torrealba (mi Compadre), Pancho Aguirre, Perucho Molinos, Chucho Aristimuño, Manuel Vicente De Lima, Charles Centeno, Carlos Clavier, Leo Urbina, el negro Galindo, Piojillo, Emiliano Valdez (mi Padre), Julio García, otros. Sitio de recreación y juego donde se dieron cita los hombres que hicieron historia en Monagas, parada obligada de todas las personalidades que visitaron el Estado en los últimos 50 años del siglo pasado. Pronto publicaremos una gran Crónica

Son tantos los recuerdos y añoranzas de mi querido pueblo, donde descansan los restos de mi padre don Emiliano; y mi querida madre doña Rafaela quien nos espera con sus hallacas navideñas.

“La llanura bravía está de fiesta, el terruño se siente vibrar, y los hijos del pueblo orgulloso a su santo patrono van a homenajear”. Letra del pasodoble “Feria a San Simón de Maturín”, por Eulides Coll y la orquesta Maturín en Ritmo, 1980.

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