Nicolás Maduro, es tiempo de misericordia
“Él cambia los tiempos y las épocas; quita y pone reyes, da sabiduría a los sabios e inteligencia a los inteligentes” Daniel 2: 21
Entre los años 1931 y 1938 Nuestro Señor Jesucristo se le apareció a Sor María Faustina en Polonia y le ordenó que pintara una imagen de Él con la inscripción “Jesús, en ti confío”. Por consejo de su confesor, el Padre Michal Sopocko escribió su diario titulado “La Divina Misericordia en mi alma.” En el contó las maravillas que el Padre le reveló durante sus apariciones.
Gracias a su manuscrito tuvimos la bendición de conocer el amor y la misericordia de Dios con una perspectiva más profunda: “Cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi Misericordia” (Diario, 723).
Esas palabras resuenan en mi mente cada vez que pienso en personas como Nicolás Maduro quienes tienen en sus manos la felicidad y prosperidad de tantos seres que hoy en día se encuentran sufriendo terriblemente. Me pregunto si en su lugar sería igual de no conocer las grandezas del Señor.
Hace un par de meses comencé una campaña en Twitter a las 3 de la tarde con el hashtag #EsTiempoDeMisericordia abogando por los presos políticos y pidiéndole al señor Maduro que los libere. Muchos piensan que soy ingenua o tonta en esperar semejante acción de su parte olvidando que para Dios no hay nada imposible y que el bien siempre triunfa.
Todos nacimos con la capacidad de amar y odiar, de creer o no, la diferencia es que algunos entendemos que nuestra existencia se la debemos a Dios y decidimos abrirle nuestros corazones porque hemos tenido la bendición de conocerlo; mientras otros, como Maduro, no han disfrutado de ese privilegio.
Nuestro mundo está urgido del amor y la misericordia del Padre y me imagino que por eso San Juan Pablo II fue uno de los grandes defensores de la devoción a la Divina Misericordia y proclamó el primer domingo después de la pascua como su día de fiesta.
Posteriormente, el Papa Francisco también se dejó envolver por los rayos de sangre y agua emanados del Santísimo corazón de Jesucristo y estableció el año litúrgico que empezó el 8 de diciembre hasta noviembre del 2016 como el de Jubileo de la Misericordia para darle más difusión a este regalo de salvación recibido a través de Santa Faustina.
En lo personal, nací y fui criada en una familia de raíces católicas y luego de haber escuchado el llamado de Dios estoy convencida que es tiempo de cumplir con nuestro apostolado y dar a conocer el mensaje del Señor para conseguir la conversión, arrepentimiento y salvación de todos.
El evangelio dice que debemos amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos (Mateo 22: 37-39), por eso le hago una invitación al señor Nicolás Maduro Moros a contemplar la imagen de la Divina Misericordia porque al final “el preso agobiado será liberado pronto; no morirá en la mazmorra, ni le faltará su pan” Isaías 51:14.
El señor Maduro está en una cárcel de oro apartado y ciego a las verdades que lo harán plenamente libre por eso ruego para que acepte la boleta de la salvación de su alma enviada directamente por nuestro Padre celestial.
@nasbly