La cruda realidad
Durante las últimas dos décadas la propaganda del sistema de partidos de “oposición” ha enfocado el contenido de su mensaje para construir ídolos de papel o líderes mediáticos que, rellenos de palabras vacías pero altisonantes por su aparente carga esperanzadora con las que en perfecta negación de la realidad y en combinación con lo poco trascendente de sus ideas, generan altísimas expectativas que no están dispuestos a cumplir, creando de esta manera las planificadas derrotas con las que sostienen al régimen chavista y trayendo como resultado la frustración que hoy viven todos los venezolanos.
El juego de derrotas consiste deliberadamente en tomar los fraudes electorales como victorias legítimas del régimen, los diálogos como señal de reflexión y las orquestadas medidas económicas y sociales como muestras de “ineficiencia”.
Solapadamente a esta concertada maniobra que involucra tanto al régimen como a las dirigencias opositoras, someten a los venezolanos unas veces sutil otras descaradamente a manipulaciones psicológicas y chantajes emocionales; como atribuirles la culpa a los ciudadanos por los fracasos de las dirigencias “opositoras”.
Las consecuencias de dicho laboratorio psicológico han sido nefastas para la obtención de la libertad de la nación. Han inducido a la población a negar la realidad disolviendo la crudeza de los acontecimientos facticos en goces imaginarios que solo aportan satisfacciones momentáneas que impiden y obnubilan todo esfuerzo racional para identificar los hechos en su justa dimensión.
Dicho en otras palabras, el rigor de la realidad que se manifiesta mediante asesinatos, persecución, prisión, tortura y demás barbaries propias de una tiranía socialista es ignorado con enardecidos discursos apaciguadores con los que a través de promesas de triunfo electoral, diálogos, y “transiciones” pactadas edulcoran las crueldades del régimen chavista, haciendo pasar por válido el autoengaño con la sensación de que pronto todo cambiará.
El mal es aún mayor, pues crean una doble vida en la población en la que la evidencia de los hechos es eclipsada por la mancha de las falsedades de esos ídolos de papel, y sus efectos se traducen en que los venezolanos se aferran irracional y hasta psicóticamente a espejismos entumecedores alimentados con expresiones espetadas por las bocas sucias y mentirosas de dirigentes que solo blasfeman al pronunciar la frase “El tiempo de Dios es perfecto”, o manifestar el enunciado “Vamos bien” ; que no solo hacen que se acepte la farsa y el engaño para evadir responsabilidad y evitar el dolor de una profunda herida que la realidad ha infligido a nuestra nación, sino que también hacen lejanas las posibilidades de liberarnos de la opresión socialista.
La realidad que le ha tocado vivir a nuestra nación durante el régimen chavista ha sido dura, cruda y desgarradora; pero ignorarla, maquillarla o justificar las mentiras de la traidora “oposición” es condenar a muerte a todas las generaciones que vendrán después de nosotros. Con el nacionalismo venezolano, bandera del Movimiento Nacionalista Orden, nos proponemos transformar dicha realidad con planteamientos acordes a ella, en la medida que asumamos el puesto de actor político de nuestra nación para generar gradualmente el impacto que no han generado ni generaran los mismos que habitualmente se burlan de los venezolanos.
Venezuela quiere Orden
Por @NelsonRZVen de @OrdenVenezuela