Exmilitar panameño dice que Noriega temía invasión de EEUU y guardaba miles de fusiles «traídos de Cuba»
La Inteligencia estadounidense veía en 1988 a un Manuel Antonio Noriega con control sobre Panamá aunque temeroso de una intervención, para la que el general había preparado planes que incluían el uso de miles de fusiles «traídos de Cuba», según un documento estadounidense desclasificado y el testimonio dado a Efe por un exmilitar panameño.
El documento «súper secreto» de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) fue desclasificado en septiembre de 2013, según consta en el mismo, aunque la fecha en que fue elaborado no aparece en la «copia saneada» que salió a la luz y fue publicada por la página Panama Files, activada esta semana de cara a la conmemoración este viernes del 30 aniversario de la invasión.
Pero el informe, titulado «Panamá: Noriega en control», menciona como una «vulnerabilidad» del entonces dictador el «nuevo Consejo Estratégico Militar», un ente creado en 1988, según dijo a Efe uno de sus integrantes, el mayor retirado y ex jefe de Inteligencia panameño Felipe Camargo.
Camargo confirmó que en el Consejo se planificaron estrategias para enfrentar la temida invasión, y que mucha se esa información llegó a los estadounidenses por la vía de espías panameños infiltrados en las Fuerzas de Defensa, lo que a la postre se tradujo en la aplastante victoria de Estados Unidos.
El Consejo Estratégico Militar era un ente consultivo paralelo al Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa, que fue creado por Noriega en 1988 después del primer alzamiento en su contra, el 16 de marzo del mismo año, liderado por el coronel Leonidas Macías, explicó Camargo, quien salió en libertad en 1997 tras cumplir más de 7 años de prisión por delitos contra la libertad de detractores políticos.
EL TEMOR A UNA INTERVENCIÓN MILITAR
Según el informe de la CIA de 1988, Noriega continuaría entonces «evitando acciones contra los intereses de Estados Unidos por temor a la intervención».
Ese temor es confirmado por Camargo, que aseguró a Efe que «sí había planes confeccionados por las Fuerzas de Defensa» para enfrentar una invasión y se discutían en el Consejo Estratégico, pero «algunos fueron desmontados después del golpe del 3 de octubre» de 1989 liderado por Moisés Giroldi, que intentó sin éxito derrocar a Noriega.
Esos planes incluían «el punto de repliegue y resistencia de David», ciudad occidental de Panamá, «por ahí tenían que entrar el refuerzo vía Cuba y Nicaragua con helicópteros de ataque».
«Yo mismo transporté de Cuba 50.000 fusiles AK con cuatro cargadores y municiones y otro montón de armas, entregados gratis por los cubanos. Lo que pasa es que nunca se evaluó que estábamos penetrados por muchos sapos del 470, del grupo de inteligencia del Comando Sur y la CIA. Por eso es que lo gringos pudieron preparar un buen plan y nos aplastaron», aseguró Camargo a Efe.
El 20 de diciembre de 1989 Estados Unidos movilizó a 26.000 soldados, más del doble del pie de fuerza panameño, para invadir Panamá y capturar a Noriega, buscado por narcotráfico por la Justicia estadounidense, quien finalmente se entregó el 3 de enero de 1990 a las fuerzas invasoras.
No hay cifras definitivas de víctimas. Documentos estadounidenses desclasificados y publicados en el portal Panama Files ratifican los datos oficialmente manejados desde entonces: 202 civiles y 314 militares muertos, la gran mayoría panameños. Extraoficialmente se habla en Panamá de entre 500 y 4.000 civiles fallecidos.
PUNTOS VULNERABLES
La inteligencia de EE.UU. veía en 1988 como una «vulnerabilidad» para el «hombre fuerte» que gobernó de facto a Panamá entre 1983 y 1989 «el nuevo Consejo Militar Estratégico», porque «podría crear fricciones, al igual que armar grupos paramilitares o una alineación más estrecha con los Estados radicales».
El informe de la CIA valoraba, más de un año antes de la invasión, como otra flaqueza del régimen panameño el hecho de que era «poco probable» que Noriega solicitara «un apoyo militar altamente visible» a «Cuba, Nicaragua y los fundadores de Libia», de los que continuaría «aceptando una asistencia de bajo perfil».
Y además el asunto económico: «La Embajada estima que el PIB caerá entre 15 % y 25 % este año; los ingresos se han reducido a la mitad por la recesión y por las sanciones de IEEPA», una ley federal de sanciones económicas.
NORIEGA EN CONTROL
Pero también la CIA afirmaba en el informe de 1988 que «Noriega seguirá teniendo el control firme en el futuro cercano».
Argumentó que el general había «fortalecido su apoyo entre los oficiales», que creían «que su renuncia acabaría con la supervivencia de las Fuerzas de Defensa».
«La posición de Noriega se ve reforzada aún más por el fracaso de la oposición interna», que estaba signada por la «desunión» y había sido «derrotada» por la «represión».
Además, «los países latinoamericanos han abandonado los esfuerzos de mediación, y muchos han reconocido el régimen» panameño, de acuerdo con el documento estadounidense.
EL NARCOTRÁFICO
La CIA sostuvo en aquel informe que «varios miembros de las Fuerzas de Defensa participan o protegen operaciones de narcóticos en Panamá. No tenemos una pistola humeante en Noriega (no tenían pruebas rotundas contra Noriega) pero él está estrechamente asociado con algunos relacionados con el tráfico de drogas».
Noriega, reconocido agente de la CIA especializado en operaciones de contrainteligencia, fue extraditado a Panamá el 11 de diciembre de 2011, tras cumplir más de 20 años en la cárcel en Estados Unidos y Francia por narcotráfico y blanqueo.
En su país fue condenado a más de 60 años de cárcel por delitos que van desde daños ambientales hasta homicidio. EFE