Se nos marchó Evelio, el cuatro está de luto…
Este lunes 16 de diciembre, en horas de la mañana, nos dijo adiós nuestro hermano del alma: Evelio José Caraballo Narvaez, distinguido caballero del gentilicio santanense. Hijo de la muy querida educadora Lilia Narváez y del siempre recordado señor Evelio Caraballo. Compartió su dulce hogar con sus hermanos: Yademira y Rodolfo. Educado en la práctica del bien, supo siempre corresponder dignamente a la noble misión que sus padres le confiaron. Desde temprana edad, se inclinó por tocar el cuatro, quien aprendió por sus propios medios, a pesar de contar con un vecino de cualidades excepcionales en la música, como fue Don Teófilo Natera, sin embargo, Evelio José logró su objetivo, gracias a su oído musical prodigioso y certero.
Realizó estudios de primaria en el Colegio San Nicolás de Bari de Porlamar, luego pasó al Liceo Dr. Francisco Antonio Risquez de La Asunción, donde obtuvo su título de bachiller. Posteriormente trabajó por varios años en el Aeropuerto Internacional Gral. Santiago Mariño, con la distinguida empresa Aeropostal De Venezuela, ahí desempeñó varios cargos. Más tarde trabajó en los Tribunales al lado de su amigo y compadre Dr. Agustín Díaz, quien lo valoró y apreció profundamente. En sus años de mozo, contrajo matrimonio con la señorita educadora maría gómez, de cuya unión nace su única hija Mariaelina.
Una de las cualidades resaltantes de Evelio José, fue su humildad y su trato cordial, tan especial, que cultivó buenas y valiosas amistades, “amigos de los amigos”, con un alto sentido del humor, un personaje simpático y agradable. Cualidades que lo convirtieron en un icono de nuestra generación, todos sus compañeros de estudios y amigos en general, frecuentemente lo buscaban y estaban pendiente de su salud y de sus actividades. Tenía como hobby jugar a los caballos, en esta diversión fue afortunado, ya que en varias oportunidades acertó sus cuadritos: Entre sus cualidades, figuraba la de buen bailador, no despreciaba una salsa, un merengue, un pasodoble o un guaguancó, y lo hacía con mucha elegancia.
Tuvimos la gran dicha de compartir con Evelio José, en diversas facetas de la vida, bien a través de la música o en otras actividades de carácter social, cultural, educativo. Evelio fue un conversador innato, ameno, tenía una gracia para narrar sus chistes y crearlos, poseía anécdotas muy agradables referidas al gentilicio nortero. A propósito de ellas, inventaron una historia, que a Evelio le había salido un muerto por Los Anaucos de Bacho Díaz, a eso de las 12 de la noche, cuando el muerto vio a Evelio, se asusto tanto, que le dijo: “Evelio asusta tú por la nuevo mundo, que yo asusto por la Carabobo”.
Fue fundador y miembro del grupo musical católico denominado: “La juventud que canta”, al lado de Henry Lazarde (cantante y guitarrista), Roberto Rodríguez (cantante), Víctor Rodríguez (maraquero y corista) y quien suscribe (el violín), el cual amenizaba las misas dominicales que se trasmitían por Radio Margarita desde el Templo Colonial de nuestra Villa. Cabe destacar, que la idea de su creación y de la trasmisión radial, fue del siempre recordado Padre Vicente Piñeros Vergara, la cual logró con sacrificios y por esa razón, lo sacan de Santa Ana, por no ceder dicha trasmisión a la Curia de La Asunción.
Es importante señalar, que este tipo de música y canto en la iglesia, fue algo novedoso, por primera vez se acompañaba una misa dominical en ese estilo, es algo histórico, que nació en este sagrado templo. Llovieron críticas, más desfavorables que favorables, sin embargo con el tiempo se impuso la idea. Lo cierto, que a través de estos cantos, Evelio José demostró su clase como cuatrista y corista de la iglesia. Con dicho grupo tuvimos la oportunidad de viajar a varias partes del país. Son muchas las anécdotas y recuerdos que nos deja nuestro hermano del alma Evelio José.
A pesar de sus ocurrencias, siempre fue responsable, respetuoso y le gustaba las cosas bien hechas, valores y principios que le enseñaron en su sagrado hogar. Su desaparición la sentimos profundamente porque fue el amigo con quien siempre contábamos, una amistad sincera, honesta, agradable, en fin todas esas cosas buenas y maravillosas que tenemos los norteros. Sin embargo, por mezquindad o pequeñas diferencias, no valoramos a nuestros personajes.
Debo expresar con profundo sentimiento, que nuestro pueblo tiene valores, y que deben ser tomados en cuenta y no esperar este momento tan incómodo para hacerle un homenaje, y así reconocer sus méritos. Ojala, cambiemos algún día esa actitud mezquina, que en nada nos favorece, para que Santa Ana se empine, se encumbre por lo más alto, como debe ser. Para estos nuevos tiempos tan agitados y llenos de interrogantes que el progreso económico y social plantea, vuelven a valer como faro de luz y camino, las virtudes del nortero humilde y sabio.
Finalizo mis palabras, uniéndome al dolor que embarga a tan respetada familia Caraballo Narváez, esposa e hija, en estos momentos de intenso dolor, por tan irreparable pérdida, de quien fuera nuestro amigo y hermano: Evelio José Caraballo Narvaéz, excelente esposo, padre, hermano y amigo. Dios le dé descanso eterno y a su esposa, hija y demás familiares, mucha fuerza para superar este momento tan difícil. Adios “Yeyito” hasta pronto hermano, difícilmente te vamos a olvidar, siempre estarás entre nosotros. Q.E.P.D.
Santa Ana del Norte