Modus vivendi
Termina el año 2019, y como es costumbre empiezan a hacerse balances y promesas. En lo personal, como con respecto al país en general, cada uno hará su propio balance. En algunos casos éste será positivo y en otros negativos.
Sí, aunque pueda sorprender, hay a quienes el año les ha dejado un saldo positivo, desde quienes aún conservan sus espacios de poder, como los que continúan haciendo negocios, o incluso los que han iniciado un nuevo emprendimiento, pueden estar entre quienes la crisis del país les ha resultado favorable. Esto es algo que no debería sorprender, pues en toda situación siempre hay ganadores y perdedores, lo ideal es que el primer grupo sea mayor que el primero, pero ese no es el caso en Venezuela.
El que haya un grupo de ganadores desemboca invariablemente en la creación de un modus vivendi, una simbiosis entre distintos actores que se benefician de la situación existente, creando un equilibrio temporal. Esto no significa que alguno de estos actores, u otros que no son parte de ese equilibrio, busquen eventualmente romper ese acuerdo tácito de convivencia, pero eso no ocurrirá hasta que alguna de las partes (que no son dos, sino múltiples) sienta que pueda romper el equilibrio a su favor.
Eso es en gran parte lo que ocurre hoy en Venezuela, un conjunto de actores ha logrado un mecanismo de convivencia en el que ambos se benefician temporalmente, y sin posibilidades de romperlo a su favor.
Mientras algún actor no sienta que tiene la fuerza para romper el equilibrio, o nuevos actores intenten romperlo para entrar ellos en el juego, no habrá cambio. El primer caso ocurrió durante el primer semestre del año 2019, un conjunto de actores aglutinados en torno a la Asamblea Nacional apostó por un “quiebre militar”, sintió que tenía la fuerza para lograrlo, y actuó en consecuencia tratando de romper el equilibrio. Como se sabe, no se logró el objetivo, lo que trajo como consecuencia que luego de un proceso de ajuste se generara un nuevo equilibrio, en el que un grupo de actores vinculados a la Asamblea Nacional logró reconocimiento internacional y recursos, mientras el oficialismo conservó el control del Poder real.
Cuando se generan equilibrios de esta naturaleza, y frente la baja probabilidad de imponerse al adversario bien por no tener la fuerza suficiente (oposición) o porque los costos serían muy elevados (oficialismo), los actores optan por mantener el equilibrio. En términos concretos ese equilibrio se traduce hoy en una ciudad capital regresando a la “normalidad”, con algunos soñando en un “Maduro liberal”, y jactándose de no haber cambiado al Gobierno, pero si sus políticas. En ese sentido, se pudiera decir que, aunque sea parcialmente, Caracas es una ganadora. Pero ¿qué pasa con el resto del país? ¿qué tan sostenible es ese nuevo equilibrio?
De acuerdo con la lógica planteada acá ese equilibrio pudiera no ser sostenible si los perdedores buscan romperlo. ¿Quiénes están perdiendo? En términos geográficos claramente muchas otras ciudades, Maracaibo, San Cristóbal, Barcelona, y muchos otros lugares no se benefician de la situación actual. En términos sociales sin duda los principales perdedores son los asalariados, quienes no podrán mantener el ritmo de una economía dolarizada. ¿Qué tienen en común estos actores? Que están atomizados, no están organizados, y por lo tanto no tienen influencia en las decisiones. En este sentido, si estos actores quieren que el equilibrio se rompa deben organizarse para poder ejercer influencia a su favor.
El peligro de los equilibrios prolongados es que generan instituciones que los refuerzan. Si se continúa profundizando un equilibrio en torno a un modelo focalizado en puntos geográficos específicos, como Caracas o en torno a zonas de extracción de minerales, y con mecanismos de remuneración caracterizados por salarios bajos y rentas altas, más pronto que tarde las instituciones se diseñarán para fortalecer ese equilibrio y será más difícil para los perdedores cambiar el contexto que los desfavorece.
El año que viene, frente a un escenario electoral parlamentario, quizás los actores que hasta ahora no se benefician del equilibrio existente tengan una oportunidad de romper el modus vivendi que prevalece hasta ahora.
Twitter: @lombardidiego