AP: En Hong Kong viven con temor a efecto de gas lacrimógeno
Una pequeña cocina comercial ubicada en un edificio industrial en Hong Kong se convierte por las noches en un laboratorio donde se montan kits para los manifestantes que quieren desintoxicarse de las exposiciones a los gases lacrimógenos, los cuales ya han preocupado a la población, ya que la policía ha usado más de 10 mil potes contra quienes exigen elecciones democráticas.
Los voluntarios sentados alrededor de una isla de cocina clasifican y empaquetan píldoras multicolor en pequeñas bolsas con autocierre. En otra mesa, una mujer elabora pastillas de cúrcuma introduciendo cápsulas de gelatina en un plato con la especie de color naranja.
“La policía ha utilizado demasiado gas lacrimógeno y la gente está sufriendo”, dijo la propietaria de la cocina, que habló bajo condición de anonimato por temor a repercusiones en su negocio. “Queremos ayudar especialmente a los manifestantes en primera línea, que han arriesgado sus vidas por la ciudad”.
Su uso intenso y prolongado en Hong Kong _ una de las ciudades con más densidad de población del mundo y que es conocida por ser una jungla de rascacielos de concreto _ es inusual y ha provocado preocupaciones de salud.
Aunque no hay evidencia sobre sus efectos en la salud en el largo plazo, este es también un campo en el que no se han realizado pruebas.
“No creo que haya habido circunstancias en las que haya habido este nivel de exposición repetida al gas lacrimógeno. Lo que está ocurriendo en Hong Kong tiene pocos procedentes”, señaló Alistair Hay, un toxicólogo británico de la Universidad de Leeds.
La policía empleó el gas en zonas residenciales atestadas y cerca de hospitales, centros comerciales y escuelas, afectando no solo a los manifestantes sino también a niños, ancianos y personas enfermas.