La cohabitación política en Venezuela
En esta Venezuela, vemos como se ha pretendido tener una cohabitación política. Ya algunos actores andan en esa onda como son aquellos denominados “La Mesita” que van por la calle del medio sin ningún miramiento y sin ninguna desfachatez.
Pasan los días y cada vez observamos muchas conductas de otro grupo que nos indican que existen ya acuerdos preestablecidos, y otros por establecerse o están en la mesa, que sin lugar a dudas no llevaran a la solución de los problemas que aquejan a nosotros los venezolanos.
¡Pocos dirán! como decimos los abogados “que es mejor un buen arreglo que un mal pleito”, pero esta máxima no cabe ante esta desgracia y circunstancia que hoy vivimos.-
El único arreglo valorativo y seria que los que hoy detentan el poder lo abandonen y dejen que otros encaucen el país por el camino de la libertad y prosperidad, lo cual no es ni será fácil.
Continuar con esa pretendida cohabitación es seguir aupando el desastre que hoy domina todos los escenarios de vida de los venezolanos, pretender seguir el juego al régimen es continuar la desidia y la inoperancia de la nación que en manos de estos personajes no la cambiarán, ni de otros que tampoco quieren que nada cambie.
La salida pasa porque muchos de los que hoy “hacen oposición” se amarren los pantalones y digan ya basta! Y de una vez por todas maten esa convivencia la cual nos ha causado y sigue causando mucho daño, de no hacerlo, pues entonces que, definitivamente se definan y cuadren para el lado en que crean se sienten más cómodos, y así estarían abriendo el espacio para los que de verdad queremos el cambio político en Venezuela.
Esto va porque ya hay un sector definitivamente y por la calle, cohabitando con el gobierno y además no lo ocultan, es público, notorio y comunicacional, pero también existe el otro “el agazapado” que hace lo mismo pero lo ocultan y tienen un estilo propio para tal fin, pero que al final de sacar todas las cuentas y a lo largo de 20 años la suma no deja ningún espacio para la duda.
Seguir en ese jueguito perverso es lo que ha llevado a la gran inmensa población venezolana a no creer y decepcionarse de nuestra dirigencia, niveles de rechazo van en aumento y no veo reversible ese comportamiento del ciudadano, que reclama actuación clara a este tipo de dirigencia, que poco a poco la van señalando y van endosando con muchísima razón ser que son parte de la crisis, debido a la poca eficacia de sus actuaciones en su quehacer político.
No oír a la gente, o creer que se las saben todas, o más aun contratar expertos en eficacia y estrategia, no contrarrestará la debacle que se viene encima, siendo de nuevo ganador el régimen.
No puede ser que más de un 80% de la población esté en desacuerdo con las actuaciones del régimen y no se haya podido salir del mismo, algo debe estar pasando, sucederá entonces que ya no hay una sintonía entre pueblo y liderazgo.
Asumir esa responsabilidad de tanta envergadura, significa sacrificio, padecimiento y creo que eso le falta mucho a nuestra dirigencia, salvo algunas excepciones que ya todos conocemos “Nuestros Presos Políticos” y los que han ofrendado la vida a la causa libertaria, y a favor de la democracia.
Actuar con claridad debe ser el norte y la conducta de cualquier político, actuar con subterfugios, con una máscara, no lleva a nada positivo, ni duradero, siendo que la gente en cualquier instante les quitará la máscara, hasta la ropa quedando al desnudo, al descubierto, y por ende siendo rechazados por la colectividad.
Tratar de asistir a un proceso electoral cohabitando con el gobierno, es asistir a un despeñadero, abrir el compás para un CNE que en definitiva no sea imparcial y no cumpla con unas condiciones mínimas de credibilidad, sin temor a equivocarme terminará imponiéndose ellos con su bufete el TSJ, y sin lugar a dudas es otro barranco seguro por el cuál irá a caer la oposición y al cual el pueblo no acompañaría, con eso hay que tener sumo cuidado.
No cohabitación es el camino, la cohabitación se traduce en complicidad de delitos atroces que se han cometido y se siguen cometiendo, cohabitar con el enemigo es una mal conseja, así como como también es mala conseja y muchos políticos hoy la practican: “si no puedes con tu enemigo únete a él”, y muchos se han unido a este estado de cosas, sin lugar a dudas creo y sigo manteniendo, la cohabitación no es camino.
El liderazgo debe rectificar y pedir perdón por sus errores, como ya uno que otro están haciendo, pero les cuesta, de no hacerlo serán desplazados por la gente y saldrán otros a ocupar, los espacios que no pudieron mantener por la falta de seriedad y coherencia.
Sabemos que tenemos un gobierno inescrupuloso, que no escatima ningún esfuerzo en accionar todo su poder político por medio de la persecución y el chantaje, lo cual es muy duro, pero esos son los riesgos que hay que asumir. Tenderle la alfombra roja para que siga este desastre no es la tarea por sacar, la tarea pendiente es desalojar a este régimen opresor.
Abogado